20 ene 2011 01:49 GMT
Yolanda Valery
BBC Mundo, Caracas

Un cable de 1.600 kilómetros de fibra óptica comenzará a instalarse en
el lecho marino en pocos días con el objeto de conectar a Venezuela y
Cuba, informaron este miércoles fuentes oficiales de los dos países.
Un buque francés, de la compañía Alcatel-Luncent, a cargo del
proyecto, se encuentra anclado en costas venezolanas desde el fin de
semana. El cable se extenderá desde las ciudades de Camurí, en
Venezuela, hasta Siboney, en Cuba, y multiplicará por 3.000 la
capacidad de transmisión y recepción en territorio cubano.
El barco carga el cable, tecnología para su colocación y un robot
submarino para supervisar la operación, de acuerdo con una nota
publicada esta semana por el diario oficial cubano Granma.
La fibra óptica "mejorará drásticamente el servicio telefónico y de
internet ofrecido a los habitantes de la isla", mientras que
fortalecerá la "interconexión internacional" de Venezuela, según una
nota de este miércoles de la oficial Agencia Venezolana de Noticias.
Se estima una inversión de US$63 millones.
Para julio
La instalación del cable estaría completa para el mes de julio, según
señaló el gerente de soluciones de Alcatel-Lucent, José Ignacio
Quintero.
La isla atribuye al embargo de Estados Unidos las limitaciones en
materia de servicios de telefonía e internet. Actualmente depende de
una conexión por satélite, costosa y con poco ancho de banda.
El propio presidente venezolano Hugo Chávez habló este fin de semana
del proyecto, bautizado "Alba 1", en alusión al mecanismo de
integración al que también pertenecen Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
"A lo mejor (llega) al mismo Estados Unidos en el futuro", señaló el
mandatario. "Algún día acabará ese bloqueo a Cuba injustificado,
terrible, arbitrario del gobierno más poderoso del mundo sin ninguna
razón", añadió.
Por su parte, Ramón Linares, viceministro de Informática y
Comunicaciones de Cuba, dijo que el efecto no se hará sentir de
inmediato entre la mayoría de la población. "El despliegue de la
conectividad no se resuelve de un día para otro, porque cuesta mucho
dinero y son necesarias otras inversiones", dijo a principios de
enero.
Usos varios
Para el comunicólogo venezolano Antonio Pasquali, la afirmación de
Linares explica sólo en forma parcial por qué el cable no se
traduciría necesariamente en acceso a internet para todos los cubanos,
mientras que podría tener otros usos no declarados públicamente por
las partes.
"Es cierto que el último kilómetro de internet es siempre una línea de
teléfono. Cuba es uno de los 13 países del planeta que ha perdido
densidad telefónica en los últimos veinte años. Las redes civiles
están peor que cuando las dejó (Fulgencio) Batista. (Sin embargo) otra
cuestión es si van a abrir políticamente a los cubanos al mundo ",
indicó.
Pasquali dejó espacio para la duda sobre la posibilidad de una
apertura masiva de internet: "vamos a ver cómo se portan los cubanos;
la situación está evolucionando", le dijo a BBC Mundo.
En todo caso, apuntó a que el cable estaba "sobredimensionado". Como
"hipótesis de trabajo", apuntó a que es posible que se le haya dejado
capacidad para que fuera usado para "prestar servicios al satélite
chino". Esto por la vía de la base de Lourdes, un antiguo centro de
espionaje ruso a pocos kilómetros de La Habana, ahora rehabilitado por
China.
En cuanto a posibles beneficios para Venezuela, señaló que si el país
"lo maneja con inteligencia, se pudiera quedar con una parte del
mercado" en el Caribe. Especialmente en Jamaica, que no ha sido
cubierto por Inglaterra y Estados Unidos como otros territorios
anglófonos en esta parte del mundo.
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