EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Como se acordó en el Congreso del Partido Comunista (PCC) y lo apoyó el pueblo, nuestra ambición es desarrollar, dinamizar la economía para encauzarnos hacia el socialismo próspero y sostenible que hemos decidido construir en Cuba. Entonces, no podemos seguir administrando crisis, tenemos que despegar ya porque lo que no se desarrolla, no se sostiene.
Grosso modo, así se sintetiza uno de los razonamientos de Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros, en un debate con los integrantes de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, congregados en ocasión de las sesiones del primer período ordinario de la VIII legislatura.
Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el VI Congreso, destacó que para convertir en un hecho este propósito es vital el desarrollo de las fuerzas productivas.
“Hay que estimular el progreso y perfeccionamiento de las fuerzas productivas y, en ese sentido, se puede hacer mucho más de lo que se ha logrado, siempre hasta los límites del sistema, es decir, con la base de la propiedad estatal sobre los medios fundamentales de producción. Solo así podremos aplicar correctamente los lineamientos y actualizar el modelo económico”, expresó.
Esto es, según su reflexión, imprescindible para la socialización de la producción en nuestra sociedad, que se plantea como principio no dejar desamparado a nadie y hacer una repartición justa de los bienes e ingresos.
Al respecto, precisó que en Cuba no hay un cambio hacia el capitalismo, no hay una transformación de la propiedad, ni tampoco un flirteo con los preceptos de ese sistema, sino todo lo contrario. El gobierno y la dirección del “país socialista, próspero y sostenible que todos queremos” mantiene como política la “ejecución y defensa de los principios del socialismo cubano”, solo que ahora “cambian los fundamentos: eso es lo nuevo”.
“No habrá concentración de la propiedad y las riquezas en manos de unos pocos, lo cual no niega o deslegitima los ingresos lícitos, los que provienen del esfuerzo y el trabajo, que siempre serán bienvenidos”, precisó.
En una mirada al futuro económico del país, en presencia de Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, comentó que “se le dará preferencia a la cooperativa como forma no estatal de producción” y se trabajará, “se trabaja ya”, en establecer escenarios similares de gestión, producción y comercio “para todos los actores económicos y productivos, los que existen y los que puedan aparecer.”
“Tienen que tener igualdad de condiciones”, apuntó antes de advertir uno de los males que provoca las diferencias existentes hoy.
“Los mercados agropecuarios de oferta y demanda son monopólicos porque tienen facultades —por ejemplo, rechazar una mercancía por su calidad o porque es óptimo el nivel de abastecimiento— que no tienen otros actores que comercializan estos productos. Y por eso los precios no bajan; claro está, también porque las producciones no aumentan, porque no satisfacen la demanda. Hay que romper las condiciones monopólicas de esos mercados.”
Y en ese mismo curso de su razonamiento subrayó más de una vez la necesidad de eliminar las torpezas de las empresas estatales, de transformarlas, revolucionarlas, toda vez que cambiarán sus relaciones con el Presupuesto del Estado y crecerán sus responsabilidades en la gestión económica.
“La realidad nos impone una transformación en la relación entre las empresas y el Presupuesto del Estado y los medios de capitalización a su disposición. Y, como consecuencia, hay que dotar de libertades y autonomías a las empresas estatales.
“Es un proceso complejo y no podrá implementarse de golpe, pero urge enfrentarlo. Si no transformamos la empresa estatal, no obramos conforme a las exigencias de los Lineamientos, no avanzamos en la actualización del modelo y, por tanto, no enrumbamos hacia la solución de nuestros males económicos”.
Grosso modo, así se sintetiza uno de los razonamientos de Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros, en un debate con los integrantes de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, congregados en ocasión de las sesiones del primer período ordinario de la VIII legislatura.
Murillo, jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el VI Congreso, destacó que para convertir en un hecho este propósito es vital el desarrollo de las fuerzas productivas.
“Hay que estimular el progreso y perfeccionamiento de las fuerzas productivas y, en ese sentido, se puede hacer mucho más de lo que se ha logrado, siempre hasta los límites del sistema, es decir, con la base de la propiedad estatal sobre los medios fundamentales de producción. Solo así podremos aplicar correctamente los lineamientos y actualizar el modelo económico”, expresó.
Esto es, según su reflexión, imprescindible para la socialización de la producción en nuestra sociedad, que se plantea como principio no dejar desamparado a nadie y hacer una repartición justa de los bienes e ingresos.
Al respecto, precisó que en Cuba no hay un cambio hacia el capitalismo, no hay una transformación de la propiedad, ni tampoco un flirteo con los preceptos de ese sistema, sino todo lo contrario. El gobierno y la dirección del “país socialista, próspero y sostenible que todos queremos” mantiene como política la “ejecución y defensa de los principios del socialismo cubano”, solo que ahora “cambian los fundamentos: eso es lo nuevo”.
“No habrá concentración de la propiedad y las riquezas en manos de unos pocos, lo cual no niega o deslegitima los ingresos lícitos, los que provienen del esfuerzo y el trabajo, que siempre serán bienvenidos”, precisó.
En una mirada al futuro económico del país, en presencia de Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, comentó que “se le dará preferencia a la cooperativa como forma no estatal de producción” y se trabajará, “se trabaja ya”, en establecer escenarios similares de gestión, producción y comercio “para todos los actores económicos y productivos, los que existen y los que puedan aparecer.”
“Tienen que tener igualdad de condiciones”, apuntó antes de advertir uno de los males que provoca las diferencias existentes hoy.
“Los mercados agropecuarios de oferta y demanda son monopólicos porque tienen facultades —por ejemplo, rechazar una mercancía por su calidad o porque es óptimo el nivel de abastecimiento— que no tienen otros actores que comercializan estos productos. Y por eso los precios no bajan; claro está, también porque las producciones no aumentan, porque no satisfacen la demanda. Hay que romper las condiciones monopólicas de esos mercados.”
Y en ese mismo curso de su razonamiento subrayó más de una vez la necesidad de eliminar las torpezas de las empresas estatales, de transformarlas, revolucionarlas, toda vez que cambiarán sus relaciones con el Presupuesto del Estado y crecerán sus responsabilidades en la gestión económica.
“La realidad nos impone una transformación en la relación entre las empresas y el Presupuesto del Estado y los medios de capitalización a su disposición. Y, como consecuencia, hay que dotar de libertades y autonomías a las empresas estatales.
“Es un proceso complejo y no podrá implementarse de golpe, pero urge enfrentarlo. Si no transformamos la empresa estatal, no obramos conforme a las exigencias de los Lineamientos, no avanzamos en la actualización del modelo y, por tanto, no enrumbamos hacia la solución de nuestros males económicos”.
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