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Asedio
Wilfredo Vallín Almeida
A continuación queremos publicar un fragmento de una carta recibida en la Asociación Jurídica Cubana con el propósito de comentarla en otro post.
La carta, después de identificar a su remitente y brindar su dirección, amén de que fue entregada por éste personalmente en nuestra sede, dice así:
Me dirijo a usted para quejarme de una situación que estoy viviendo en mi país desde hace varios años, situación evidentemente muy desagradable y humillante y que hoy día la misma se torna insoportable para mí.
Se trata de las multas o advertencias y maltratos que injustamente he tenido a lo largo de todos estos años por el simple hecho de relacionarme con extranjeros.
Desde hace muchos años estudio lenguas extranjeras, por ejemplo, estudié durante 10 años el francés en la Alianza Francesa de La Habana. Allí participé en una escena de teatro en francés con otros alumnos cubanos, así como varias veces en el Concurso de la Canción Francesa, concurso que cada año tiene lugar en la escuela en el mes de junio.
He participado, así como otros alumnos de dicha escuela en encuentros amistosos con alumnos de la Escuela de Economía de Francia que nos ha dado la posibilidad de poner en práctica nuestras habilidades y nuestros conocimientos en esa lengua.
En todas estas actividades culturales y sociales he podido mantener contactos con algunos de ellos que, a su vez, me han mandado amigos suyos que no hablan español, o casi nada, para que yo los oriente y los ayude…
En ocasiones me han invitado a cenar con ellos, pero esto me ha causado múltiples problemas con la policía que me ha detenido, me han hecho lo que ellos llaman ¨cacheo¨ y luego me han conducido esposado a la estación de policía, a pesar de que mis amigos extranjeros han insistido repetidas veces que soy un amigo, que no les molesto e incluso se han presentado en la unidad para confirmar lo antes expuesto, pero todo ha sido en vano ya que me han puesto arbitrariamente advertencias de asedio al turista, incluso sin haberlas firmado yo. Además, se me ha dejado encerrado durante horas en las malolientes celdas de las respectivas estaciones policiales.
Y continúa el remitente en otra parte de su misiva:
Por ejemplo, una vez tuve que pagar $ 50.00 por ello, otra vez $ 200.00 y otra $ 1500.00 por haber acompañado a una pareja a Trinidad en 1998.
Y así narra otras vicisitudes por algo que al parecer se ha dado en llamar ¨asedio turismo¨. Dejamos aquí la carta de Omar que, además junto con ella nos hace llegar un certificado de antecedentes penales del Registro Nacional de Sancionados con fecha 10 de enero de 2012 y donde se notifica “Hasta esta fecha no constan antecedentes penales”.
Comentaré este caso en una próxima entrada
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