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El fantasma de los Pactos
“Un fantasma recorre Europa: es el fantasma del comunismo” dijeron Carlos Marx y Federico Engels en su famoso Manifiesto.
Más de un siglo después, cuando era ministro de Relaciones Exteriores y quien mejor interpretaba el pensamiento del Comandante en Jefe, Felipe Pérez Roque apareció, en una foto en Juventud Rebelde de 28 de febrero del 2008, estrechando la mano del señor Ban Ki Mon, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La instantánea fue tomada con motivo de la firma por el canciller cubano de sendos Pactos de Derechos Humanos de la ONU, documentos creados por ese Organismo internacional en 1966 y que habían entrado en vigor en 1976, es decir, diez años después.
La Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948, independientemente de la enorme carga moral que implica, no constituye sino una recomendación, sin obligatorio cumplimiento para los gobiernos.
Precisamente por su condición no obligatoria (o no vinculante como se acostumbra a decir en el lenguaje del Derecho Internacional), a posteriori la ONU instrumentó esos Pactos que sí tienen ese carácter, desglosando esa Declaración en dos documentos: el de los Derechos Civiles y Políticos (o de primera generación) y el de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (o de segunda generación).
Hay varias preguntas cuando se quiere analizar este acontecimiento de hace ya cuatro años, a saber:
- ¿Por qué el gobierno cubano, demoraría treinta y dos años (32) en firmar tan importantes documentos?
- ¿Por qué nunca los nacionales hemos recibido explicación sobre las razones para su firma?
- ¿Por qué nunca se ha expuesto al pueblo de Cuba el contenido de esos Pactos?
- ¿Qué implicaciones tendría para los cubanos la ratificación de tales instrumentos jurídicos?
- ¿Por qué desde su firma y hasta la fecha, esos convenios se han mantenido en el “secretismo” que hoy se critica por las autoridades?
El problema es que, ahora mismo, seguimos frente a esta crisis generalizada que parece no tener fin, así como ante la ausencia de soluciones profundas y serias por parte del gobierno.
Indignados no sólo hay en Europa, frente a Wall Street o en los países árabes. Un grupo de ciudadanos desde la sociedad civil cubana ha acudido a los Pactos de la ONU firmados en nombre del pueblo de Cuba, y está pidiendo su ratificación, precisamente por estar… indignados.
Fantasmas han existido siempre a través de la Historia. Ayer en Europa era el comunismo que la recorría. Hoy, en Cuba, un nuevo fantasma comienza a moverse, también aterrador para algunos: el de los Pactos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
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