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Deportistas cubanos se rebelan
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -En los últimos tiempos, varios deportistas cubanos han mostrado inconformidad con el tratamiento que reciben por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER). Algunos han solicitado la separación de los equipos nacionales de sus correspondientes especialidades, mientras que otros incurren en actitudes calificadas como “indisciplinas” por los federativos del deporte en la isla. El secretismo que caracteriza a la prensa oficialista –a pesar de que Raúl Castro dice combatirlo– no ha posibilitado que fluya toda la información sobre cada uno de los casos, por lo que al cubano de a pie no le queda más remedio que continuar dependiendo del rumor.
A la casi misteriosa salida de Dayron Robles de la selección nacional de atletismo, se une la suspensión por seis meses del también vallista Orlando Ortega. Se dice que Robles estaba insatisfecho con las condiciones materiales para su entrenamiento, y también circulan criterios en el sentido de que las autoridades le retenían una parte de los ingresos que obtenía en las competencias internacionales. Lo cierto es que ahora, cuando el campeón olímpico de Beijing 2008 pretende competir de manera independiente, o incluso representar a otra nación, los del INDER se oponen, y acudirán a opciones legales para impedirlo. En cuanto a Ortega, sancionado por no participar en una competencia programada, su inhabilitación le impide tomar parte en el Campeonato Mundial de Moscú en agosto próximo, donde tenía posibilidades de luchar por una medalla.
Tal vez el mejor ejemplo del declive de un colectivo debido al abandono de sus atletas lo tenemos en el elenco masculino de voleibol. Este equipo va desarrollando una pésima actuación en la actual edición de la Liga Mundial; un desempeño que a nadie sorprende, pues el propio director técnico, Orlando Samuels, había vaticinado que les resultaría difícil ganar un partido.
De aquella selección que obtuvo la medalla de plata en el campeonato mundial del año 2010, apenas quedan tres jugadores. Uno de los sobrevivientes es Rolando Cepeda, quien declaró al periódico Trabajadores (edición del lunes 24 de junio) los motivos que llevaron a sus antiguos compañeros a abandonar el equipo nacional: “Hay que atender mejor a los voleibolistas. Cuando uno se siente olvidado se decepciona. No es posible que entrenes, compitas, obtengas resultados y no te reconozcan como corresponde. Por eso la gente se va. Ganamos el bronce en la pasada Liga y no volvimos a jugar hasta ahora. Por ese camino no nos recuperaremos”. Además de la poca atención que reciben, todo hace indicar que los voleibolistas que solicitaron la baja del equipo nacional están interesados en jugar en otras naciones.
Para la celebración del Mundial de volibol sacaron de la selección nacional al central Roberlandy Simón y el esquina Yoandry Leal. Entonces se rumoró que ambos fueron separados porque tenían intenciones de abandonar el equipo en el exterior.
Las aspiración de insertarse en los torneos profesionales de otros países -hasta hace poco negada por las autoridades- ha provocado la deserción de muchos atletas, especialmente en deportes como el béisbol. Convencidos de que algo hay que hacer para revertir el descontento, la cúpula del béisbol nacional ha dado un primer paso: otorgar permiso a tres peloteros para que participen en la liga invernal de México.
Se trata de una medida cautelosa y exploratoria, de cuyos resultados dependerá su ampliación en años venideros. Claro, las autoridades no escogieron a tres peloteros cualesquiera, sino a aquellos con explícita adhesión al castrismo. Dos de ellos, el pinero Michel Enríquez, y el granmense Alfredo Despaigne, son notorios militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas.
No dudamos de que las actitudes contestatarias en el deporte cubano, tiendan al aumento. Su disminución solo será posible cuando los gobernantes comprendan que deben darles a los atletas todo lo que ellos sean capaces de ganarse, y atenderlos de acuerdo con el rango que posean. En resumidas cuentas, así estaríamos en presencia de algo parecido a lo que dicen querer aplicar en el resto de la economía: de cada cual según su capacidad, y a cada cual según su trabajo.
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