Los expertos cubanos consultados por 14ymediocoinciden en que las previsiones de la Cepalconfirman el estancamiento de la economía nacional. Algunos, incluso, dudan de que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) alcance el 1,5% anunciado la semana pasada por este organismo de Naciones Unidas.
Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el PIB crecerá en promedio un 1,5% en todo el continente, lejos del 2,2% que vaticinó en abril pasado.
"En lugar de remontar las cifras de 2017 lo que hace Cuba es estancarse", apunta el economista Elías Amor Bravo, quien señala además que el propio Gobierno cubano ha fijado en un 3% el crecimiento necesario para superar sus problemas estructurales externos e internos.
Para Amor Bravo, presidente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, son dos los motivos que han llevado a la Isla a tener una de las perspectivas de crecimiento más bajas de la región: por un lado, se encuentra una inversión deficiente en infraestructuras, comunicaciones, energía o vivienda, y por otro un elevado déficit público, por encima del 11,5% del PIB en 2017.
Para Amor Bravo son dos los motivos que han llevado a la Isla a tener una de las perspectivas de crecimiento más bajas de la región: una inversión deficiente en infraestructuras y un elevado déficit público
El investigador cubano Pavel Vidal, catedrático de la Universidad Javeriana de Cali (Colombia), advirtió durante una conferencia en Miami de que la descapitalización de la economía de la Isla y la caída de su productividad han abierto una "brecha" con Latinoamérica que solo podrá cerrarse con un aumento de la tasa de inversión hasta situarse en torno al 10-15% del PIB. Esta cifra está lejos de alcanzarse según Amor Bravo, quien sostiene que el protagonismo de las inversiones en el PIB de la Isla ha sido solo de un 9% entre 1995 y 2017.
2018 está siendo un año difícil para la economía cubana, especialmente por una caída del 6,5% en la llegada del turismo en el primer semestre, atribuida por el Gobierno a la reducción de viajes de estadounidenses por las medidas restrictivas de la Administración de Donald Trump, especialmente las restricciones a que sus nacionales se hospeden en hoteles gestionados por las Fuerzas Armadas.
En contraposición, el número de visitantes que llega en cruceros ha crecido, pero se trata de un turismo que deja pocos ingresos al país. Si en 2016 un extranjero gastaba una media de 765 dólares, un crucerista desembolsaba únicamente en torno a 50, según un informe elaborado por The Havana Consulting Group.
"Este año va a ser muy negativo para Cuba, sobre todo cuando se empiece a notar la caída del petróleo de Venezuela, de las remesas y especialmente una temporada turística que va a ser muy negativa. Combinando todos estos factores, la economía cubana se va a encontrar en un crecimiento prácticamente nulo o incluso negativo", predice el presidente del OCDH, también profesor universitario en Valencia (España) y autor del blog Cubaeconomía.
La cosecha azucarera tampoco puede contribuir a mejorar la maltrecha economía nacional, ya que no logra remontar la cuesta abajo por la que transita desde hace años. En la zafra 2017-2018 la Isla produjo poco más de un millón de toneladas de azúcar crudo en lugar de los 1,6 millones previstos.
"El Producto Interno Bruto no es solo un número, es básicamente un indicador que debe reflejarse en la economía de las familias y debe significar algo para la cotidianidad de los bolsillos", afirma Karina Gálvez
Para el economista Jorge Sanguinetty, que dirige Programa Latinoamericano en Economía Aplicada en la American University y actualmente reside en Miami, la perspectiva de crecimiento de un 1,5% para la Isla es una cifra realista pese a que la Cepal hace uso de datos emitidos por las instituciones cubanas para realizar sus predicciones.
"En cualquier lugar donde hay estadísticas económicas tú sabes de dónde vienen los datos y cómo se calculan. En el caso de Cuba no es así. Solo se tienen grandes estimados", señala Sanguintetty. Esta afirmación es compartida por Amor Bravo, quien señala que la Isla no tiene datos para predecir el comportamiento de la economía a corto plazo, lo que dificulta la exactitud de las predicciones.
"Cualquiera que sea el crecimiento de la economía no significa que sea un crecimiento en el consumo. La economía puede crecer en un 10% y el gasto del Gobierno puede absorber todo el crecimiento y no reflejarse en la vida de las personas", señala Sanguinetti.
Desde Pinar del Río, donde se enfrenta cada día a las dificultades de la vida real, la economista independiente Karina Gálvez confirma esta percepción: "El Producto Interno Bruto no es solo un número, es básicamente un indicador que debe reflejarse en la economía de las familias y debe significar algo para la cotidianidad de los bolsillos".
Y, "con salarios nominales que se encuentran casi en la indigencia", agrega Amor Bravo, no se puede activar el consumo privado, que es clave para el crecimiento económico.
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