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Viuda de Payá dice que España tiene pruebas de que su marido fue asesinado
La viuda de Oswaldo Payá, Ofelia Acevedo.
Emilio J. López
Ofelia Acevedo, la viuda del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, aseguró hoy a Efe en Miami que el Gobierno español “tiene en sus manos suficientes pruebas” de que la muerte de su marido “no fue un accidente casual” y que estaba vivo cuando fue sacado del coche siniestrado.
Acevedo hizo estos comentarios después de que Ángel Carromero, el dirigente español de Nuevas Generaciones del gubernamental Partido Popular (PP), afirmara hoy en una entrevista con el diario El Mundo que “los servicios secretos cubanos asesinaron a Payá”.
“Le agradezco a Carromero que haya tenido el valor de hacer estas declaraciones ampliadas, porque ha sufrido muchas amenazas y ataques en España y, siendo inocente, aún no ha sido indultado”, destacó la viuda del fundador del opositor Movimiento Cristiano de Liberación (MCL).
Revivió el dolor de esa triste jornada del 22 de julio de 2012, cuando su marido y otro disidente, Harold Cepero, fallecieron; y Carromero, al volante, y el sueco Jens Aron Moding, presidente de la Liga Juvenil Cistianodemócrata, resultaron heridos.
Las autoridades cubanas presentaron el suceso como un siniestro por exceso de velocidad, una versión de la que ha discrepado desde el principio la familia de Payá, ya que, entre otros argumentos, el propio Carromero dijo a Rosa María Payá, hija del reconocido opositor cubano, que un vehículo les había embestido por detrás.
“Mi marido estaba vivo cuando a Carromero y a Cepero los sacan del carro (coche) y se lo llevan a cada uno por vías diferentes y a sitios diferentes. Si mi marido estaba vivo en ese momento y después resulta que está muerto (en el hospital) es evidente que atentaron contra su vida y la de Cepero”, denunció la viuda.
Para Acevedo, nada de lo expuesto ahora por Carromero es nuevo: “Desde el primer instante estábamos diciendo que eso no había sido un accidente casual”, que los mensajes de texto que “enviaron por sus teléfonos” señalaban que un “carro los había embestido y sacado de la carretera”, por lo que “no hubo un accidente casual por exceso de velocidad, sino provocado”, insistió.
Se refirió además a la extrema prudencia con que conducía su marido y al cuidado que exigía a todo el que se ponía al volante, de manera que, aseguró la viuda, “la excusa que alegaron (las autoridades cubanas) para acusarle a Carromero es falsa. No iba a exceso de velocidad. Oswaldo no se lo hubiera permitido”.
Preguntada si considera que el Gobierno español debería impulsar de inmediato una investigación de los hechos, Acevedo respondió que no va a exigir al Estado español que defina cuál es su postura, pero que este “tiene en sus manos suficientes confirmaciones de que lo que ocurrió no fue un accidente casual”.
“Yo no voy a decir al Gobierno español lo que tiene que hacer. Ellos decidirán libremente si se ponen de parte de la justicia y buscan la verdad o simplemente permanecen como hasta ahora, callados” y manteniendo la “culpabilidad” de Carromero.
Acevedo, quien se encuentra en Miami -junto con su hija y otros familiares- acogida al programa de refugiados políticos de Estados Unidos, dejó claro que continuarán “insistiendo en el derecho a una investigación internacional al margen del Gobierno cubano”, independiente, para esclarecer las circunstancias de la muerte de Payá, que tenía también la nacionalidad española.
Para la viuda se trata de una cuestión de “justicia y de buscar la verdad”, y, en ese sentido, el Gobierno español “decidirá si toma el camino de la justicia y la verdad o, sencillamente, el camino que les convenga, que es lo que están haciendo hasta ahora”, se quejó.
Asimismo reiteró que estudia interponer una demanda ante la Audiencia Nacional española por la muerte del líder del MCL, al tiempo que denunció que su marido “tenía una historia de años de amenazas de muerte”.
En concreto, comentó que solo un mes antes de la muerte de Payá habían volcado tras ser embestidos en “plena carretera, en un lugar de visibilidad inmensa”, cuando viajaban en su coche a visitar a unos familiares.
“Milagrosamente no nos matamos”, dijo, y detalló que con frecuencia “nos zafaban las tuercas de las gomas del carro, pero estas nunca se cayeron porque Oswaldo conducía despacio”, por lo que la versión de que Carromero conducía a exceso de velocidad “es falsa”, hizo hincapié.
“El Gobierno español sabe lo que pasó y le tocará definir su postura”, sentenció la viuda de Payá, quien expresó su determinación de seguir “luchando hasta el final”, hasta que pueda “descubrir la verdad y el pueblo de Cuba sepa la verdad de lo que pasó”.
“El Gobierno español sabrá de qué parte se pone”, subrayó.
Acevedo hizo estos comentarios después de que Ángel Carromero, el dirigente español de Nuevas Generaciones del gubernamental Partido Popular (PP), afirmara hoy en una entrevista con el diario El Mundo que “los servicios secretos cubanos asesinaron a Payá”.
“Le agradezco a Carromero que haya tenido el valor de hacer estas declaraciones ampliadas, porque ha sufrido muchas amenazas y ataques en España y, siendo inocente, aún no ha sido indultado”, destacó la viuda del fundador del opositor Movimiento Cristiano de Liberación (MCL).
Revivió el dolor de esa triste jornada del 22 de julio de 2012, cuando su marido y otro disidente, Harold Cepero, fallecieron; y Carromero, al volante, y el sueco Jens Aron Moding, presidente de la Liga Juvenil Cistianodemócrata, resultaron heridos.
Las autoridades cubanas presentaron el suceso como un siniestro por exceso de velocidad, una versión de la que ha discrepado desde el principio la familia de Payá, ya que, entre otros argumentos, el propio Carromero dijo a Rosa María Payá, hija del reconocido opositor cubano, que un vehículo les había embestido por detrás.
“Mi marido estaba vivo cuando a Carromero y a Cepero los sacan del carro (coche) y se lo llevan a cada uno por vías diferentes y a sitios diferentes. Si mi marido estaba vivo en ese momento y después resulta que está muerto (en el hospital) es evidente que atentaron contra su vida y la de Cepero”, denunció la viuda.
Para Acevedo, nada de lo expuesto ahora por Carromero es nuevo: “Desde el primer instante estábamos diciendo que eso no había sido un accidente casual”, que los mensajes de texto que “enviaron por sus teléfonos” señalaban que un “carro los había embestido y sacado de la carretera”, por lo que “no hubo un accidente casual por exceso de velocidad, sino provocado”, insistió.
Se refirió además a la extrema prudencia con que conducía su marido y al cuidado que exigía a todo el que se ponía al volante, de manera que, aseguró la viuda, “la excusa que alegaron (las autoridades cubanas) para acusarle a Carromero es falsa. No iba a exceso de velocidad. Oswaldo no se lo hubiera permitido”.
Preguntada si considera que el Gobierno español debería impulsar de inmediato una investigación de los hechos, Acevedo respondió que no va a exigir al Estado español que defina cuál es su postura, pero que este “tiene en sus manos suficientes confirmaciones de que lo que ocurrió no fue un accidente casual”.
“Yo no voy a decir al Gobierno español lo que tiene que hacer. Ellos decidirán libremente si se ponen de parte de la justicia y buscan la verdad o simplemente permanecen como hasta ahora, callados” y manteniendo la “culpabilidad” de Carromero.
Acevedo, quien se encuentra en Miami -junto con su hija y otros familiares- acogida al programa de refugiados políticos de Estados Unidos, dejó claro que continuarán “insistiendo en el derecho a una investigación internacional al margen del Gobierno cubano”, independiente, para esclarecer las circunstancias de la muerte de Payá, que tenía también la nacionalidad española.
Para la viuda se trata de una cuestión de “justicia y de buscar la verdad”, y, en ese sentido, el Gobierno español “decidirá si toma el camino de la justicia y la verdad o, sencillamente, el camino que les convenga, que es lo que están haciendo hasta ahora”, se quejó.
Asimismo reiteró que estudia interponer una demanda ante la Audiencia Nacional española por la muerte del líder del MCL, al tiempo que denunció que su marido “tenía una historia de años de amenazas de muerte”.
En concreto, comentó que solo un mes antes de la muerte de Payá habían volcado tras ser embestidos en “plena carretera, en un lugar de visibilidad inmensa”, cuando viajaban en su coche a visitar a unos familiares.
“Milagrosamente no nos matamos”, dijo, y detalló que con frecuencia “nos zafaban las tuercas de las gomas del carro, pero estas nunca se cayeron porque Oswaldo conducía despacio”, por lo que la versión de que Carromero conducía a exceso de velocidad “es falsa”, hizo hincapié.
“El Gobierno español sabe lo que pasó y le tocará definir su postura”, sentenció la viuda de Payá, quien expresó su determinación de seguir “luchando hasta el final”, hasta que pueda “descubrir la verdad y el pueblo de Cuba sepa la verdad de lo que pasó”.
“El Gobierno español sabrá de qué parte se pone”, subrayó.
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