Posted on 14 de julio de 2012
Por: Franco D´Orazio P.
El género dramático conocido como La Tragedia Griega es originario de la Antigua Grecia, el cual se inspiraba en ritos y representaciones sagradas a las que asistía todo el pueblo. Alcanzó su apogeo en Atenas unos cinco siglos antes de Cristo y continuó sin grandes modificaciones hasta el Romanticismo, época en la cual se abordaron las discusiones sobre los géneros literarios, mucho más que en el Renacimiento. Luego, en la Edad Media, cuando ese género era poco conocido aún, el término asumió el estilo trágico devenido en un sinónimo bastante genérico de poesía o estilo ilustre que fue utilizado por célebres dramaturgos italianos, alemanes franceses y españoles1.
El argumento de la tragedia es la caída de un personaje importante que mueve a compasión, lastima o terror, a fin de purificar esa pasión en el espectador, y el motivo es el mismo que el de la épica, es decir el mito; pero desde el punto de vista de la comunicación la tragedia despliega significados totalmente diferentes. También es una composición lírica destinada a lamentar sucesos infaustos. Para su interpretación aparecían hasta un máximo de tres personajes en escena, la cual se desarrollaba en anfiteatros o hasta en plazas públicas y se presentaban en las fiestas celebradas en Atenas en honor a Dionisos, el dios de la embriaguez. Su creador fue Tespis, quién narra la trama y pone en boca del actor el tema mítico.
Según Aristóteles, la tragedia nace como una improvisación a la cual le atribuyó un valor catártico, es decir de purificación, dada la impresión que el drama produce en el espectador. Reconocidos autores griegos de la tragedia fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides, quienes le infundieron el carácter fatalista, humano y pasional que llevan al espectador a considerar el enigma del destino… y entre ellos narraron un treinta por ciento del total de tragedias que fueron representadas teatralmente2.
Esta expresión cultural exquisita, dinámica, popular, forma parte integral de la rica cultura griega… ya eternizada en la historia de la humanidad.
La Grecia de siempre…
Hablar Grecia es hablar de la historia del hombre contemporáneo, de la génesis de la civilización occidental, del ser humano evolucionado, cuyo perfeccionamiento educativo, humanístico, artístico, científico, arquitectónico y hasta deportivo, por ser cuna de los juegos olímpicos… incluyendo los desarrollos filosóficos y políticos más avanzados, tuvieron en la cultura griega asidero fundamental; y en su apogeo durante los Siglos V y IV antes de Cristo, la Antigua Grecia tenía entonces la economía más avanzada del mundo.
El griego fue un pueblo guerrero en la antigüedad, exitoso por cierto; conquistados inicialmente por algunos imperios como el Persa, después por Esparta y luego Macedonia, pero que posteriormente evolucionaron hasta dominar otros territorios adyacentes al Mediterráneo, abarcando la Mesopotámia y el Asia Menor, ambas en épocas Alejandrinas… A continuación fueron dominados de nuevo por otros imperios como el Romano, por ejemplo, a partir de cuya escisión en oriental y occidental Grecia pasó a formar parte del Bizantino (denominado imperio griego medieval, o imperio romano de oriente) constituido luego en uno de los más grandes imperios de la historia de Europa, que abarcó desde el Mar Adriático y el Sur de Italia hasta el Oriente Medio. De la ciudad capital de Bizancio surgió Constantinopla, actual Estambul (capital de Turquía)… que en su momento se erigió como la segunda Roma y centro de las civilizaciones de las antiguas Grecia y Roma; aunque la superioridad de la cultura griega modificó profundamente la romana convirtiéndola en su heredera2. Así, el establecimiento del reinado romano no rompió la prolongada continuidad de la sociedad y la cultura helenística, que se mantendrían con el mismo estilo básico hasta la llegada del cristianismo, pero que señaló el final de la independencia política griega. El imperio griego de Bizancio también se considera uno de los más longevos de la historia, pues duró más de mil años, desde el Siglo V hasta el Siglo XV.
A continuación de la caída de Constantinopla se dio la entrada de los otomanos en Grecia, al igual que en el resto de los Balcanes. Los griegos vivieron durante 350 años bajo el yugo turco, del que se liberaron en 1821 gracias a la guerra de independencia, después de la cual se constituyó el moderno Estado griego… siendo el noble Ioannis Kapodistrias el primer ministro de esa Grecia moderna. A finales del Siglo XIX los griegos continuaron batallando contra los turcos para liberar territorios hasta entonces sometidos, y hace apenas poco más de un siglo que el país helénico se independizó totalmente de ellos y su territorio quedó circunscrito dentro de las fronteras actuales, en virtud de los acuerdos desplegados en 1923, una vez finalizada la primera guerra mundial.
Así resumido, Grecia exhibe una larga y rica historia a través de la cual extendió su influencia sobre tres continentes: Europa, África y Asia. Es un país maravilloso fundado hace más de tres milenios sobre un territorio estratégico entre Europa y Eurasia, que cuenta con una superficie continental modesta, inferior a los ciento treinta y tres mil kilómetros cuadrados, incluyendo aguas interiores de la cuenca del Egeo, un mar que ha sido de gran importancia en la historia y el desarrollo de la cultura y la civilización helenística… y que incluye una rica área insular con unas 9.000 islas, islotes y afloramientos rocosos que le asocian un mar continental importante con unos 16 mil kilómetros de costas, incluyendo los afloramientos rocosos, que la ubican como la segunda de Europa en longitud costera tras Noruega y décima del mundo detrás de los Estados Unidos, que no es poco decir. Grecia está situada en el lado sur de los Balcanes, donde limita con Bulgaria, Macedonia y Albania al norte, al este con Turquía y al oeste y sur con el mar Jónico y el Mediterráneo; y de acuerdo a estudios demográficos de Eurostat, la población de este país ronda los 12 millones de habitantes.
Fin Parte I
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