LO PEOR DE LO PEOR
Por: Juan Manuel Cao
Díaz Canel, que tiene 58 años, representa lo peor de su generación. Porque para ganarse de tal modo la confianza de la familia Castro, y especialmente de Raúl, tiene que haber entregado numerosas pruebas de incondicionalidad, y eso, en el contexto de una dictadura totalitaria, significa haber sido muy mala persona. Hay un montón de términos populares que la propia generación de Díaz Canel ha utilizado para describir a estos personajes: un tracatán, un militonto, un atracaíto, un seguroso, y un chivatón. Conocí a algunos que eran joviales, guarosos, y compartidores, pero que por detrás escribían informes contra aquellos a los que de frente extendían la mano. La verdad obvia es que Díaz Canel forma parte del aparato: otro término despectivo que su generación utiliza para señalar a las SS del fascismo castrista.
Este señor, insisto, representa lo peor de sus contemporáneos, lo más abyecto. Porque mientras él escalaba en la cadena de mando dictatorial, lo mejor de su generación estaba oponiéndose a los actos de repudio, y a la pena de muerte; iniciando el movimiento pro-derechos humanos, recogiendo firmas para el proyecto Varela, pudriéndose en una cárcel, marchando junto a las Damas de Blanco, y UNPACU, o escribiendo canciones contestatarias, escapando y a veces muriendo en una balsa, o atravesando medio continente a merced de los coyotes.
Este tipo es lo peor, no me lo quieran vender ahora como un factor de cambio, porque no lo es.
Por: Juan Manuel Cao
Díaz Canel, que tiene 58 años, representa lo peor de su generación. Porque para ganarse de tal modo la confianza de la familia Castro, y especialmente de Raúl, tiene que haber entregado numerosas pruebas de incondicionalidad, y eso, en el contexto de una dictadura totalitaria, significa haber sido muy mala persona. Hay un montón de términos populares que la propia generación de Díaz Canel ha utilizado para describir a estos personajes: un tracatán, un militonto, un atracaíto, un seguroso, y un chivatón. Conocí a algunos que eran joviales, guarosos, y compartidores, pero que por detrás escribían informes contra aquellos a los que de frente extendían la mano. La verdad obvia es que Díaz Canel forma parte del aparato: otro término despectivo que su generación utiliza para señalar a las SS del fascismo castrista.
Este señor, insisto, representa lo peor de sus contemporáneos, lo más abyecto. Porque mientras él escalaba en la cadena de mando dictatorial, lo mejor de su generación estaba oponiéndose a los actos de repudio, y a la pena de muerte; iniciando el movimiento pro-derechos humanos, recogiendo firmas para el proyecto Varela, pudriéndose en una cárcel, marchando junto a las Damas de Blanco, y UNPACU, o escribiendo canciones contestatarias, escapando y a veces muriendo en una balsa, o atravesando medio continente a merced de los coyotes.
Este tipo es lo peor, no me lo quieran vender ahora como un factor de cambio, porque no lo es.