La libertad de informarnos
Durante la última semana, todos los medios oficiales cubanos han publicado noticias y artículos sobre el rechazo sospechosamente unánime de estudiantes cubanos al programa de becas de verano de World Learning, en el que jóvenes del país participaron el pasado año. Uno de estos artículos es "Los millennials y una búsqueda infructuosa", de Iroel Sánchez. La búsqueda infructuosa que describe es la de noticias y artículos sobre el tema en medios no oficiales.
Iroel Sánchez afirma haber optado por buscar en los "sitios alternativos", que él entrecomilla y luego define como "medios privados que con financiamiento externo y empleados cubanos exigen a la prensa oficialista de la Isla inmediatez y transparencia".
No cabe duda que los medios de prensa publican lo que les interesa. Recuerdo que, cuando falleció Michael Jackson, una pequeña nota en el Granma decía que mientras en el mundo había guerras y hambre, la noticia en los medios era la muerte del Rey del Pop. ¿Podía ese suceso ser más importante que las calamidades sufridas por la humanidad? No. Pero era el suceso que más periódicos vendió, seguramente.
Hay también intereses no económicos. En 2006, cuando era traductora en la página web del semanario Tribuna de La Habana, intenté publicar un artículo sobre la problemática racial en la página de opinión. Al principio fue muy bien acogido por el director y la subdirectora; luego se me informó que al Partido (el Tribuna… es el Órgano Oficial del Partido en La Habana) no le parecía oportuno publicarlo. En cada reunión de los martes, en las que se planificaba la siguiente edición, se decía a los periodistas qué temas le interesaba al Partido que se trataran.
A nuestros medios oficiales, al menos hasta el momento, no les ha parecido oportuno informar sobre la carta de jóvenes periodistas de Santa Clara que denunciaron la censura en el periódico oficial para el que trabajaban y reclamaron el derecho de colaborar con medios alternativos. Tampoco les ha parecido oportuno hablar sobre la expulsión del periodista holguinero José Ramírez Pantoja. Les tomó tiempo considerar oportuno informar sobre la crisis migratoria a finales de 2015 en Costa Rica y los posteriores sucesos en Ecuador y Colombia, de donde muchos cubanos fueron deportados. Otros prefirieron el peligro de la selva colombiana antes del regreso al propio país. Falta un análisis serio y profundo, que no se limite a culpar a la Ley de Ajuste Cubano, de las continuas salidas de nuestros compatriotas del país, en condiciones peligrosas. Supongo que ese análisis tendrá lugar cuando se considere "oportuno". ¿Por cuánto tiempo la prensa nacional consideró inoportuno informarnos sobre las deserciones de nuestros atletas y era preciso enterarse por otras vías?
Precisamente porque existen muchas motivaciones para publicar o dejar de publicar algo, o para enfocar los temas de determinada forma, los lectores deben tener la posibilidad de recurrir a varias fuentes, de leer más de un medio. Y de elegir libremente qué medio leer. ¿Tenemos esa opción cubanas y cubanos? No.
Pese a pagar un precio que aún resulta extremadamente alto para el poder adquisitivo del cubano promedio, no accedemos a todas las páginas con libertad. Pagar no nos garantiza el derecho a informarnos. Pagamos por acceder a las páginas que el Gobierno considera que podemos acceder.
Desde las posiciones oficiales suele evadirse esta cuestión, desviando la atención hacia el hecho de que los cubanos tenemos bloqueado el acceso a muchas páginas norteamericanas. ¿O sea, que nuestro Gobierno restringe nuestro acceso a la información porque el Gobierno norteamericano nos lo restringe? ¿Podremos acceder a los medios alternativos que Iroel Sánchez describe como privados cuando el Gobierno norteamericano deje de bloquear nuestro acceso a sus páginas?
Iroel Sánchez afirma, al referirse a una joven que ha cuestionado la forma en que se convocaron las becas y su objetivo, que ni ella ni quienes piensan como ella "tendrán espacio en la prensa privada cuya misión es conducir a Cuba al capitalismo". Quizás tenga razón. ¿Publicaría Granma o alguno de nuestros medios oficiales las opiniones de Manuel Cuesta Morúa, Laritza Diversent, Dimas Castellanos o las de Pedro Campos, quien, por cierto, está muy lejos de querer conducir a Cuba al capitalismo? Para Campos, un socialista crítico con el Gobierno cubano, justamente por considerar que nos conduce al capitalismo, hay espacio en DIARIO DE CUBA.
Pero algo resulta llamativo en el artículo de Iroel Sánchez. Asegura haber recorrido uno por uno el sistema de medios que llama privados. De su afirmación solo puedo deducir dos cosas: o bien no incluye dentro de ese sistema a DIARIO DE CUBA, Cubanet ni a 14 y medio, o tiene un privilegio negado al resto de los cubanos, ya que estos tres sitios están bloqueados. Quizás, en su recorrido, Iroel Sánchez no encontró ningún titular sobre el tema en estos sitios; pero de haberlos encontrado, ¿cómo habría leído los artículos, a no ser que, como dije antes, pueda acceder a sitios que los demás no podemos?
El sábado 1 de octubre había titulares de artículos sobre la participación de jóvenes cubanos en World Learning en DIARIO DE CUBA y 14 y medio, pero yo no pude leerlos. El acceso a las páginas está denegado.
¿Es realmente posible estar informados cuando se cuenta con una sola fuente de información, con una sola versión de los hechos? ¿Hasta qué punto la opinión que nos formamos es nuestra? ¿Los estudiantes y jóvenes que han denunciado el programa de World Learning han accedido a la página web (no está bloqueada hasta el momento) para tener su propia y libre opinión? ¿Lo hicieron quienes participaron en el programa?
No todos los sitios alternativos, que Iroel Sánchez denomina privados, están bloqueados. Me sorprendió poder entrar a Cubaencuentro, lo que por mucho tiempo no fue posible.
Pero mientras existan páginas a las que no podamos acceder, mientras la libertad de acceso a la información esté subordinada a los intereses de un partido en el poder, no hay tal libertad. Los cubanos no solo tenemos restringido el derecho a la libertad de expresión, sino el importante derecho a estar informados.
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