16 oct 2011 02:11 pm ›
El mandatario pasó de problemas de triglicéridos y colesterol hace 20
años a una bipolaridad en tratamiento desde hace una década, y de ahí
al agresivo tumor en la pelvis que exige quimioterapia y es de muy mal
pronóstico.
Así lo reveló Msemanal.com

Foto: Leo Ramírez/ AFP
El cáncer que padece el presidente Hugo Chávez ha conmocionado a
Venezuela y a los aliados del mandatario. El médico que integró un
equipo de galenos venezolanos en el Palacio de Miraflores para cuidar
la salud del Presidente, antes de que éste confiara su vida sólo a
médicos cubanos, aceptó conversar sobre el tema con M Semanal. El
cirujano Salvador Navarrete Aulestia traza en esta entrevista el
perfil del paciente Hugo Rafael Chávez Frías, y su diagnóstico no es
bueno: el Presidente sufre de un agresivo tumor maligno de origen
muscular alojado en la pelvis. La expectativa de vida en esos casos
puede ser de hasta dos años.
Entre firmes secretos, varios presidentes latinoamericanos han
padecido en los últimos años un deterioro en su salud durante el
ejercicio del poder: Fidel Castro heredó su sillón presidencial a su
hermano Raúl en Cuba cuando estuvo al borde de la muerte en 2006;
Néstor Kirchner enfermó siendo presidente y murió el año pasado, y su
viuda Cristina muestra cuadros depresivos al frente de Argentina; el
presidente paraguayo, Fernando Lugo, tiene cáncer; el uruguayo Pepe
Mujica, de 76 años, ha dicho que sufre de estrés; el presidente
Mauricio Funes no oculta su gran afición por el tabaco, mientras que
la presidenta brasileña Dilma Rousseff se recupera de un cáncer
linfático; Vicente Fox fue operado de la columna en pleno mandato y el
ex presidente peruano Alejandro Toledo padece alcoholismo.
Haber cuidado la salud del presidente no es el único mérito del
cirujano Salvador Navarrete, especialista en laparoscopía formado en
Venezuela, Francia, Estados Unidos y Cuba. Ha publicado una treintena
de trabajos y videos científicos, y obtenido una serie de galardones;
entre ellos el premio Sociedad Venezolana de Cirugía, el premio
Cipriano Jiménez Macías y el premio Ricardo Baquero González, en
diversas ediciones del Congreso Venezolano de Cirugía. Este es su
testimonio.
VFG: ¿Cuál es el perfil de Hugo Chávez Frías como paciente de un
médico de la Presidencia?
SN: El presidente Chávez es un hombre que ha sido tratado en el pasado
por una enfermedad de tipo maníaco-depresiva conocida por sus
biógrafos y por los médicos que lo hemos atendido. Este padecimiento
ha sido manejado antes por un grupo de siquiatras, encabezados por el
médico Edmundo Chirinos, quien ha sido condenado en 2010 a 20 años de
cárcel por el asesinato de una paciente en 2008. Ese tratamiento
médico mantiene al Presidente compensado en sus manifestaciones de
estados mentales inestables que pasan de la euforia a la tristeza,
estados en los que la personalidad se disocia y llega a tener
episodios de pérdida de contacto con la realidad. Es una enfermedad
muy frecuente en el mundo de hoy, calificada como trastorno bipolar.
El presidente Chávez oscila entre estos polos, con más tendencia a la
euforia, a la hiperactividad y a la manía.
VFG: ¿Cuándo fue su primer encuentro con el presidente Chávez como paciente?
SN: Yo lo tuve como paciente en el Palacio de Miraflores en marzo de
2002, en vísperas del golpe de Estado en su contra, porque él estaba
muy angustiado. El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Rafael
Vargas, quien vivía en la residencia presidencial, nos pidió crear un
reducido círculo de médicos venezolanos de confianza para tratar los
padecimientos del Presidente, sometido a una intensa presión y
desgaste físico.
VFG: ¿Cómo era el trabajo de ese equipo médico con la misión de
atender a un Presidente en la mayor crisis política venezolana de la
última década?
SN: Fue una experiencia muy intensa. Nos hizo miembros del personal de
la mayor confianza adscritos al Palacio de Miraflores. Éramos tres
médicos venezolanos, un cardiólogo, un gastroenterólogo y este
servidor como cirujano del equipo. De los tres yo era el único con
militancia política, como miembro de la Dirección Nacional Ampliada
del Movimiento Quinta República (MVR), fundado por el presidente
Chávez, como parte de la Dirección de Formación Ideológica, que fue un
gran partido hasta su conversión en 2007 como núcleo del Partido
Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).

Hugo Chávez con muletas después de grabar su programa Aló Presidente
en mayo de 2011. Foto: Juan Barreto/ AFP
LA DESCONFIANZA
VFG: ¿Cuál fue la experiencia de ese grupo de médicos venezolanos ante
un paciente en el poder bajo acoso permanente?
SN: Nosotros tres fuimos a evaluar al Presidente en varias
oportunidades. En aquella ocasión, hace menos de 10 años, había que
hacerle una endoscopia superior e inferior (introducción de una cámara
por la boca y por el ano). Por esa razón llegamos todos para
protegerlo, para que ese padecimiento no evolucionara, pero él no se
dejó examinar. Hoy en día, que se ha descubierto el cáncer que padece,
el Presidente dice en público que se arrepiente de su soberbia ante
las recomendaciones médicas.
VFG: ¿Se trata entonces de un paciente renuente y escéptico?
SN: El Presidente es muy desconfiado, muy, muy desconfiado. Él pensaba
que no se iba a enfermar nunca. En una de esas ocasiones, él y yo
tuvimos una discusión importante, cuando le reclamé la falta de
responsabilidad política por no dejarse atender de sus males y por no
dejarnos hacer nuestro trabajo médico de preservar su salud.
VFG: ¿Hubo consecuencias?
SN: El Presidente nunca se enemistó conmigo. Ese episodio quedó allí,
en el vacío, y se diluyó aún más con las posteriores tribulaciones del
golpe de Estado. Desde entonces descubrí muchas cosas en el entorno
del poder y abandoné la militancia política, pasé a los "cuarteles de
invierno" como asesor el gobierno en el área de Salud; pero no me
retiré completamente. Dos años después, el entonces ministro de Salud,
Francisco Armada, me nombró su representante ministerial en la
dirección del Hospital Universitario de Caracas, cargo que mantuve
hasta julio de este año cuando, felizmente, después de haber
renunciado dos veces, la ministra actual, que fue alumna mía, Eugenia
Sader, aceptó mi retiró de un cargo que ocupé desde 2005 hasta julio
de 2011, con una carta muy bonita de agradecimiento. Era un cargo
público honorario muy interesante que me mantuvo activo en la
dirección hospitalaria, no obstante que pasaron tres ministros ex
militares no muy transparentes. Ahora me dedico plenamente a la
actividad médica y académica.

Celebración del regreso de Chávez a Caracas, el cuatro de julio
pasado, después de su hospitalización en Cuba. Foto: Ariana Cubillos/
AP
HISTORIA CLÍNICA PRESIDENCIAL
VFG: ¿Qué tipo de persona resultó ser el Presidente en las
auscultaciones médicas que se dejó hacer en aquella ocasión?
SN: Es un hombre muy, muy limpio, es notable que incluso se hace
cuidar las uñas de las manos y los pies, eso es una cosa que llama
muchísimo la atención en él, un militar. El Presidente tiene muy buena
presencia y un magnetismo muy particular. Es un hombre que cuida
muchísimo su aspecto personal, que siempre está arreglado, que no
huele mal, pulcro, que se preocupa por estar físicamente en forma. Es
un hombre de poder interesante, poco dado a la lectura sistemática,
lee fragmentos que trata de atar en su imaginario ideológico, que
puede oscilar de un bando a otro.
VFG: ¿Cuál fue la adicción más notable registrada en su expediente?
SN: Es un hombre que toma mucho café, muchísimo, consume un incontable
número de tazas de café al día. Fuma en situaciones de tensión o por
placer, en privado, nunca en público. Trabaja hasta altas horas de la
noche todos los días, es noctámbulo, y hace que sus ministros trabajen
a su mismo ritmo. Se levanta a las seis y media o siete de la mañana,
con un promedio de sueño de unas tres o cuatro horas diarias, no más
de eso, y duerme muy poco. Es un hombre fuerte, aunque ahora esté
deforme por los efectos de la quimioterapia.
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