A las dificultades técnicas habituales y los elevados costos de las
llamadas, se suman las "voces" que se hacen pasar por la persona que
uno llama o por un familiar y lo ponen a esperar para gastarle el
dinero...
25 de octubre de 2011

Foto: Reuters
Espérese un momentico, yo se la pongo, asegura en tono casual una voz
al otro lado de la línea telefónica. Desde Miami, Osvaldo Rodríguez
espera hablar con su familia en Cuba.
"Yo pienso que es una persona de la casa que cogió el teléfono, porque
las voces no las conozco. Y yo espero. A veces he estado en el
teléfono nueve minutos y no me ponen con la persona. Después yo vuelvo
a llamar y se cae la llamada y me vuelven a coger, se vuelve a caer la
llamada y así."
Tras varias horas de intentar, Rodríguez logra el contacto. "Cuando
logro comunicarme con el teléfono al cual estoy llamando mis
familiares me dicen: No, aquí no ha entrado ninguna llamada: no ha
sonado el teléfono ni nadie ha cogido el teléfono, y yo estoy seguro
que estoy llamando a ese teléfono."
Hace un año Rodríguez no salía del asombro ante esta respuesta, pero
hoy ya está acostumbrado, porque ha vivido esta experiencia más de 10
veces en los últimos 12 meses. "Le he puesto dinero al teléfono y
prácticamente se me ha ido en las veces que he tratado de
comunicarme," asegura el entrevistado.
La misma historia pueden corroborarla otros cubanos residentes en el
extranjero, quienes llaman con frecuencia a Cuba por motivos
familiares y de trabajo, ya sea a teléfonos fijos o móviles.
Janisset Rivero, miembro del Directorio Democrático Cubano, en
contacto con la oposición interna, declaró: "en nuestras llamadas
hemos tenido dos tipos de interrupciones la que uno no se puede
comunicar con el teléfono, te dicen incluso que ese teléfono no
existe, y la interrupción en la cual sale alguien haciéndose pasar por
la persona que uno llama o por un familiar y lo pone a uno a esperar
para gastarle el dinero."
"Es el gobierno, no puede ser otra persona porque es el dueño
mayoritario de ETECSA. En Cuba no hay nada que se mueva que no esté
controlado por el gobierno."
Rivero asegura que esto ocurre de un 20 a un 30 por ciento de las
veces que uno llama a la isla.
"Nosotros somos una organización no gubernamental y nuestro trabajo es
monitorear la situación de los derechos humanos en Cuba, por eso
llamamos diariamente. Todos los días pasa algo como eso, pero nosotros
seguimos intentándolo. Cuando insistes logras la comunicación."
Otro detalle curioso de estas interrupciones – precisa Rivero -
consiste en el uso de operadores con acentos extranjeros. "A mí me han
salido personas con acento argentino, centroamericano, además del
cubano." Otras fuentes reportan haber sido atendidos por personas con
acento español.
"Yo sé que ellos a veces hacen pasar a oficiales de la Seguridad del
Estado por personas que son de otros países," precisa Maritza Lugo de
la organización Plantados, con sede en Miami que hace un promedio de
20 llamadas diarias a Cuba.
La mayor cantidad de llamadas interceptadas se producen en la zona
oriental y hay "días en que lo hacen constantemente".
En momentos clave el gobierno controla los teléfonos de la oposición
para impedir la comunicación con el exterior como cuando murió la dama
de blanco Laura Pollán, "todos los teléfonos a los que llamamos ese
viernes decían que no existían o que no podían recibir llamadas,
normalmente no es así".
Cada día mayor cantidad de personas experimentan la interrupción de
llamadas, incluso aquellas que no tienen un interés político. A las
dificultades técnicas habituales y los elevados costos de las llamadas
a la isla, los cubanos deben ahora llenarse de paciencia y disponer de
dinero adicional para sortear los obstáculos.
"Como ya yo les conozco la voz inmediatamente les cuelgo. A veces les
digo alguna frase, como ustedes no se cansan de estar interrumpiendo o
violando los derechos de las personas en Cuba, y les cuelgo
inmediatamente, porque eso lo hacen para robar el fondo que se usa
para llamar a los opositores en Cuba," dice Lugo.
"Yo lo que hago para hablar con la persona que quiero es colgar rápido
y volver a llamar, hasta que yo reconozco la voz," propone Rivero.
Rodríguez por su parte, halló un método para evitar el malgasto de su
tiempo y dinero: "Ahora lo que hago es esperar 5 timbrazos y si no me
contesta pues cuelgo porque si no te van cobrando. Después espero una
hora o dos y vuelvo a llamar.
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