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Propiedad intelectual y contabilidad
Lic. Yanelis Ramírez Cruz
En la mayoría de las esferas de la actividad humana, incluidas las actividades empresariales, solemos mirar al pasado para extraer lecciones valiosas para el futuro. Como tal, la presentación de informes financieros constituye fundamentalmente una mirada al pasado. El estado de cuentas de una empresa permite conocer su rendimiento sobre la base de las cifras que produce y de esta manera influye en su valoración.
La contabilidad es un instrumento poderoso, puesto de constantemente proporciona información sobre la situación financiera de la empresa. Una situación que en nuestros días golpea cada vez más nuestro sistema económico, con pocas posibilidades de demostrar la manera en que la propiedad intelectual que posee una empresa, especialmente la generada en su interior, guarda relación con sus flujos de ingreso.
La propiedad intelectual (P.I) generada en el seno de la empresa, queda reflejada de manera inadecuada en los informes de contabilidad. Esto tiene consecuencias importantes en la manera en que es considerada en el entorno de la empresa, así como en la manera en que la contemplan los inversores.
La situación se complica en una economía cada vez más centrada en los conocimientos, a medida que los recursos económicos fundamentales que generan riqueza han dejado de basarse en la obtención de ventajas competitivas y tienen que ver más bien con el acceso a nuevos activos intangibles, entre los que figura la P.I.
Es vital que los profesionales de la contabilidad se den cuenta de la necesidad de hacer frente a los problemas planteados por la economía centrada en los conocimientos y reconozcan que han de establecerse sistemas de presentación de informes financieros que reflejen la creciente importancia de la P.I. Tanto a escala nacional como internacional.
Como no se han logrado respuestas satisfactorias a estas cuestiones hasta la fecha la contabilidad ha elaborado una terminología y una sintaxis muy reducidas para comunicar el valor de la P.I. a inversores y directores de empresas.
En las actividades contables, la posición financiera de la empresa se formula desde el punto de vista de las pérdidas o ganancias, activos o pasivos. Las combinaciones que ofrece la contabilidad a la hora de formular el valor de la P.I. son muy poco satisfactorias, e incluso las normas aceptadas más ampliamente a escala internacional, los principios US GAAP y las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) (denominadas anteriormente Normas Internacionales de Contabilidad) no son las más adecuadas para ocuparse de la P.I.
Se trata en fin de perfeccionar y modificar los métodos utilizados por los directivos principales para gestionar la P.I., así como de establecer las necesidades en el futuro previsible como única vía para aprovechar al máximo la P.I. dentro de la empresa y de nuestro sistema económico en general.
En la mayoría de las esferas de la actividad humana, incluidas las actividades empresariales, solemos mirar al pasado para extraer lecciones valiosas para el futuro. Como tal, la presentación de informes financieros constituye fundamentalmente una mirada al pasado. El estado de cuentas de una empresa permite conocer su rendimiento sobre la base de las cifras que produce y de esta manera influye en su valoración.
La contabilidad es un instrumento poderoso, puesto de constantemente proporciona información sobre la situación financiera de la empresa. Una situación que en nuestros días golpea cada vez más nuestro sistema económico, con pocas posibilidades de demostrar la manera en que la propiedad intelectual que posee una empresa, especialmente la generada en su interior, guarda relación con sus flujos de ingreso.
La propiedad intelectual (P.I) generada en el seno de la empresa, queda reflejada de manera inadecuada en los informes de contabilidad. Esto tiene consecuencias importantes en la manera en que es considerada en el entorno de la empresa, así como en la manera en que la contemplan los inversores.
La situación se complica en una economía cada vez más centrada en los conocimientos, a medida que los recursos económicos fundamentales que generan riqueza han dejado de basarse en la obtención de ventajas competitivas y tienen que ver más bien con el acceso a nuevos activos intangibles, entre los que figura la P.I.
Es vital que los profesionales de la contabilidad se den cuenta de la necesidad de hacer frente a los problemas planteados por la economía centrada en los conocimientos y reconozcan que han de establecerse sistemas de presentación de informes financieros que reflejen la creciente importancia de la P.I. Tanto a escala nacional como internacional.
Como no se han logrado respuestas satisfactorias a estas cuestiones hasta la fecha la contabilidad ha elaborado una terminología y una sintaxis muy reducidas para comunicar el valor de la P.I. a inversores y directores de empresas.
En las actividades contables, la posición financiera de la empresa se formula desde el punto de vista de las pérdidas o ganancias, activos o pasivos. Las combinaciones que ofrece la contabilidad a la hora de formular el valor de la P.I. son muy poco satisfactorias, e incluso las normas aceptadas más ampliamente a escala internacional, los principios US GAAP y las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) (denominadas anteriormente Normas Internacionales de Contabilidad) no son las más adecuadas para ocuparse de la P.I.
Se trata en fin de perfeccionar y modificar los métodos utilizados por los directivos principales para gestionar la P.I., así como de establecer las necesidades en el futuro previsible como única vía para aprovechar al máximo la P.I. dentro de la empresa y de nuestro sistema económico en general.
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