¿Qué pasa en Ucrania?
Protestas  en Kiev, foto tomada de  http://www.cadenaser.com/internacional/articulo/oposicion-insta-mantener-presion-presidente-ucrania/csrcsrpor/20131208csrcsrint_7/Tes
Los medios oficiales cubanos reportan, de inmediato, cuando en las  imperfectas democracias del mundo los ciudadanos se lanzan a las calles.  En esos casos las palabras “injusticia”, “capitalismo” y “explotación”  son utilizadas por los noticiarios del patio para explicar el por qué de  tales protestas sociales. Algo bien diferente ocurre si los  manifestantes se alzan contra un régimen autoritario o contra algún  “gobierno amigo” de la Plaza de la Revolución. En ese caso, el guión  informativo estará salpicado de calificativos como “mercenarios”,  “financiados desde el extranjero”… “insurgentes” o los “mal llamados  rebeldes”. El pueblo no es pueblo en todas partes… parecen querer  decirnos tan hemipléjicos análisis.
De vez en cuando, sin embargo, algo no encaja en los estrictos  esquemas de nuestra prensa nacional. Esta semana con los sucesos  acaecidos en Ucrania, por ejemplo, la política noticiosa del Partido  Comunista se ha sentido desorientada. Malabarismos verbales, cautela y  hasta verdaderos tartamudeos, hemos escuchado los televidentes en boca  de periodistas muy combativos cuando abordan otros temas. ¿Por qué lo  ocurrido en la ex república soviética los descoloca tanto?
En primer lugar porque con Rusia ha quedado el viejo pacto  informativo, que se tuvo con la URSS, de no cuestionar su política  exterior ni reportar sus problemas internos. De ahí lo espinoso de  narrar el rechazo popular al presidente Viktor Yanukovich, por preferir  el acercamiento al Kremlin que a Bruselas. En ese esquema diseñado por  el Departamento de Orientación Revolucionaria, a la Unión Europea le  corresponde ser vilipendiada y puesta en duda siempre que se pueda. Por  tal razón, ahora se vuelve difícil que esos mismos medios expliquen el  por qué tantos ucranianos exigen formar parte de esa comunidad política.
Ante la evidente contradicción, los noticiarios optaron por relegar  la noticia y disminuir las imágenes de las abarrotadas plazas de Kiev.  En su lugar acompañaron sus reportes de varias escenas dentro del  Kremlin, a la par que los locutores insinuaban de alguna potencia  extranjera detrás de las revueltas. Veinticuatro horas después de la  primera nota ya no supimos nada más.
Imagino que muchos televidentes –como yo- ante aquella secuencia  incoherente se preguntaron ¿eh… y qué pasa en Ucrania? Pero la prensa  oficial no podrá respondernos, porque ni siquiera logra cumplir su papel  de contarnos qué pasa en Cuba.
 
 
 
 
 Entradas
Entradas
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario