Pia Matta
Publicado el 6 de Enero, 2012
He sido objeto de un agresivo troll a través de la red social Twitter, pésima práctica de intolerancia y déficit de dialogo, cuyo ejercicio contradice uno de los fundamentos de esta red que es crear y facilitar conversaciones públicas.
El episodio partió el 27 de diciembre cuando decidí difundir un mensaje de Yoani Sánchez, la conocida bloguera cubana que aboga por las libertades públicas en su país, quien en su twitter divulagaba la entrevista otorgada a una radio colombiana por su connacional, Elizardo Sánhez, vocero de la comisión de Derechos Humanos de su país.
Ese hecho bastó para recibir un ataque violento, abusivo y sin ningún interés por entablar una conversación o intercambio de ideas; su finalidad fue más bien, inhibir mi expresión bajo el supuesto de tutelar una determinada ideología.
El principal contenido de los troll fue denunciar el acto de "traición" a la izquierda en favor de la "gusana" Sánchez, luego vinieron las acusaciones de agente financiada por organizaciones costeadas por la Central de Inteligencia Americana CIA o por instituciones gubernamentales del gobierno de Chile, hasta atribuir los twits a una falsa idea de objetividad propia del "periodismo burgués". Completa el arco de inculpación: formar parte de una ONG feminista y usar como fuente a Reporteros sin Fronteras.
Los autores del ataque declaran domicilio ideológico en el balmacedismo, allendismo, bolivarianismo, que configurarían , en su opinión, el ideario actual de la izquierda. Lo que se ataca es la desviación de ese imaginario, en eso consistiría la "traición" o "caso de infiltración clásica", que fundamenta y avala esta reacción.
Más allá de enfrentar un debate de ideas sobre lo que es hoy la izquierda, discusión interesante y provechosa siempre que se haga con libertad de pensamiento, lo que quiero en esta oportunidad es afirmar un derecho y un principio. No existen, en mi opinión, exenciones por razones ideológicas, económicas, culturales, religiosas o políticas que permitan vulnerar la libertad de expresión, por eso uno de mis twits fue para difundir un mensaje de Yoani Sánchez.
Las redes sociales son espacios públicos y en su condición de tales regidos por normas básicas de convivencia democrática al igual que en la política, la cultura y la vida en sociedad.
El sentido público de la plataforma twitter, involucra derechos y también deberes. Entre los primeros está la libertad para expresarse y entre los segundos hacerse cargo plenamente de la palabra pública.
Yo provengo de la radio. Radio Tierra es una emisora comunitaria gestionada por una asociación de mujeres, allí aprendimos a formular una oferta de contenidos desde un lugar social, con un punto de vista editorial amplio, diverso e independiente de ataduras ideológicas.
En este ejercicio, el mayor aprendizaje ha sido considerar la defensa irrestricta de la libertad de expresión como fundamento de la democracia. Es un derecho colectivo e individual aplicable en todo contexto político y cultural, cualquiera sea el gobierno, el modelo de estado o la matriz económica. Es un principio no transable, que ha sido propuesto por AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), como fundamento legislativo para los servicios audiovisuales y como parte de la doctrina de los DDHH.
A mi juicio, cualquier vigilancia (estatal, ideológica, empresarial) tiene como finalidad horadar una práctica de ejercicio ciudadano. En los diálogos y discusiones que se abren en twitter, lo que se juega cada vez es una disputa de ideas democrática, libre y sin cautelas ideológicas de ningún tipo.
María Pía Matta
Periodista Radio Tierra
Este mensaje ha sido enviado gracias al servicio BlackBerry de Movilnet
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