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Papa insta a cubanos a buscar "auténtica libertad"
Reuters - Hace 30 minutosExámenes indican ausencia tumor laringe de ex pdte Brasil Lula
Reuters - Hace 32 minutos
LA HABANA (AP) — El Papa Benedicto XVI demandó mayores libertades para la iglesia Católica en Cuba durante su homilía el miércoles en la plaza que constituye el santuario mismo de la revolución cubana y denunció el "fanatismo" que intenta imponerse, poco antes de que se reuniera con el ex presidente cubano Fidel Castro.
Al momento no se conocen detalles del encuentro que acaba de concluir y que duró una media hora, dijo el vocero del Vaticano Federico Lombardi.
Las palabras del Papa se constituyeron en un inédito y duro mensaje político ofrecido en una misa a la que asistieron cientos de miles de personas. Benedicto XVI dijo que la gente encuentra la libertad cuando la busca a través de lo que ofrece el cristianismo.
"Por otra parte, hay otros que interpretan mal esa búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en su verdad e intentando imponerla a los demás", dijo el Santo Padre al leer en español su homilía.
No citó por su nombre al gobierno, pero más tarde urgió a Cuba a permitirle a la iglesia mayor libertad para difundir su mensaje.
Esos fanáticos son, dijo el Papa, "como aquellos legalistas obcecados que, al ver a Jesús golpeado y sangrante, gritan enfurecidos: !Crucificalo!. Todo ser humano ha de indagar la verdad y optar por ella cuando la encuentra, aún a riesgo de afrontar sacrificios".
Cientos de miles de cubanos abarrotaron la Plaza de la Revolución para la misa matutina, y se protegieron del inclemente sol con sombrillas, viseras, mientras ondeaban banderas, pequeñas y grandes al tiempo que el Papa transitaba su Papamóvil blanco y blindado. En ocasiones, el Papa les respondía con la mano sentado desde su vehículo.
En medio de vivas que daban locutores y animadores por micrófonos y en los que se oía "Benedicto, Benedicto confírmanos en Cristo" o "viva el Papa", el Santo Padre arribó a la plaza, donde minutos antes ya había llegado el presidente Raúl Castro enfundado en una guayabera blanca.
El mandatario cubano y varios de sus ministros tenían asientos en primera fila.
"Queridos amigos, no vacilen en seguir a Jesucristo", dijo el Papa en su homilía. "En él hallamos la verdad sobre Dios y sobre el hombre. El nos ayuda a derrotar nuestros egoísmos, a salir de nuestras ambiciones y a vencer lo que nos oprime. (La iglesia) vive para hacer partícipes a los demás de lo único que ella tiene, y que no es sino Cristo".
Pero para poder ejercer esta tarea, aseguró, "ha de contar con la esencial libertad religiosa, que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente".
"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe", dijo el Papa. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar".
Al término de la misa, el presidente Raúl Castro subió hasta el altar y, serio, saludó al Papa estrechando sus dos manos y luego hizo un gesto como mostrando el lleno de la plaza donde se escucharon vivas.
En la víspera, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que en el encuentro privado del martes entre el Papa y el presidente Castro, Benedicto XVI pidió que el gobierno considerara declarar el viernes santo como feriado.
Cuando Juan Pablo II visitó Cuba 14 años atrás, el gobierno declaró como festivo la víspera de la Navidad.
El Vaticano espera una respuesta. Antes, había dicho que el Pontífice estaba disponible, por lo que la confirmación por parte de Castro era todo lo necesario para asegurar la reunión y terminar semanas de especulación sobre si Castro repetiría el encuentro que sostuvo con el Papa Juan Pablo II durante su histórica visita en 1998.
"Gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI, como lo hice con Juan Pablo II, un hombre a quien el contacto con los niños y los ciudadanos humildes del pueblo suscitaba, invariablemente, sentimientos de afecto", escribió Castro la noche del martes en una nota publicada en el sitio oficial Cubadebate. "Decidí por ello solicitarle unos minutos de su muy ocupado tiempo cuando conocí por boca de nuestro canciller Bruno Rodríguez que a él le agradaría ese modesto y sencillo contacto".
"Yo estoy aquí para apoyar a los dirigentes de nuestro país", dijo Dioleisis Fontela, un profesor universitario. Para apoyar nuestra revolución".
"Yo soy creyente", dijo Carlos Herrera, un trabajador del sector turismo de 45 años. "El Papa es algo grande para los cubanos, vengo a escuchar sus palabras, palabras sabias para el pueblo cubano eso nos ayuda, nos da paz".
Aunque había miles de personas en la plaza, algunas abandonaron la misa a su inicio un poco por aburrimiento y otras alegando falta de organización.
Dos jóvenes estudiantes, que sólo se identificaron como Roberto y Gisele, dijeron que se iban de la misa porque ya habían cumplido con su profesora, que les había pedido que fueran.
"Nosotros vinimos con el grupo de nuestra aula y nos estamos yendo porque no puedo más", dijo Roberto. "Yo viene por cumplir con la profesora. Ya marqué (cumplí) y me voy".
Por su parte Rosa Leal, una jubilada que estaba ubicada a uno de los lados de la plaza, dijo que "cuando (la visita) de Juan Pablo II esto estaba mejor organizado. Aquí no se oye nada, yo me voy".
Antes de la misa, blogueros opositores al gobierno y comentaristas en Twitter habían dicho que a miembros del grupo opositor las Damas de Blanco les habían impedido ir a la misa y que algunos líderes opositores habían sido detenidos.
Esos reportes fueron reiterados por Amnistía Internacional.
Fue imposible ponerse en contacto con alguno de los grupos opositores líderes de la isla.
Uno de los más conocidos disidentes, Elizardo Sánchez, y quien funge como el vocero de facto de la oposición, dijo no poder confirmar distintas versiones sobre la detención y/o prohibición por parte de agentes de seguridad estatal para que pudieran salir de sus casas y acudir al acto religioso.
La audiencia y la misa de Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución se da 14 años después de que Juan Pablo II ofició en el mismo sitio ante cientos de miles de personas, entre ellos el propio Fidel. En aquel entonces, se dispuso una imagen de Jesucristo del otro lado de la icónica imagen del héroe revolucionario Ernesto Che Guevara, un notable hecho para un país que había sido oficialmente ateo hasta 1992.
En esta ocasión, un gigante afiche de la santa patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, cubrió la fachada de uno de los edificios de la plaza junto a la imagen Che. La Virgen ha sido el foco espiritual durante la visita de tres días de Benedicto XVI, que coincidió con el 400mo aniversario de la aparición de la diminuta imagen.
El Pontífice, que llegó el lunes a la ciudad oriental de Santiago, su primera escala en la isla, parte de regreso a Italia a las seis de la tarde del miércoles (2200 GMT).
Pero Reinero Martínez, un chofer de 47 años, dijo que estaba en la plaza de las 4 de la madrugada junto con otras siete a ocho personas que estaban en la grama durmiendo. Si el Papa vino a Cuba "es por algo y debe ser bueno, además el Papa es una gente chévere", dijo Martínez, quien aseguró que asistía al acto porque lo habían organizado en su trabajo.
Aunque algunos en la plaza manifestaron que eran creyentes, otros parecieron menos convencidos.
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Los reporteros que cubren la visita papal están en Twitter como: https://twitter.com/@/AP/pope-visit
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