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¡Salvemos al Oasis!
CIENFUEGOS, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Casi desconocido para algunos, completamente olvidado para otros y muy querido y respetado para una exigua minoría de intelectuales y jóvenes estudiosos de la filosofía y el pensamiento del apóstol, se alza en la zona de Playa Alegre, antiguo reparto Laredo de la ciudad de Cienfuegos, el Oasis Teosófico Martiano.
La casona rectangular, rodeada de amplios portales y áreas para el cultivo de flores, fue adquirida por el emigrado español Manuel Martínez Méndez en el año 1952, según consta en escritura número 69 del 30 de noviembre de 1953, ante el notario Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, quien más tarde fuera presidente de Cuba.
El Reglamento interior de la Institución en su artículo primero establece: “La Fundación Cultural Oasis Teosófico- Martiano, es un centro de divulgación y formación cultural”.
Desde la adquisición del inmueble, la casona ha fungido como sede institucional, nunca como vivienda. Durante sus sesenta años de existencia ha sido un centro para la difusión de la filosofía, la teosofía, el misticismo, la historia universal y especialmente la local, la literatura y el arte en general, pero sobre todo el pensamiento de José Martí.
El propósito de la institución queda definido en las propias palabras de Manuel Martínez, utilizadas constantemente como invocación de apertura de las reuniones habituales: “Este Oasis Teosófico-Martiano es un lugar de paz donde se ha de practicar la fraternidad. Sus fines primordiales son el amor a la verdad vivido en la práctica, hacer de la patria ara y no pedestal y propagar aquella antigua sabiduría o aquel saber que sabe lo divino”.
En este sentido, la institución ha mantenido su línea de trabajo a través del tiempo, siempre siguiendo los preceptos de su fundador y primer presidente. Las múltiples reuniones con charlas, conferencias y debates así lo demuestran. En sus comienzos se realizaron cursos dedicados al estudio del pensamiento de José Martí. Estos cursos contaron con la colaboración de intelectuales de la talla de: Isidro Méndez, Miguel Soto, Heriberto Palenque y Saturnino Tejera entre otros.
De esta brillante etapa merece destacarse la presencia del Dr. Agustín Acosta, en aquel momento considerado el poeta nacional, el investigador Walter Blonquist, autor del libro Homonomía, así como la visita de personalidades jurídicas y políticas de la localidad como el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado.
Entre los años sesenta y hasta el final de la década del ochenta, época durante la cual el totalitarismo implementa un profundo control social, la institución perdió el esplendor de la fase inicial; aunque continuaron las reuniones con muy escasa asistencia y poca regularidad. La muerte del presidente fundador en 1976 contribuyó al debilitamiento del trabajo.
Al final de la década del ochenta algunos jóvenes intelectuales de la localidad y de municipios cercanos se aproximan a la institución, comienza así una nueva etapa de esplendor que contó con la colaboración de destacados martianos de nuestra provincia.
A partir de 1993 asume la presidencia de la Fundación el Dr. Alberto Roteta Dorado, conocido médico y profesor de la localidad que se ha dedicado además al estudio de la filosofía y la teosofía por más de veinte años. De esta nueva etapa merecen destacarse las participaciones de destacados intelectuales contemporáneos de la provincia entre los que se encuentran: el filólogo e investigador José Díaz Roque, los profesores universitarios Roberto Sotolongo, Mirta Luisa Acevedo, Esperanza Díaz, el poeta Vega Falcón, y más recientemente los jóvenes escritores Ariel López Home y Fidel Gómez, entre otros.
No obstante la gran labor de esta institución – única de su tipo en Cuba, su quehacer fue interrumpido en noviembre del año pasado, situación que hasta el presente se mantiene, sin que nada haga presagiar que pueda cambiar. Por la fecha señalada su presidente fue citado por las autoridades del gobierno cubano, quienes le comunicaron que quedaban prohibidas las sesiones del Oasis.
Según la funcionaria que le atendió, la razón por la cual dicha institución tuvo que suspender tan noble labor, fue porque durante los años iníciales del llamado proceso revolucionario cubano, las diversas instituciones de este tipo debieron reinscribirse ante las autoridades del nuevo gobierno y esta presuntamente no quedó registrada. Según la funcionaria el señor Manuel Martínez no hizo este trámite – esto fue explicado verbalmente al presidente, a quien no se le enseñó documento alguno que demostrara lo expuesto, ni se le dio a conocer de donde procedía la decisión.
Ante el intento de reinscripción por parte de su presidente según lo reglamentado, no se le permitió; exponiendo la citada funcionaria que no estaba facultada para contribuir a la apertura de Fundaciones de este tipo. El presidente conserva en su poder toda la documentación original respecto al carácter legal de la institución, documentos firmados por el Dr. Osvaldo Dorticós, quien lamentablemente se suicidara, como lo hicieran otros líderes políticos del proceso revolucionario cubano.
Varios miembros de la gubernamental Sociedad Cultural José Martí, haciendo referencia al incidente sostienen la idea, que el local del Oasis Martiano pasará a manos de ellos.
“Resulta significativo – dice su presidente – que al cabo de cincuenta años y en medio de los llamados cambios que se están produciendo en nuestro país, las autoridades del gobierno cubano a través de sus representantes en el ministerio de Justicia y el Registro de Asociaciones tomen represalia y clausuren una institución que se ha mantenido por más de sesenta años de labor ininterrumpida ofreciendo lo mejor del pensamiento del héroe cubano y lo más abstracto del pensamiento filosófico de todas las épocas”.
El Oasis Teosófico Martiano no se ha mezclado jamás en la política, mas ha sido un espacio ajeno a la censura, el autoritarismo o la imposición, hecho que al parecer bastó para hacerle caer en desgracia. “Si la sociedad cultural José Martí no tiene locales como el Oasis, no es justo que intenten apropiarse de aquello que no les pertenece, ni que encuentren apoyo por parte del gobierno.” Considera Alberto Roteta Dorado.
La disolución de la Fundación Cultural Oasis Teosófico Martiano es un acto que dejará una huella inolvidable en la cultura y en la historia de nuestra nación; pero muy especialmente en la historia de nuestra localidad. Esta institución existía y estaba activa cuando muchos de los que hoy integran la sociedad cultural José Martí no se habían preocupado por el pensamiento del apóstol de la independencia cubana.
Los jóvenes que con verdaderas motivaciones intelectuales y culturales asistían asiduamente a los encuentros del Oasis, están deseosos de volver a reunirse para escuchar las pláticas sobre la filosofía de Pitágoras o de Aristóteles, abordadas desde posturas anti dogmáticas, desprejuiciadas de todo el mal que algunos manuales oficiales pretenden imponer. “¿Cómo ha sido posible – se pregunta extrañado Roteta- que una institución se mantuviera abierta y activa por más de medio siglo sin ser controlada por nada ni nadie siendo ilegal? ¿Por qué precisamente ahora utilizar un paso incorrecto desde el punto de vista legal – si es cierto esto – como pretexto para cerrar uno de los pocos lugares de la localidad en el que se reúnen personas interesadas en la filosofía y las enseñanzas martianas?”
Los miembros más activos de la institución son trabajadores y estudiantes, médicos, psicólogos, profesores, músicos, escritores, estudiantes de las carreras de historia, estudios socioculturales y medicina, artistas de la plástica, económistas e informáticos, todos con vida activa y conductas consideradas como correctas en sus respectivos centros. Cada uno de ellos dispuestos a entrevistarse con cualquier autoridad gubernamental que así lo considere, con la intención de aclarar cualquier aspecto que pudiera ser dudoso en relación al funcionamiento y los fines de esta institución.
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