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Sin vendas en los ojos, dura realidad
                     De Zapata Tamayo a Wilman Villar, de la represión durante la visita papal a las Damas de Blanco: La Organización Mundial contra la Tortura examina al régimen, que sigue sin tipificar la tortura como delito en la legislación penal.
Ginebra. La Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) está  seriamente preocupada por  la gravedad de la situación de los derechos  humanos en Cuba, con un Gobierno que "sigue siendo hostil a toda crítica  nacional o internacional" y donde hay una tipificación bastante  nebulosa de ciertos delitos, bajo denominaciones tales como "falta de  respeto", "resistencia a la autoridad", y la consabida "propaganda  enemiga", o la tan utilizada "peligrosidad social pre-delictiva".
Estas y otras muchas apreciaciones, así como numerosas  recomendaciones, se encuentran sustentadas en un detallado informe  alternativo recién presentado por la OMCT al Comité contra la Tortura de  la ONU, con vistas al examen de los informes periódicos segundo,  tercero y cuarto de Cuba —correspondientes a los años 2000, 2004 y  2008—, previsto durante el 48° periodo de sesiones, en mayo de 2012.
No es la primera vez que la prestigiosa Organización —fundada en  1985— expresa sus inquietudes en torno a la situación represiva que se  vive en la Isla, a la cual, desde hace ya más de una década, espera  autorización para poder realizar una visita de evaluación, toda vez que  las denuncias sobre graves violaciones, incluidos alegados casos de  tortura, afluyen con frecuencia a la OMCT.
Un nuevo —y también fallido— intento tuvo lugar el pasado año cuando  la OMCT pudo reunirse el 31 de mayo de 2011 con la Misión Permanente de  Cuba en Ginebra para abordar la eventualidad de una misión a la Isla, a  fin de conocer in situ la situación, y tal como afirma el  informe hasta la fecha "las autoridades cubanas no han acordado que la  OMCT realice una misión a su país".
Valdría la pena recordar que a raíz del anuncio hecho por el Gobierno  cubano en febrero de 2009 de que recibiría al relator especial de la  ONU sobre la Tortura, Manfred Nowak, la OMCT no puso objeción a  suministrarle toda la información que durante dos decenios había  recopilado referida a situaciones de tortura y de malos tratos recibidas  de diversas fuentes, incluidas las de primera mano. Pero, como del  dicho al hecho va un gran trecho, Nowak terminó su mandato en octubre de  2010 sin tener acceso a la Isla, y con gran decepción —tal como él  mismo dijo— asumió que las autoridades cubanas habían interpuesto  numerosos obstáculos para que "la invitación" fuese una realidad.
El informe alternativo de la OMCT
El documento elevado por la OMCT al Comité de la Tortura consta de 31  páginas, en las cuales se analizan la situación de los derechos humanos  en Cuba, el marco jurídico —con énfasis en la ausencia de tipificación  del delito de tortura—, la ausencia de legislación para garantizar la  reparación a las víctimas de tortura y el derecho a una indemnización  justa y adecuada, la existencia de delitos que generan incertidumbre  jurídica y actuaciones arbitrarias por parte de las autoridades, y la  aplicación de la pena de muerte.
Asimismo, se enfoca la represión continua en contra de los opositores  políticos, defensores de derechos humanos y periodistas independientes.  La OMCT presta particular atención al caso de las Damas de Blanco, a  las que considera uno de los grupos que ha sido particularmente más  vulnerable a los actos represivos, habida cuenta de que son objeto de  vigilancia, actos de hostigamiento y amenazas de manera continua por  parte de agentes de la Seguridad del Estado, de la Policía Nacional y de  partidarios del gobierno.
La OMCT asegura que "a cuatro años desde que el Sr. Raúl Castro tomó  el poder" se han emprendido algunos cambios de orden económico y sin  embargo, "la situación de los derechos humanos en Cuba continúa siendo  preocupante y el Gobierno cubano sigue siendo hostil a toda crítica  nacional o internacional".
"A nivel nacional —denuncia la OMCT— la disidencia continúa siendo  fuertemente reprimida mediante el uso excesivo de la fuerza policial,  amenazas, actos de hostigamiento, detenciones arbitrarias y otras formas  de malos tratos".
Asimismo evidencia que las libertades de expresión, de reunión  pacífica y de asociación de opositores políticos, defensores de derechos  humanos y periodistas independientes son severamente restringidas,  observándose una tendencia de aumento de la represión desde el pasado  año hasta la fecha.
De acuerdo con la ONG, a escala internacional, el Gobierno cubano fue  sometido en febrero de 2009, al examen del denominado Examen Periódico  Universal, el mecanismo del cual se dotó el Consejo de Derechos Humanos  para evaluar en materia de derechos humanos a todos los países miembros  de la ONU. En esa ocasión Cuba rechazó 20 de las más de 80  recomendaciones que produjo ese escrutinio.
Hasta hoy, ninguno de los relatores de la ONU encargados de  cuestiones sensibles como defensores de derechos humanos, libertad de  expresión, o de la tortura, ni ONG vinculadas, u otros mecanismos  internacionales afines, han obtenido el acuerdo de las autoridades  cubanas para realizar alguna misión de evaluación de la tortura y los  malos tratos en Cuba, según subraya el documento de la OMCT.
"A esto se añade que el monitoreo de la situación de los derechos  humanos en las cárceles cubanas continúa prohibido tanto para  observadores nacionales como internacionales, y sigue siendo considerado  un acto de 'traición a la patria' o 'un atentado a la soberanía  cubana'".
En este escenario, aquí en Ginebra, durante dos décadas hemos  escuchado precisamente el recurso a esos términos por parte de  representantes del Gobierno cubano para desentenderse de  cuestionamientos formulados en la extinta Comisión de Derechos Humanos, o  en otras instancias.
Acerca de las condiciones carcelarias, la OMCT pone énfasis en las  detenciones excesivas y abusivas, que han originado el hacinamiento  masivo que existe hoy en día en unas 200 prisiones y "campos de trabajo"  en la isla, a lo cual —asegura— "se suman las palizas, las  humillaciones, déficit de higiene, insuficiencia o denegación de  asistencia médica adecuada y la mala alimentación a la que son sometidos  los prisioneros". En la Isla no hay distinción carcelaria entre  disidentes políticos, defensores de derechos humanos, periodistas  independientes o presos comunes, agrega el documento de la OMCT.
"Uno de los casos emblemáticos con relación a las deplorables  condiciones de detención y al precario estado de salud de los detenidos  en las prisiones en Cuba, es el de Orlando Zapata Tamayo", afirma el  informe, que subraya el hecho de que OZT, miembro del Movimiento  Alternativa Republicana y del Consejo Nacional de Resistencia Cívica, y  gestor del Proyecto Varela, falleció como "consecuencia de las secuelas  de diferentes tipos de malos tratos y golpes recibidos durante sus años  de detención, las cuales —apunta— se agravaron en medio de una huelga de  hambre de 83 días".
Otro caso señalado fue el del fallecimiento de Wilman Villar Mendoza,  de la Unión Patriótica de Cuba, quien falleció el pasado 18 de enero en  medio de una huelga de hambre de 50 días, debido a un fallo  multiorgánico y una sepsia generalizada. El informe recoge el testimonio  de la esposa de Villar, según la cual fue "sometido a reclusión en  condiciones de aislamiento luego que iniciara la huelga de hambre…, lo  habrían desnudado y confinado a una celda de aislamiento minúscula y  fría".
Para la Organización Mundial contra la Tortura, la situación es de  tal gravedad que son varios los casos de disidentes que han optado por  realizar huelgas de hambre para protestar contra las irregularidades o  las condiciones de detención.
En sus recomendaciones, la OMCT solicita se mejoren las condiciones  de reclusión, en especial, y con urgencia las referidas a las cuestiones  sanitarias, alimentarias, y al acceso a servicios de salud y cobertura  de necesidades básicas.
Asimismo, pide la liberación inmediata e incondicional de todos los  disidentes, defensores de derechos humanos y periodistas independientes  que se encuentren arbitrariamente detenidos, y, en caso de privación de  libertad, "evitar que sean agredidos" y proporcionarles una adecuada  atención médica según su estado de salud.
La OMCT sustenta como referencial —entre otras— la denuncia hecha en  días recientes por el Consejo de Relatores de Derechos Humanos, según  cuyos datos, "una alarmante cifra de más de 1.000 reclusos habrían  fallecido en la última década y en la gran mayoría de casos no existe  una explicación oficial por parte de autoridades penitenciarias del  Estado cubano".
En su informe, la OMCT ofrece también valoraciones positivas  referidas al ordenamiento jurídico cubano, según la Constitución vigente  donde se consagra la libertad e inviolabilidad de la integridad  personal y garantiza la inviolabilidad de la integridad de la persona  detenida o presa (art. 58), así como se proscribe el uso de la violencia  o la coacción sobre las personas para forzarlas a declarar (art.  59.iii), establece la nulidad de las declaraciones obtenidas mediante  violencia o coacción (art. 59.iv) y se prevé que "en caso de infracción  los responsables serán sancionados" (art. 59.iv).
Sin embargo, la OMCT señala el hecho de que todavía el Gobierno no  haya tipificado en la legislación penal cubana la tortura como un  delito, tal como lo exige la Convención contra la Tortura, de la cual  Cuba es firmante, "representa una laguna" en su aplicación y "a falta de  un delito específico de tortura, es difícil seguir la aplicación de la  Convención".
Los argumentos ofrecidos por Cuba al Comité de la ONU contra la  Tortura, no proporcionan datos sobre las denuncias interpuestas en  contra de autoridades con base en las figuras delictivas a las que se  refiere el Gobierno, que permitirían la protección integral de la  persona, como el delito de abusos lascivos, cometido por autoridades o  funcionarios, por razón de su cargo, entre otros. Tampoco Cuba ha  ofrecido información sobre los resultados de posibles investigaciones o  de imputaciones en caso de que existan, según refiere la OMCT.
En ese sentido, esta ONG ha subrayado tener seria preocupación ante  la existencia de delitos tales como el de "peligrosidad  social-pre-delictiva", contemplado en el artículo 72 del Código Penal,  que según la OMCT asegura corresponde a un tipo de "delitos que no sólo  vulneran per se principios universalmente reconocidos como el  de seguridad jurídica ligado a las garantías del debido proceso legal,  sino que facilitan el hostigamiento a disidentes políticos y defensores  de derechos humanos".
La represión a la disidencia. Las Damas de Blanco
La política represiva seguida por el Gobierno cubano desde hace años  contra opositores políticos se ha expresado en todo tipo de  hostigamiento y vigilancia, arrestos sistemáticos, de corta duración,  amenazas, uso de la fuerza policial durante las detenciones, represión a  las manifestaciones pacíficas, restricciones a la libertad de  circulación por el territorio nacional o de salida del país, entre  otras, son citadas en el informe alternativo de la OMCT.
Una de las últimas modalidades, según refiere, radica en los actos de  intimidación para impedir que los disidentes políticos, los defensores  de derechos humanos o los periodistas independientes puedan reunirse  libremente. Ahora, apunta la OMCT, se aplica una suerte de "reclusión  domiciliaria" bajo custodia policial o con el apoyo de partidarios o  agentes gubernamentales, bajo amenaza de detención en caso de que salgan  de sus viviendas.
Con motivo de la reciente visita del Papa Benedicto XVI se realizaron  numerosos actos de hostigamiento de este tipo, con el objetivo de  impedir que "los críticos del régimen se manifestaran durante la visita  papal". De tal manera, que la OMCT se suma a las denuncias formuladas  por diferentes medios sobre un aumento alarmante de la represión masiva  alrededor de la visita del Papa. (26-28 marzo 2012).
En esa dirección, la OMCT afirma que durante esos días hubo numerosos  arrestos arbitrarios, reclusiones domiciliarias extrajudiciales bajo  custodia policial, cortes de líneas telefónicas de centenares de  disidentes en todo el país "ordenadas por la policía secreta", entre  otros.
De acuerdo con la Organización Mundial contra la Tortura, la  violencia con la que se realizan algunas detenciones de disidentes  políticos "ha llegado a poner en duda las circunstancias que rodearon la  muerte" de Juan Wilfredo Soto García, miembro del Polo Antitotalitario  Unido, el 7 de mayo del pasado año en el hospital provincial de Santa  Clara.
Tras referirse a la golpiza que recibió Soto García y su ulterior  muerte dos días después, la OMCT recuerda que solicitó a Raúl Castro que  se realizara una investigación inmediata, independiente, competente,  exhaustiva e imparcial para esclarecer las causas de su fallecimiento y  encausar a los responsables, sin que hasta el momento haya tenido la más  mínima respuesta.
En cuanto a las Damas de Blanco, la OMCT no solo las considera uno de  los grupos más vulnerables y en especialmente acosado, sino que da  valor testimonial a las denuncias hechas por algunas de sus integrantes,  víctimas de agresiones físicas a manos de partidarios gubernamentales.  Cita, como ejemplo, cuando en julio del pasado año 24 mujeres fueron  golpeadas —e incluso apedreadas— tras haber visitado el Santuario de El  Cobre, pero también durante la reciente visita papal.
Entre los casos documentados por la Organización contra la Tortura  están el de Ivonne Malleza Galano, miembro de las Damas de Blanco, y el  de Isabel Haydee Álvarez Mosquera, ambas detenidas violentamente el  mismo día.
En general, la Organización Mundial contra la Tortura formula 38  recomendaciones en este informe alternativo, que espera pueda contribuir  al trabajo del Comité de la ONU contra la Tortura, a la hora de  analizar la situación de violaciones sistemáticas a los derechos humanos  en Cuba.
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