El fantasma del antiimperialismo

El fantasma del antiimperialismo
	Cubamatinal/ No hay intenciones de desmontar los muros de la testarudez ideológica. Los arquitectos del socialismo cubano se las ingenian para hallar parches para las erosiones, entre otras emergencias, con el ánimo de evitar que el escenario de la guerra fría pierda uno de sus baluartes más significativos.
Por Jorge Olivera Castillo La Habana, 19 de noviembre /PD/ La confrontación sigue encabezando el orden de las prioridades del régimen de La Habana, que no puede sobrevivir al margen del conflicto y la tirantez, fundamentalmente con los principales centros de poder mundial. La cercanía del enemigo número uno facilita la puesta en escena. Hasta el momento, de nada ha valido que la administración Obama haya emprendido pasos tendientes a atemperar el nivel de crispaciones con el propósito de construir puentes para transitar hacia la plena reanudación de las deterioradas relaciones bilaterales. Cada paso en este sentido dado por el joven presidente demócrata, tiene como contrapartida la reticencia, la ambigüedad y el menosprecio. Nada en común con una mentalidad basada en el pragmatismo, la moderación y una voluntad de acabar con un enfrentamiento descontextualizado y al margen de cualquier interpretación que pueda resultar sustentable desde una perspectiva razonable e histórica. Atizar los aires de la guerra fría mediante subterfugios, el cinismo y los intereses de un sector determinante del poder, es una actitud que merece la repulsa a partir de las consecuencias para la nación en su conjunto. Demorar o boicotear las vías de ingreso a un potencial acuerdo entre ambos países, pone en evidencias una vez más la mezquindad de los jefes supremos y su contribución a que Cuba continúe el recorrido inverso al de un alpinista que se esfuerza por llegar a la cima. Como parte de este interminable ciclo de aguerridas batallas verbales, patrioterías de quincalla y mediocres poses revolucionarias, ahora se han constituido las Brigadas Antiimperialistas Universitarias (BAU). La iniciativa ha comenzado en la ciudad de Guantánamo. Unos 40 alumnos de las carreras de Derecho, Ciencias Sociales e Historia fueron los escogidos para la referida labor que busca reforzar el sentimiento antinorteamericano entre los integrantes de las 470 brigadas universitarias creadas con este propósito. “Desentrañar las triquiñuelas del gobierno yanqui” es el eje fundamental de la nueva entidad, según informó recientemente el diario Juventud Rebelde. El elocuente ejemplo muestra la anuencia de los mecanismos de poder en conservar el viejo esquema que lejos de potenciar un ambiente de mesura y tolerancia, favorece el crecimiento del odio a partir de la distorsión y manipulación de la realidad. Son escasos los indicadores que favorezcan interpretaciones positivas respecto al inicio de un proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba a corto plazo. Los dueños de la Isla apostarán por no dejar que se apague el fuego de la hostilidad. Para cada situación crearán un motivo para dinamitar cualquier posibilidad de entendimiento. Ahora, con la clásica metodología basada en la coacción y el adoctrinamiento, implican a las nuevas generaciones en un juego donde se sepultan las oportunidades de sustituir las tablas podridas de una ideología ya inservible para sostener el peso muerto de una nación en bancarrota. Es hora de bajar del asta la bandera de un antiimperialismo más simbólico que real, y entre la mayoría de los compatriotas, desmantelar esos muros que nos hacen creer que no existe vida más allá de las fantasías retóricas, el racionamiento, las absurdas prohibiciones y ese miedo que convierte la moral en cenizas. Hay que definitivamente apostar por algo novedoso, creativo y que se salga de esos rituales inmovilistas del gobierno, producidos a escala industrial. El lenguaje y las posturas de la guerra fría hay que derretirlos con las llamas del buen juicio y la razón. Elegir la confrontación puede ser un acto soberano. Pero nadie puede alegar que actualmente es el único producto en los anaqueles de la historia.