Palazzo Apostólico
00120, Ciudad del Vaticano
Muy Santísimo Padre:
Le escribimos para humildemente pedirle que acepte inmediatamente la dimisión del Cardenal cubano, Jaime Ortega y Alamino al tener este ya cumplidos sus 75 años de edad como impone el derecho canónico y exige la norma establecida por Pablo VI.
Según la base del Código de Derecho Canónico, es decir, el texto aprobado en 1983 y firmado por
Juan Pablo II en su quinto año de pontificado, los obispos están obligados a entregar la dimisión del gobierno pastoral de sus diócesis en las manos del Pontífice al cumplir los 75 años de edad, en aplicación del primer párrafo del canon número 401. Siguiendo las normas contempladas por la actual «carta» que regula la vida interna de la Iglesia católica, la cuestión de las dimisiones y renuncias está blindada.
El Cardenal Ortega nació en Octubre de 1936 y su Santidad Benedicto XVI en lineas generales casi siempre ha aceptado el nombramiento a un nuevo cardenal salvo que otra imprevisible prorroga por motivos de fuerza mayor.
Comprendemos que dado la anunciada visita a Cuba de Su Santidad Benedicto XVI el Santo Padre permitiera al actual cardenal Ortega continuar en su posición meses después de cumplir los mandatorios 75 años de edad para que este pudiera organizar, asistir y participar en esta visita prorrogando así su fecha de retiro permanente. Sin embargo, las recientes declaraciones del Cardenal Ortega en los Estados Unidos han sido rechazadas y desmentidas rotundamente por la oposición cubana tanto dentro y fuera de Cuba y contradicen el mensaje de reconciliación que aparenta promover.
El cardenal Ortega haciendo uso del derecho de libertad de expresión otorgada dentro de los recintos universitarios de los Estados Unidos, derecho que se le niega a los cubanos en la Isla, insulta la memoria de nuestro Obispo cubano Monseñor Agustín Román que fue expulsado y desterrado por el mismo régimen totalitario que aun gobierna por más de cinco décadas en Cuba con el cual el Cardenal Ortega pide reconciliación.
Según el Cardenal Ortega el Obispo Agustín Román le aconsejó no mencionara la palabra
reconciliación en la homilía de su primera visita como cardenal a Miami. Sus declaraciones de que tuviera "que callar esa palabra que es nuestra, que es propia del cristianismo" es una ofensa doble al inferir falta de caridad hacia el prójimo de parte de un santo prelado de la Iglesia Católica y poner palabras en boca de un obispo recientemente fallecido que no puede ni afirmalas ni desmentirlas
Sus palabras ante una audiencia universitaria clasificando de antiguos delicuentes, sin nivel cultural y con trastornos sicológicos a 13 opositores que ocuparon un templo habanero y sacados del lugar violentamente a petición del propio cardenal poco antes de la visita papal, han sido rechazadas y desmentidas rotundamente por la oposición cubana tanto dentro y fuera de Cuba. Palabras elitistas que contradicen las del Buen Pastor que ama a todas sus ovejas incluyendo las delicuentes, las enfermas mentales y las de bajo nivel cultural.
Las reacciones del pueblo cubano, tanto dentro de la Isla como en el exilio demuestran que ėste no esta de acuerdo con la actuación y declaraciones del Cardenal Ortega
El conocido opositor y expreso político cubano Dr. Oscar Elías Biscet declara "Creo que la dirección de la Iglesia no ha comprendido que hay que exigirle al gobierno que los cambios son derechos elementales de la persona".
Berta Soler, portavoz de las
Damas de Blanco, desmiente los comentarios del cardenal Ortega. "Llamar delincuentes a esos hombres son palabras que usa el gobierno cubano. No estoy de acuerdo y yo me pregunto: ¿De dónde sacó esa información Ortega para llamarlos así?" .
Silvia Iriondo, presidenta y fundadora de M.A.R. por Cuba, fustigó a Ortega por un lenguaje que calificó de despectivo. "Claramente, la Iglesia de Jesucristo no es la misma Iglesia del cardenal"
La periodista de Radio Mambí y miembro del Consejo por la Libertad de Cuba,
Ninoska Pérez-Castellón, dice. "Me parece una canallada que la severidad de sus críticas vayan siempre dirigidas hacia el exilio y las víctimas y no hacia los victimarios. Peor aún que use a monseñor Román después de muerto y que hable de reconciliarse con un enemigo que no se ha arrepentido y que continúa reprimiendo."
Voces internas en Cuba comentan "la Iglesia cabildea en busca de apoyo solidario y financiamiento al raulismo bajo la falsa consigna de la reconciliación entre cubanos"
El cardenal Jaime Ortega y Alamino le debe excusas a la oposición cubana interna y fuera de Cuba así como a la memoria de monseñor Agustín Román. Sus palabras divisivas han causado resentimiento y desconfianza hacia la Iglesia católica cubana por lo que el cardenal Jaime Ortega y Alamino ha dejado de ser digno portador de la Santa Sede en Cuba. para llevar el mensaje de reconciliación o vuelta al seno de la Iglesia católica después de un alejamiento.
Por lo tanto, pedimos respetuosamente que su Santidad el papa Benedicto XVI acepte inmediatamente la dimisión del cardenal Ortega por límite de edad como lo indica el Canon 401. "Al Obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias." (1)
Y que dado las circunstancias especiales del caso la Sede Apostólica provea residencia para el cardenal fuera de Cuba como indica el Canon 402 " El Obispo a quien se haya aceptado la renuncia de su oficio conserva el título de Obispo dimisionario de su diócesis, y, si lo desea, puede continuar residiendo en ella, a no ser que en casos determinados por circunstancias especiales la Sede Apostólica provea de otra manera." (1)
De esta forma la Santa Sede da a la Iglesia cubana la oportunidad de abrir paso a otras voces eclesiásticas para llevar los verdaderos mensajes de reconciliación, fe y libertad al pueblo cubano.
Respetuosamente,
Marta Menor
Alicia D. Morrissey
Roberto D. Ruiz Casas
Cultivamos Una Rosa Blanca
Este mensaje ha sido enviado gracias al servicio BlackBerry de Movilnet
No hay comentarios:
Publicar un comentario