Estudie medicina y en los annos de Facultad, y luego con los annos de experiencia de trabajo profesional, aprendi que el miedo es un sentimiento natural, inherente a la vida humana, y que esta intimamente ligado al instinto de conservacion de las especies. Ese conocimiento me condujo a la conclusion de que aquel que no sienta miedo como reaccion a un riesgo o danno a su persona, en vez de ser alguien excepcional se trata de un caso en extremo anormal y grave. Hablo de esto porque era mi justificacion para no sentirme tan mal por el miedo, y muchas veces el terror, que sentia sistematicamente en Cuba, donde en muchisimas ocasiones temi por mi libertad y mi vida, cuando era victima de las acciones inescrupulosas y represivas de la policia politica. Para dar una idea mas clara de esas situaciones dramaticas: aunque sufri como 13 actos de repudios a manos de turbas de impunes agresivos organizados por la seguridad del estado, lejos de acostumbrarme el miedo siempre estuvo presente en mi durante cada uno de esos inolvidables eventos, donde en varios recibi golpizas masivas. Pase por calabozos de casi todas las estaciones policiales de La Habana, y cada vez que me veia encerrado y sin saber que sucederia, si me mandarian a prision o quedaria libre en horas o dias, nunca estuve solo, el miedo siempre me acompanno. En las multiples veces que me detuvieron, no pocas mediante secuestro en plena via publica, y sometieron a interrogatorio, verme en esas oficinitas-calabozos me ponia la piel de gallina y el miedo me atrapaba por no saber que harian conmigo en ese estado de indefension los sadicos oficiales que me tenian a su merced. En prision ni hablar, cuando entre por la puerta de hierro principal y constate que mi libertad desaparecia de golpe y que quedaria sabe Dios por cuanto tiempo, en aquel ambiente salvaje y aterrador de las galeras, a expensas del hambre, las condiciones infrahumanas, en medio de la violencia y la brutalidad de los presidiarios de todo tipo y de los militares, rapido el miedo dijo presente. Tambien el miedo brotaba cuando por determinada razon en la casa o en la calle uno se daba cuenta que tenia montado un operativo de vigilancia y, por supuesto, no tenia la mas minima idea de la intencion del adversario. Por otro lado, siempre senti miedo de que mi familia, hijo, madre, esposa, hermanos, sufrieran mayores castigos en represalia por mi labor opositora. De hecho, muchos de ellos, empezando por el ninno cargara con traumas y sicatrices psicologicas a consecuncia de esos acontecimientos. En lo personal, el miedo me dejo medio trastornado, casi calvo y con hipertension arterial, entre otros padecimientos. Jamas he considerado como ser despreciable a quienes en Cuba, en medio de esas y otras muchas circunstancias crueles, no pudieron o no han podido superar el miedo y siguen paralizados frente a las acciones de la dictadura. No estimulo ese tipo de comportamiento, es facil comprobar que con mi ejemplo, que constituye un simple granito sumado al de muchos otros mas meritorios, estando en la isla siempre trate de empujar en la direccion del enfentamiento y resistencia a la ignominia y el sojuzgamiento que aun padece nuestro pueblo. Asi que comprendo a quienes priorizan el no causar mayores dannos a sus familias o a ellos mismos, que el que les toca por la libreta de racionamiento dictatorial, sea conveniente o no esa actitud para la causa de la libertad de todos. Tengo muy claro a quien culpo y nunca perdonare por sus abusos, atropellos, injusticias y maltratos a nuestros compatriotas. Mis enemigos son los Castro y su banda de hienas desalmadas. El pueblo cubano, este donde este, siempre sera el manantial del que me considero parte inseparable. Si algo me da orgullo es ser y sentirme cubano hasta la muerte. No se me ocurriria nunca renegar de lo que soy, claro, no tengo derecho ni descalificaria a quien sienta de otro modo, respeto cualquier otro sentir.
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