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El Camilo de todos los cubanos
Camilo se me presenta revelador y audaz
6 de febrero de 2011, 1:20 pm
Darletis Leyva González Las Tunas.- A Cuba le nació uno de sus más valerosos hijos el 6 de febrero de 1932; en la barriada de Lawton, en La Habana, vino al mundo el tercer hijo varón de la familia Cienfuegos Gorriarán: Camilo, el Señor de la Vanguardia como lo definió su entrañable amigo Che Guevara, al referirse al guerrillero de la sonrisa eterna y del sombrero alón.
Cuentan quienes le vieron de niño que gustaba de estudiar la Historia de Cuba y admiraba a los patriotas de nuestras guerras independentistas. Pero también sentía especial pasión por los deportes, y en particular por el béisbol.
Su humilde procedencia social le permitió entender temprano las vicisitudes a las que se enfrentaban la mayoría de los cubanos en esa época. Sastre de oficio, ganó siempre el afecto de muchos por su jovialidad y por su sonrisa amplia y franca.
En sus años de juventud vibraba en él el deseo de defender al prójimo; se enfrentaba a los atropellos y maltratos. Colaboró en su época de estudiante en la redacción del periódico Lídice, nombrado así en honor de la aldea checa destruida por los nazis.
Camilo Cienfuegos era de esos humanos que traen la inteligencia intrínseca. Pero la difícil situación que se imponía en el país, en 1953, lo llevó a emigrar a los Estados Unidos en busca de trabajo.
Al regreso del exterior se incorporó a las luchas estudiantiles; fue detenido y torturado. Entonces partió al exilio en Nueva York y allí comenzó ese gran camino como revolucionario que lo llevaría al yate Granma, a la Sierra Maestra, al llano en la Invasión de Oriente a Occidente, a los combates donde demostró su heroicidad, valentía y audacia, sin dejar de hacer sus camiladas; su valor ejemplar hizo que el pueblo espontáneamente le otorgara el título honorífico de Héroe de Yaguajay, localidad del centro de Cuba, que ocupó tras duros combates.
Fue amigo entrañable del Che quien lo consideraba su hermano de armas, y que disfrutaba como nadie de las bromas de Camilo. Como Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde desempeño tareas muy importantes en los primeros 10 meses de la Revolución.
En Camilo el ideal del hombre emancipado, protagonista de la historia de su propio país y la fidelidad a los principios, le acompañaron siempre, por eso al cumplir la misión de Fidel Castro, el 28 de octubre de 1959, de neutralizar y arrestar en Camagüey a Hubert Matos, sin temores le expresó a ese traidor de la Revolución: "Esta Revolución es humanista, verdeolivo, y tan cubana como las palmas, pero ten la seguridad de que si la solución de los problemas del pueblo, si la garantía del futuro fuera el comunismo, pues entonces yo seré comunista".
El fatídico 28 de octubre de regreso a La Habana la avioneta en la que volaba Camilo se extravió producto a un mal tiempo, y desapareció sin dejar rastros. Desde ese momento todo el pueblo buscó al Comandante querido, al hombre de la sonrisa eterna, a uno de los más carismáticos líderes de la Revolución; el dolor y la angustia, por la inexplicable pérdida de Camilo, se clavó como herida honda en el corazón de Cuba.
Por eso este pueblo no dejó morir su ejemplo, su historia, su sonrisa, porque Camilo está en el alma de los cubanos, en cada octubre, en cada febrero, todos los días del año; en las aulas, en el arrojo de los jóvenes, en la entrega y sencillez del pueblo…
Y su visión de revolucionario y de cubano guía el camino: "No es necesario decir aquí hasta donde va a llevar Fidel Castro la Revolución Cubana. Esa Revolución irá hasta los límites finales, esa Revolución irá hasta la meta trazada, esa Revolución, como en los días de la guerra, tiene solo dos caminos. Vencer o Morir”.
Haremos realidad su sueño y sabemos que siempre estará su impronta en los Camilos que han crecido en el pueblo para decirnos, sí vamos bien.
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