Taxistas villaclareños se unieron a huelga de transportistas
Taxistas de Santa Clara se declararon en huelga este lunes ante el acoso de inspectores y policías para hacer cumplir disposiciones que datan del pasado enero: solo se permiten seis pasajeros en cada vehículo. "Por razones técnicas", justifican autoridades de Transporte. Antes del último "somatón" ―así llaman a las periódicas revisiones―, los porteadores privadosacostumbraban a trasladar ocho viajeros.
En la mañana del 27 de febrero estaban colapsado los puntos de trasportación de la capital villaclareña tras la convocatoria verbal a una huelga de brazos caídos que involucró a la mayoría de los transportistas privados. El resto del día los taxistas santaclareños se exhibieron vacíos en las principales vías de la ciudad.
"Solo quedamos tres taxistas trabajando", comentó a DIARIO DE CUBA un rompehuelgas, ante una fila de decenas de personas.
"Vamos, ¡a siete pesos!", llamó el chofer, revelando la única consecuencia visible de la medida, además del colapso temporal de la ruta Buenviaje-Universidad Central: el aumento de la tarifa. "Como estoy obligado a llevar menos pasajeros, tengo que subir el precio para que el viaje siga dejando ganancias", reconoció el taxista.
Mientras en la parada de Buenviaje la gente admitía la compensación exigida por los rompehuelgas, la mayoría de los porteadores de Santa Clara acudía a una reunión en el Comité Provincial del Partido Comunista.
No es la primera vez que los transportistas acuden con sus demandas a la máxima autoridad política. Los conductores de vehículos de tracción animal, los cocheros, ya han negociado con el Partido, han subido precios. Porque ese es el corolario posible: acatar y subir precios, para compensar.
Los taxistas en huelga declararon no hallarse en huelga, mucho menos admitieron respaldar la convocatoria nacional denominada "Cero Carros" que ha circulado profusamente por internet. Digan lo que digan, nadie cree que dejen caer los brazos en místico azar. Ni el Partido ni la Policía lo creen.
La cola "de los apurados"
"La cola 'de los apurados está allí" ―la pasajera señala otra esquina, otra calle, un punto vago―. "Cargan a 10 pesos, cinco por encima de lo habitual, pero hoy yo pagaría cualquier precio por salir de aquí".
Los taxis de Santa Clara no son almendrones, autos de la década del 50 al estilo habanero. Son motocicletas de tres ruedas con un carro insertado. "Motonetas" les llaman. Sirven, en su ruta más larga, ocho kilómetros hasta la universidad. A cinco pesos han rendido viaje durante años.
"La culpa la tenemos nosotros" ―se le ocurre a un viajero―. "La culpa de la cola 'de los apurados', digo. Les hicimos el juego".
Lo dice en su baja autoestima, como si la Empresa de Transporte de Santa Clara diera un servicio óptimo. Lo dice con reticencia, además. Todos se portan prudentes en la fila que aguarda por las tres motonetas rompehuelgas.
"Yo sí vine a trabajar" ―dice este chofer que no fue al Partido―. "Para qué armar drama: subí a siete pesos y aquí estoy".
Este 28 de febrero se había restablecido el transporte de taxis en las principales piqueras, bajo supervisión policial. La estrategia disuasoria situó además tropas especiales del Ministerio del Interior en otros espacios del centro de la ciudad.
Cuba se define como un "Estado de trabajadores", pero no reconoce el derecho de huelga, un logro del movimiento obrero internacional que parece bien sedimentado en los Estados liberales.
La alegada ignorancia de la protesta nacional convocada bajo la consigna "Cero Carros", junto a la negativa de dar declaraciones a la prensa no estatal, sugiere que la huelga de las "motonetas" es un evento aislado, tópico discursivo que remite a las tácticas de la policía política para desmantelar conatos de movimientos con implicaciones sociales.
El reclamo expresado por los taxistas santaclareños, sin embargo, asumió explícitamente pasajes de la convocatoria circulada en redes sociales. "Hemos sufrido acoso de policías e inspectores", dijeron en la capital villaclareña, sin atreverse a decir "Cero Carros", pero apropiándose la idea de usar los frenos este 27 de febrero.
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