DE LA DICTADURA
A LA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
por
Gene Sharp
Traducción al Español por Caridad Inda
TRABAJO PRELIMINAR PARA UNA
DEMOCRACIA DURADERA
La desintegración de la dictadura
es, por supuesto, causa de gran
celebración. La gente
que por tanto
tiempo ha sufrido
y que ha
pagado un precio tan alto, merece un tiempo de gozo, relajamiento
y reconocimiento. Debe sentirse
orgullosa de sí misma y de todos
los que con ella lucharon para ganar la libertad política.
No todos
habrán vivido para celebrar este día. Vivos y muertos serán
recordados como héroes que ayudaron a moldear la historia de la
libertad en su país.
Desafortunadamente, esta no es una oportunidad para reducir
la vigilancia. Aún en caso de que la dictadura hubiese sido
desintegrada exitosamente por medio del desafío político,
se deben
tomar muchas precauciones para impedir que surja un nuevo
régimen opresivo durante la confusión que acompaña el
derrumbamiento del viejo. Los dirigentes de las fuerzas pro-
democráticas deben tener
preparada por adelantado una transición
ordenada hacia la democracia. Es necesario establecer las bases
constitucionales y legales
así como las normas de comportamiento
de una democracia duradera.
Nadie debe creer que con la caída de la dictadura
inmediatamente va a aparecer una sociedad
ideal. La desintegración
de la dictadura simplemente facilita el punto de partida, en
condiciones de una libertad revalorada, para realizar
esfuerzos a
largo plazo por mejorar
la sociedad y responder
más adecuadamente
a las necesidades humanas. Los serios problemas políticos,
económicos y sociales seguirán durante años, y hará falta la
cooperación de muchas
personas y grupos
para buscarles solución.
El nuevo sistema
político debe dar una oportunidad para que las
personas con puntos
de vista diferentes y medidas que lo favorezcan
continúen el trabajo
constructivo y el desarrollo de las políticas
orientadas a encarar los problemas
del futuro.
Amenazas de una nueva dictadura
Aristóteles advirtió hace tiempo "...que la tiranía puede cambiar y
convertirse en tiranía..."14 La historia nos da muchos ejemplos,
en
Francia (los jacobinos
y Napoleón), en Rusia (los bolcheviques), en
Irán (el Ayatollah), en Birmania (SLORC),
y en otras partes en que
algunas personas o grupos consideraron
el derrumbamiento de un
régimen opresivo meramente como la oportunidad de convertirse
en los nuevos amos. Sus motivos podrán
variar, pero los resultados
son a menudo muy similares. La nueva dictadura puede ser aún
más cruel que la anterior y ejercer
un control más asfixiante.
Aún antes del desplome de la dictadura, miembros del pasado
régimen pueden intentar acortar el proceso de la lucha desafiante
por la democracia dando un golpe de estado a fin de escamotear la
victoria que lograría la resistencia
popular. Pueden proclamar que
han expulsado a la dictadura, pero de hecho buscan sólo imponer
un modelo más o menos renovado
de la anterior.
Cerrándoles el paso a los golpes de estado
Hay maneras de derrotar los
golpes de estado que se intenten con-
tra una sociedad recientemente liberada. A veces basta un
conocimiento previo de esa capacidad de defenderse para impedir
el intento. La preparación intelectual puede prevenirlos.15
Apenas el golpe haya sido puesto en marcha, los putschistas
necesitan legitimarse, o sea, que
se acepte que
tienen derecho
político
y moral de gobernar. Por lo tanto, el primer principio
básico que
hay que esgrimir para defenderse contra el golpe
es negarles la
legitimidad a los putschistas.
Los putschistas también
necesitan que los líderes civiles y la
población los apoye, que estén confundidos o que sencillamente se
mantengan pasivos. Los putschistas requieren la colaboración de
especialistas y consejeros, burócratas y funcionarios
14Aristóteles, The Politics (Política), libro V, cap. 12,
p. 233.
15Ver Gene Sharp, The
Anti-Coup (El Antigolpe),
(Boston, MA: The Albert Einstein
Institution, 2003).
gubernamentales, administradores y jueces, a fin de consolidar
su
poder sobre la sociedad afectada. También
requieren que
la multitud
de personas que manejan el sistema político, las instituciones sociales,
la economía, la policía y las fuerzas militares se les sometan
pasivamente y lleven a cabo sus funciones
habituales tal como las
hayan modificado las órdenes y
políticas de los putschistas.
El segundo principio de la defensa
contra el golpe
de estado es
el de resistir a los putschistas por medio de la nocooperación y el
desafío político. Debe negárseles la cooperación y asistencia que
necesitan. Esencialmente, los mismos medios
de lucha que se usaron
contra la dictadura se pueden emplear ante la nueva amenaza,
siempre que se apliquen
inmediatamente. Si se les niega tanto la
legitimidad como la cooperación, el golpe puede
morir de inanición
política, y se habrá restaurado la oportunidad de construir una
democracia.
Redactando una constitución
El nuevo sistema
democrático va a requerir
una constitución que
establezca la estructura deseada del gobierno democrático. La
constitución deberá fijar
los propósitos del gobierno,
limitar los
poderes gubernamentales, establecer los procedimientos y las fechas
de las elecciones mediante las cuales se eligirá a los funcionarios del
gobierno y los legisladores, los derechos inherentes del pueblo, y las
relaciones del gobierno
nacional con los niveles inferiores de la
estructura política.
Dentro del gobierno central, si éste ha de seguir siendo
democrático, debe establecerse una clara separación de la autoridad
entre las ramas legislativa, ejecutiva y judicial.
Se deben incluir
fuertes restricciones a las actividades de la policía, los servicios
de
inteligencia y las fuerzas armadas prohibiéndoles cualquier
interferencia política legal.
Para conservar el sistema democrático e impedir medidas
y
tendencias dictatoriales, la constitución debe ser preferentemente
una que establezca un sistema
federal con prerrogativas
importantes
para los gobiernos a nivel regional, estatal
y local. En algunos casos,
se puede considerar la imitación del sistema suizo de cantones en el
se puede considerar la imitación del sistema suizo de cantones en el
que áreas relativamente pequeñas retienen prerrogativas importantes
sin dejar por eso de ser parte integral del país.
Si una constitución con muchos
de estos rasgos
hubiera existido
antes en la historia del país recién liberado, sería deseable
reimplantarla
modificándola apenas en lo que fuere necesario y
deseable. Si no existiera una constitución más antigua con los
requerimientos del caso, quizá se podría trabajar con una constitución
interina. Si no, habría que escribir una nueva constitución. Preparar
una nueva constitución llevará tiempo y esfuerzo. Es deseable la
participación popular en este proceso y se hace necesaria para la
ratificación de un nuevo texto o de sus enmiendas. Se ha de ser
muy cauto al incluir en la constitución promesas que luego se
demuestre que es imposible cumplir, o estipulaciones que requieran
un gobierno altamente centralizado, porque en ambos
casos podría
facilitarse una nueva dictadura.
La redacción de la constitución debe ser fácilmente
comprendida por toda la población. No debe ser tan compleja
ni
tan ambigua como para que sólo los abogados u otras élites puedan
decir que la comprenden.
Una política democrática de defensa
El país liberado puede tener que enfrentarse a una amenaza
extranjera, para lo cual se necesitaría una capacidad defensiva. El
país puede también verse amenazado por un intento de imponerle
una dominación militar,
política o económica desde el extranjero.
A fin de mantener una democracia interna, habría que
considerar seriamente si han de aplicarse los principios básicos del
desafío político a las necesidades de la defensa
nacional16. Al situar
la capacidad de resistencia directamente en manos de la ciudadanía,
los países recientemente liberados
pueden evitar la necesidad de
establecer una fuerte capacidad militar
que podría, por su parte,
amenazar la democracia y demandar vastos recursos
económicos
16Ver Gene Sharp,
Civilian-Based Defense: A Post-Military Weapons System
("La Defensa
con Base Civil: Un Sistema
de Armas Post-Militares"), (Princeton, New Jersey:Princeton
University Press, 1990).
que mucho se necesitan para otros
propósitos.
Debemos recordar que algunos grupos
van a ignorar cualquier
disposición constitucional en su afán de establecerse como nuevos
dictadores. Por consiguiente, la población necesita asumir la tarea
permanente de aplicar
el desafío político
y la nocooperación contra
cualquier dictador en potencia y de preservar las estructuras, los
derechos y los procedimientos democráticos.
Una responsabilidad meritoria
Los efectos de la lucha
noviolenta son no solamente debilitar y quitar
al dictador sino también dotar de poder al oprimido.
Esta técnica
habilita a las personas que previamente
sentían que no servían más
que como víctimas
para ejercer directamente
el poder para lograr
por su propio esfuerzo una mayor libertad y justicia. Esta experiencia
de lucha tiene consecuencias sicológicas importantes que
contribuyen a aumentar la autoestima
y la confianza en sí mismos
entre los que antes carecían de todo poder.
Una consecuencia beneficiosa a largo plazo del empleo de la
lucha noviolenta a fin de establecer un gobierno democrático, es que
la sociedad estará
más apta para manejar los problemas
recurrentes
y futuros. Aquí podrían
incluirse los futuros abusos
del gobierno y
la corrupción, los maltratos a algún grupo,
la injusticia económica y
las limitaciones en la calidad
democrática del sistema
político. La
población, experimentada en el uso del desafío político,
probablemente será menos
vulnerable a la acción de una dictadura
en el futuro.
Después de la liberación, el haberse familiarizado con la lucha
noviolenta va a sugerir maneras
de defender la democracia, las
libertades civiles, los derechos de las minorías y las prerrogativas
de los gobiernos regionales, estatales o locales así como de las
instituciones nogubernamentales. Tales medios también harán
posible que personas o grupos expresen pacíficamente su
disentimiento extremo sobre asuntos que los grupos de oposición
perciben ser tan importantes que a veces
los han llevado
al terrorismo
o a la guerra de guerrillas.
Los pensamientos expresados en este examen del desafío
político o la lucha noviolenta tienen como fin tratar de ayudar a
todas las personas
y grupos que buscan liberar
a sus pueblos de la
opresión dictatorial y establecer un sistema democrático duradero
que respete las libertades humanas y la acción popular
para mejorar
la sociedad.
Tres conclusiones principales se derivan de las ideas
bosquejadas aquí:
• Es posible liberarse de las
dictaduras;
• Una reflexión cuidadosa y una planificación estratégica muy
meticulosa son indispensables para lograr la liberación; y
• Se necesitará vigilancia, mucho
trabajo arduo y una lucha
disciplinada a veces a un precio
muy alto
Es cierta la multicitada frase:
"La libertad no es gratis". Ninguna
fuerza externa vendrá
a darle al pueblo oprimido
la libertad que
tanto anhela. La gente tendrá
que aprender cómo conseguir esa
libertad por sí misma. No será
fácil.
Si la gente puede darse cuenta de lo que necesita para su
liberación, podrá trazarse
líneas de acción que, después
de muchos
trabajos, han de traerle su libertad. Entonces
con ahínco podrá
construir un nuevo
orden democrático y prepararse para
defenderlo.
La libertad que se gana por medio de una lucha de este tipo puede
ser duradera y ser mantenida por un pueblo
tenaz comprometido
a
conservarla
y enriquecerla.
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