El tiro por la culata
MIAMI, Florida, junio, www.cubanet.org -Muchos han sido los que han puesto en duda la autenticidad de Yoani Sánchez, la bloguera cubana más popular de nuestros tiempos, porque todo el que ha vivido en Cuba conoce el elevado precio que paga quien se atreve a evidenciar que disiente de los criterios oficiales del gobierno de la Isla.
La imagen que proyecta al mundo Yoani Sánchez, con su larga cabellera oscura, su vestuario simple de campesina actualizada, con una moda que refleja su naturaleza sencilla y cálida, y su rostro sin maquillar, crea una suerte de simpatía inmediata que granjea afecto y abre puertas y corazones, por difícil que parezca la apertura.
Pienso que han sido numerosas las personas en la Isla que han querido expresar su descontento con la dictadura que a lo largo de los más de cincuenta y cuatro años ha oprimido al pueblo cubano; pero el miedo frena los intentos. Lo sé por experiencia propia.
Me he preguntado en muchas ocasiones –creo que muchos como yo lo han hecho también- de qué roble, caoba, ceiba o majagua está hecho el valor de esta mujer joven, de apariencia física endeble, para caminar erguida por las calles de una ciudad y de un país donde la hostilidad le corta el paso día a día, aun para realizar las labores más cotidianas.
Después de una memorable gira de ciento tres días fuera del contexto cubano, desafiando cuanto probable acto de repudio se ha inventado en el raro mundo surrealista del desgobierno de la Isla, Yoani Sánchez ha regresado a su redil, sabiendo que es probable que las represalias en torno suyo se agudicen, no sólo contra ella, sino también contra su familia.
Su aparente endeblez parece fortalecerse con su lucha, quizás porque sabe que su voz es eco de las tantas voces que durante medio siglo no han podido hacerse escuchar.
De nuevo el gobierno cubano ha demostrado la astucia maquiavélica que caracteriza, queriendo usar en su propio beneficio el carisma de Yoani, que tantas puertas le ha abierto y tantas invitaciones le ha granjeado. La dictadura le ha “permitido” a Yoani viajar a cuanto país ha querido, para, en casi cada uno de ellos, orquestar en su contra sus ya acostumbrados actos de repudio, realizados por acólitos y adeptos al régimen. El plan era obviamente, mostrar al mundo que la “bloguera mercenaria” es repudiada tanto dentro, como fuera de la isla.
Sólo que esta vez, a los Castro les salió el tiro por la culata. El carisma y el mensaje de Yoani han acallado la gritería y la vulgar agresividad de los castristas de ultramar. Se ha hecho visto claramente la admiración que el mundo siente por esta mujer.
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