Países pobres, países ricos, desigualdades, igualdades, así es el
mundo y así es la vida " ces´t la vie ". Grandes paradojas que muy
comúnmente se nos presentan, pero así es como se mueve el mundo y muy
lamentablemente, no todo lo podemos cambiar. Definitivamente sí
podemos hacer muchas actividades y aportes -tanto nosotros como los
estados- para colaborar y ayudar a pueblos en desgracia. Pero sí hay
avances, como uno de los grandes logros de la era moderna: la
globalización. Por supuesto "exceptuando" a los países que disfrutan
el hecho de ir contra la corriente y mantenerse desafiando lo que es
indetenible: el desarrollo, el progreso y el mundo moderno; países que
están empeñados en retroceder en el tiempo, en rechazar los negocios y
empresas transnacionales, países que bajo la gran terquedad de sus
lamentables gobernantes, quieren acabar con las empresas extranjeras,
con los negocios multilaterales, con el capitalismo en todas sus
expresiones, pese a que están absolutamente claros de que es la única
y verdadera manera de progresar económicamente. De hecho, por alguna
razón no terminan de cortar relaciones de negocios con otros países
-que no son precisamente sus aliados- pero son los que reportan
grandes ingresos de dinero a las naciones. Los demás, meras
sanguijuelas, parásitos o dándoles un título más refinado, países
bananeros. Pero es que hasta Cuba anda coqueteando con la apertura
internacional, por supuesto con muchos intríngulis y personajes que no
lo han permitido ni lo van a permitir del todo. Y es que, muy
lamentablemente observamos la irónica realidad en que vivimos,
contando con un país inmensamente rico, que no solo cuenta con la
renta petrolera sin igual, además contamos con grandes riquezas
naturales, hermosos destinos turísticos y una gente excepcional. Pese
a toda esta riqueza, el pueblo en sí, es cada vez más pobre, con una
moneda que no vale, sin empleo... Y somos un país pobre, porque nos
robaron la cultura, nos expropiaron los derechos, enajenaron nuestra
libertad, hipotecaron nuestros recursos y nos regalaron delincuencia a
manos llenas. Somos políticamente pobres, pero con políticos muy
ricos, contamos con importantes personeros que gozan de una pobreza
mental sin precedentes. Afortunadamente, confío en nuestro pueblo,
grandes trabajadores y luchadores, quienes unidos vamos a cambiar esta
realidad para convertirnos en el país que realmente merecemos.
enriquemundara@gmail.com @emundara
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