EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
NE. Suprimidos los primeros párrafos No esenciales y porque muestran violacioines a los DDHH del cubano en décadas pasadas.
Por eso cuando me preguntan “¿Qué has hecho tú?”, inquiriéndome no como individuo siquiera, sino a mi generación, yo respondo: “Lo que me ha dado la gana”. Puede parecer una respuesta inmadura, pero es cierta, natural.
Podría corresponder a su lógica argumentando que mi generación fue la de la Batalla de Ideas, la de las marchas por el regreso del niño Elián, la última en estudiar en Secundarias y Preuniversitarios becados en el campo, la de los funestos Profesores Generales Integrales.. pero.. eso sería, como mínimo, una mentira. Por la sencilla razón que si algo caracteriza a mi “generación” es la diversidad, la tolerancia y el rechazo a toda la épica atomizadora del individuo en acciones de la masa.
Una buena parte de mis congéneres se han ido del país, otros no se han ido pero ni siquiera les interesa el proceso revolucionario, unos pocos (no tantos como muchos creen, ni tan pocos como algunos quisieran creer) nos comprometemos e insertamos en un proceso que nadie sabe hacia dónde va, pero del cual sería un suicidio revolucionario no participar. Y todos somos parte de un mismo país y nos sentamos a compartir en una fiesta sin ningún problema.
Mi generación no se reconoce en el nosotros anónimo, sino en el tú. Este es un síntoma peligroso, pero es verdadero, genuino y quizás hasta más justo.
Algunos dirán que mi “generación” no tiene compromiso, que no participa, que no les interesa nada. Ese es un discurso facilista, generalizador, estúpido, que es reproducido, incluso, por muchos de los de mi “generación”. Lo que sucede es que entendemos el compromiso de otra manera, no siempre incondicional, exclusivista e intolerante; queremos participar, no ser títeres ni pésimos actores del círculo político burocrático, y lo que nos interesa habría que analizarlo desde los pequeños grupos y las individualidades, no desde la superestructura.
Mi generación no es una generación, como no lo fue ninguna otra. En todos los momentos históricos han existido jóvenes egoístas, revolucionarios, cobardes, virtuosos, moralistas, valientes, pusilánimes, desprendidos y traidores.
Por eso cada vez que me preguntan por mi “generación”, siempre me acuerdo de la anécdota contada por aquel profesor brillante acerca de la Generación del Centenario. El docente, después de vernos discutir furiosamente, nos soltó muy parsimonioso:
“Recuerden muchachos, que mientras Fidel, Abel, Raúl y el resto del grupo asaltaban el Moncada, Santiago estaba de carnavales y en el resto de Cuba todos dormían apaciblemente.”
Por favor, no me ponderen más a su generación. Eso no existe.
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