PAPÁ. EL VIEJO SABIO
Dícese que había una vez, un padre sabio, pobre, pero conocedor de todo. Por tal de que a sus tres hijos no tuvieran tropiezos en la vida, él les iba señalando que hacer y que decir en todo momento, no los dejaba participar en las tareas familiares; pues el temor de que a sus hijos les ocurriera algo era muy fuerte en él.
Resulta que el primero lo obedecía ciegamente y creía en él, por cuyo comportamiento él lo invitó a sentarse al otro lado de la mesa como si fuera el segundo jefe de familia, aunque era eso lo único que se le permitía, el segundo hijo refufuñaba, pero al final cedía a los consejos y caprichos de su viejo padre, por lo que se sentaba a la derecha en la mesa, a la hora de las comidas.
El hijo tercero, el más pequeño, siempre fue el más consentido, y por eso tenía acceso a muchas cosas, entre ellas a la literatura y la internet. Por esa ventanita de conocer al mundo, hizo muchas amistades y conoció personas de muchos lugares diferentes, a las cuales les preguntaba si ellos tenían un papá como el de él. Todos les respondían, no que va! , nosotros aprendemos de la experiencia diaria, si nos equivocamos corregimos el rumbo y listo, si nos caemos, nos volvemos a levantar, y si queremos un consejo, lo pedimos y listo. Así un día él se lo hizo saber a su padre viejo, de cómo vivían y aprendían sus amigos de otros lugares, ante tanto atrevimiento, su padre lo castigo en un cuarto oscuro por varias semanas, para ver si se corregía en sus planteamientos. En sus días de soledad y alumbrado por las luces de unas luciérnagas que logró atrapar, las cuales entraron por una pequeña rendija de la ventana, pudo mantener la luz en medio de tanta oscuridad y soledad, pudo seguir leyendo y aprendiendo cada noche y cada día.
Una vez que su padre le levanta el castigo, el vuelve a mantener con más fuerzas sus propios criterios e ideas, es rechazado por el resto de la familia, se siente incómodo, pero a la vez feliz de tener y contar con su propia identidad y su personalidad, así transcurren los meses, hasta que su padre cae en cama producto de una horrible enfermedad. Ante tal situación, sus hermanos que siempre fueron tan dependientes, no saben qué hacer. Entonces el pequeño hijo, toma el liderazgo en la familia y se echa encima la responsabilidad de su casa, siendo a partir de ese momento y después de la muerte de su padre, el líder familiar.
Les dio libertad plena a los demás miembros de la familia para que conocieran el mundo, sin restricción y según sus posibilidades, les permitió la internet, la TV satelital, opinar y discutir los problemas apremiantes en colectivo, y participar de los bienes y el quehacer familiar. De esta forma, todos unidos, lograron vivir, progresar y educar a sus hijos como verdaderos descubridores de la vida. Lo cual los convirtió en una familia fuerte, próspera, respetada y unida.
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