DE LA DICTADURA
A LA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
por
Gene Sharp
Traducción al Español por Caridad Inda
NECESIDAD DE
LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
Planificación realista
En el futuro, la acción
popular no planificada indudablemente va a
jugar un papel
importante en los movimientos contra
las dictaduras.
Sin embargo, ahora ya es posible calcular los modos más efectivos
de dar al traste con una dictadura,
determinar cuando la situación
política y el sentir popular
están maduros, y cómo decidir la manera
de comenzar una campaña. Se requiere un juicio muy cauto, basado
en un cálculo realista
de la situación y de las capacidades del pueblo,
para seleccionar la manera más efectiva de conquistar la libertad en
tales circunstancias.
Si uno desea lograr algo, es de sabios planear
cómo hacerlo.
Mientras más importante sea la meta, o mayor la gravedad
de las
consecuencias en caso de fracaso, más importante resulta la
planeación. La planificación estratégica aumenta la probabilidad
de que todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen y
empleen de la manera más efectiva. Esto es especialmente cierto
cuando se trata
de un movimiento democrático—que dispone
de
recursos materiales limitados y cuyos colaboradores están en
peligro— que esté tratando
de derribar una potente dictadura. Por
el contrario, la dictadura por lo general tiene acceso a muchos
recursos materiales, fuerza
organizativa y capacidad de cometer
barbaridades.
"Planificar una estrategia" aquí quiere decir calcular un curso
de acción que hará factible
pasar de una situación presente a un
futuro deseado. En los términos de esta discusión, significa pasar
de la dictadura a un sistema democrático en el futuro. Un plan para
alcanzar esos objetivos por lo general consiste en una serie, en
distintas etapas, de campañas y otras actividades, organizadas y
diseñadas para fortalecer a la población
y la sociedad oprimidas y
para debilitar la dictadura. Adviértase aquí que el objetivo no es
simplemente destruir la dictadura en curso, sino establecer un
sistema democrático. Una gran estrategia que limite su objetivo sólo
a destruir la dictadura en boga corre un terrible riesgo de producir
otro tirano.
Obstáculos a la planificación
Algunos partidarios de la libertad,
en diversas partes del mundo,
no ponen toda su capacidad al servicio de cómo alcanzar la
liberación. Sólo raramente esos abogados de la causa reconocen
plenamente la importancia de una meticulosa planificación
estratégica antes de actuar. Por lo tanto, casi nunca lo hacen.
¿Por qué será que las personas que tiene la visión de traer la
libertad política a su pueblo, tan raramente preparan un plan
estratégico global a fin de alcanzar esa meta? Desafortunadamente,
con frecuencia la mayoría
de los miembros de un grupo
democrático
de oposición no entienden la necesidad que hay de planear o no
están acostunbrados o capacitados a pensar estratégicamente. Esta
es una tarea difícil.
Constantemente acosados por la dictadura
y
agobiados por sus responsabilidades inmediatas, los líderes de la
resistencia
no tienen ni la seguridad ni el tiempo
para desarrollar
las destrezas de cómo pensar
en base a lo estratégico.
Por el contrario, el patrón común es simplemente reaccionar a
las iniciativas de la dictadura. Así la oposición está siempre a la
defensiva, tratando de defender libertades limitadas o los bastiones
de la libertad; en el mejor de los casos, demorando el avance de los
controles dictatoriales, u ocasionándoles problemas a las nuevas
políticas del régimen.
Algunos individuos o grupos, por supuesto, no ven que haya
necesidad de una amplia planificación a largo plazo para un
movimiento de liberación. En cambio, piensan ingenuamente que
si ellos simplemente se abrazan a sus ideales
con fuerza y tesón du-
rante un tiempo suficiente, de alguna manera acabarán por
realizarlos.
Otros asumen que porque simplemente viven y dan tes-
timonio de sus principios e ideales frente a las dificultades, están
haciendo cuanto pueden
para implementarlos. El compromiso
con
los objetivos humanitarios y la lealtad a los ideales son admirables
pero inadecuados para acabar
con una dictadura y conquistar la
libertad.
Otros opositores de la dictadura
muy ingenuamente creen que
si sólo llegan a emplear
la violencia suficiente, la libertad llegará
sola. Pero, como apuntamos antes, la violencia
no garantiza el éxito.
En vez de a la liberación, ésta puede llevar a la derrota, a la tragedia
masiva o a ambas. En la mayoría
de los casos la dictadura
está mejor
equipada para la lucha violenta,
y las realidades militares rara vez
están a favor de los demócratas.
También hay activistas que basan su acción en lo que ellos
sienten que deben hacer. Estos modos de abordar la situación son
no sólo egocentristas sino que no ofrecen guía alguna para desarrollar
una gran estrategia de liberación.
La acción basada en la "idea genial" que alguien haya tenido
también es limitada. Lo que se necesita en lugar de eso es la acción
basada en un cálculo minucioso
de los "siguientes pasos" que hay
que dar para derrocar la dictadura.
Sin un análisis estratégico, los
líderes de la resistencia a menudo no sabrán cuál deberá ser ese
"siguiente paso", porque no han pensado
seriamente en los pasos
sucesivos que hay que dar para alcanzar
la victoria. La creatividad
y las ideas brillantes son muy importantes, pero tienen que ser
utilizadas para hacer avanzar la causa de las fuerzas democráticas.
Sagazmente alerta en cuanto a la multitud
de acciones que
podrían tomarse contra
la dictadura, e incapaces de determinar
cuándo empezar, algunas personas aconsejan "Hacerlo todo al mismo
tiempo". Esto podría
ser útil, pero, por supuesto, es imposible,
especialmente en momentos relativamente débiles. Es más, un
enfoque semejante no suministra una guía acerca de dónde
comenzar, dónde
concentrar el esfuerzo
y cómo usar los recursos, la
mayor parte de las veces limitados.
Otras personas o grupos pueden contemplar la necesidad de
alguna planificación, pero sólo
pueden pensarla a corto plazo
y sobre
base táctica. Puede que no vean que una planificación a largo plazo
es necesaria o posible. Puede que a veces sean incapaces de pensar
y analizar en términos estratégicos, y se permiten,
repetidamente,
ser distraídos por cuestiones de poca monta, a menudo respondiendo
más a las acciones de sus adversarios en lugar de tomar la iniciativa
para la resistencia democrática. Dedicándoles tanta energía a
actividades de corto
plazo, estos líderes con frecuencia
dejan de
explorar cursos alternativos de acción, donde
podrían encauzarse todos los esfuerzos para ir acercándose
progresivamente a la meta.
También es quizá posible que algunos movimientos
democráticos no planeen
una gran estrategia para hacer caer la
dictadura, sino que se concentren en problemas
inmediatos por
alguna muy buena razón. En su fuero interno
no creen que pueden
acabar con la dictadura por su propio esfuerzo. Por consiguiente, el
planear cómo hacerlo
se considera una romántica
pérdida de tiempo
o un ejercicio inútil.
Los que luchan por la libertad contra
una
dictadura brutal bien establecida tienen que enfrentarse a un poder
militar y policiaco
tal que parece que los dictadores siempre
podrán
salirse con la suya. Carentes de verdadera esperanza, estas perso-
nas, a pesar de todo, desafiarán la dictadura por razones de
integridad o tal vez de historia. Aunque
no lo admitan nunca, ni lo
reconozcan jamás, sus acciones a sus propios ojos estarán
desprovistas de esperanza. A partir
de ahí, para ellos la planeación
de una gran estrategia a largo plazo no vale la pena.
El resultado de esa incapacidad de planear estratégicamente
suele ser drástico: se dispersan las fuerzas, las acciones son
inefectivas, se dilapida la energía en asuntos sin importancia, y los
sacrificios se hacen para nada. Si los demócratas no planifican
estratégicamente, lo más probable
es que no alcancen sus objetivos.
Una mezcla de acciones no planeadas ni integradas, no va a llevar
adelante ningún esfuerzo de resistencia significativo. En lugar de
ello, lo más probable
es que le permitan a la dictadura
aumentar sus
controles y su poder.
Desafortunadamente, porque rara vez se desarrollan planes
estratégicos amplios para la liberación, las dictaduras parecen ser
más duraderas de lo que de hecho
son. Sobreviven
por años y
décadas más allá de lo que podría ser el caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario