Fuertes críticas tras la decisión de Raúl Castro de no anunciar cambios en la controvertida ley
26.12.2011 | Publicado en edición impresa
LA HABANA.- La frustrada expectativa de un cambio en las leyes migratorias de Cuba provocó gran decepción en la isla y una ola de críticas tanto en el exilio como en la disidencia interna. A pesar de que desde medios afines al oficialismo se había extendido la idea de que Raúl Castro tenía planeado anunciar el viernes pasado en el Parlamento una reforma migratoria, el presidente cubano defraudó al no anunciar cambios y postergar sin plazos cualquier modificación.
"No hay decepción, hay renovación de la decepción", escribió en su cuenta de Twitter Rey, un ciudadano cubano que resumía así el sentimiento de frustración de la gran mayoría de cubanos, deseosos de una reforma migratoria que les permita viajar libremente al exterior tras 50 años de restricciones. "Muchas las promesas incumplidas [?] la cacareada reforma migratoria es la última en la lista de espera", añadió Rey, uno de los cientos de usuarios que siguieron por las redes sociales las informaciones que los canales oficialistas iban difundiendo con cuentagotas sobre la sesión parlamentaria del pasado viernes, una reunión en la que muchos esperaban que Castro anunciara la suspensión de las trabas migratorias.
Sin embargo, el mandatario cubano pasó de puntillas sobre el asunto, al igual que hizo en agosto pasado. "Reafirmo la inevitable voluntad de introducir paulatinamente los cambios requeridos en esta compleja temática, sin dejar de valorar en toda su integridad los efectos favorables y desfavorables de cada paso", dijo el presidente. Es decir, un discurso parecido al que pronunció el pasado 1° de agosto, en la primera reunión del año de la Asamblea Nacional (Parlamento), que sólo sesiona dos veces al año.
Desde que triunfó la revolución, en 1959, el tema migratorio es uno de los que generan mayor controversia entre Cuba y Estados Unidos, donde vive el 80% de los dos millones de cubanos que se marcharon de la isla, de forma legal o ilegal, y sus descendientes.
Los cubanos, con un salario promedio de 20 dólares al mes, sólo pueden viajar al exterior con una carta de invitación, requieren un permiso de salida oficial (la llamada "tarjeta blanca") y deben pasar un proceso burocrático largo y tedioso, en el que muchos ven denegada su solicitud por razones ideológicas. Para los que lo consiguen, el costo económico supera los 500 dólares.
Ni el gobierno comunista ni la prensa cubana, bajo control del régimen, han precisado los alcances que tendría una hipotética reforma migratoria, pero algunos expertos sostienen que debe implicar la eliminación de los engorrosos y caros permisos de salida y entrada al país, así como la supresión de la figura del denominado "emigrante definitivo", al que el Estado le confisca sus bienes (en el caso de que el interesado no los venda o los done) si permanece en el exterior más de 11 meses.
Días antes de la reunión del Parlamento, la posible reforma, largamente esperada por los cubanos y por el exilio, motivó largas discusiones en las calles cubanas, y ante todo generó un encendido debate en Internet, tanto en los blogs oficialistas como en los críticos del gobierno.
Las expectativas aumentaron, tanto dentro como fuera de la isla, después de que el jueves el bloguero que firma bajo el nombre de Yohandry, habitualmente bien informado, dijo que era "inminente" el anuncio de cambios migratorios.
"Yohandry, mejor te dedicas a dar el parte meteorológico, porque de la reforma migratoria, nada", se burló Jacob, otro twittero desencantado, mientras que Jesús escribió que la reforma migratoria se quedó en "estamos trabajando en eso".
La bloguera opositora Yoani Sánchez, una de las más seguidas en la Red, y que ha intentado infructuosamente viajar al exterior 18 veces desde que volvió en 2002 tras vivir dos años en Suiza, escribió en su cuenta de Twitter: "Raúl Castro autoriza la salida de las cárceles pequeñas, pero todavía no anuncia la salida de la cárcel grande". Sánchez, que se refería al indulto sin precedente por razones humanitarias de 2900 presos, entre ellos 86 extranjeros, que el gobernante anunció el viernes ante el Parlamento, dijo haberse quedado como lo anunció el jueves en un su blog Generación Y: "Con la maleta preparada".
Fuera de las redes sociales, Berta Soler, vocera del grupo disidente Damas de Blanco, comentó que los anuncios del régimen son "migajas". "El pueblo sigue esperando que exista libertad para moverse fuera del país", dijo. Por su parte, el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez señaló que las cortapisas para aprobar una reforma migratoria dejan en claro que se mantendrá "la exclusión de un sinnúmero de cubanos que no simpatizan con el régimen".
Agencias AFP, Reuters y EFE
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