LA INDIGNIDAD DE LA CONCIENCIA
Quisiera pensar que es imposible no sentir indignación frente a lo que está ocurriendo en Venezuela. Ya no se trata solamente de un proyecto político fracasado que ha traído miseria y caos a una de las naciones potencialmente más ricas del mundo. Ahora es mucho más que eso. Ahora se trata de la ascendente evidencia de que estamos en presencia de un gobierno que no se detiene en aplicar la represión y la tortura contra su propio pueblo con tal de mantenerse en el poder. Y, sin embargo, hoy continúan algunos gobiernos cuyos mandatarios no gozan del apoyo y respeto de sus pueblos, negociando la conciencia de sus países como un intercambio de apoyo entre malhechores para seguir solapándose entre sí, ya que todos ellos tienen la conciencia sucia y vendida por haber actuado a conciencia y con conocimiento de causa en contra del sufrimiento de todo un pueblo.
Cuando aquí se escriba la historia de estos tiempos ignominiosos, destacará la posición gallarda y valiente, de mucha gente que ha condenado sin reservas la operación de asalto sobre Venezuela por un grupo de delincuentes disfrazados de socialistas, y en la cual Venezuela Dios mediante estará, librando esta dura lucha de la cual no me queda duda, que este gobierno se va, y entonces estaremos siendo representado, por un gobierno ganado a la reconstrucción y recuperación, de los deberes y derechos democráticos, que permitan su pronta recuperación, y donde el mismo les sabrá reconocer y recompensar.
En el futuro se seguirán escuchando las reacciones de muchos gobiernos, que hoy se hacen solidarios con la grave situación que se vive en el país y que reconocieron tempranamente la vocación dictatorial y autoritaria del chavismo-madurismo.
Así mismo también la voz de individuos comprometidos con la democracia y la libertad en el mundo, como Luis Leonardo Almagro Lemes, actual Secretario General de la O.E.A, 20 Presidentes del hemisferio en ejercicio y muchos ex presidentes latinoamericanos tales como: Andrés Pastrana de Colombia, Laura Chinchilla de Costa Rica y Jorge Tuto Quiroga de Bolivia entre otros, así como tantos otros que se han atrevido a desafiar la cólera de los mal llamados Gobiernos Socialistas, los cuales han retado a todos con su furia de brabucones haciendo creer que defienden los intereses de sus pueblos y no son más que mercaderes, corruptos y chantajistas que infestaron este planeta con el increíble argumento de que la oligarquía está representada por gobiernos democráticos de derecha, siendo el chavismo-madurismo el gobierno socialista revolucionario el único defensor de los pobres.
Pero de igual forma también resonará en el mundo atronadoramente una cierta izquierda dentro y fuera de Venezuela que ya calla porque no encuentra como resolver su terrible dilema ya que si presionan a Maduro es traicionar un lenguaje y una práctica de complicidad según los cuales mis malos son en verdad buenos siempre que se enfrenten a la gran potencia del imperio norteamericano. No importa si se trata de los Castro o de Chávez, o de Pinochet o de Rafael Noriega. Los dictadores todos son malos siempre que puedan ser etiquetados como de derecha; porque los de izquierda son admisibles porque presumiblemente se enfrentan al demonio Mayor y defienden los intereses del pueblo.
Así como la cancillería venezolana mal representada en la zopenca de Delcy Rodríguez quien despacha con la inexistente palabreja injerencista toda opinión sobre los asuntos de Venezuela. Historia bastante conocida: los gobiernos que más atropellan a sus pueblos son los que exigen con más fuerza que nadie opine sobre lo que están haciendo en sus países con el vulgar argumento de que eso sería injerencia en sus asuntos internos. Por supuesto que ningún demócrata, y yo me cuento entre ellos, está abogando por una intervención extranjera en nuestro país, pero la pretensión de estos delincuentes chavista-madurista de que nadie pueda opinar sobre sus desmanes es, al menos, irracional.
Pero también hay que decir algo más incomprensible, que es también el silencio o miedo que vive la gente honesta porque los hay, y que todavía siguen apoyando el proyecto chavista-madurista a pesar de las muertes, la tortura y la represión, con el socorrido y cada vez más débil argumento de que el proyecto revolucionario es más grande que el calamitoso presente y que una suerte de futuro luminoso y de felicidad le espera a Venezuela al final de este horrendo túnel de destrucción, corrupción y caos. Entonces es momento para preguntarse: ¿Qué hace falta para que esta gente termine de reaccionar y le retire su apoyo al gobierno?
Mientras mucha gente se mantiene en silencio, el híbrido de gobierno autoritario, populista y represivo que rige los destinos de nuestro país sigue avanzando en su proyecto de control social llevando el país al despeñadero, pero nada podrá sustituir el esfuerzo y la determinación unitaria de todas las fuerzas de la resistencia democrática en las cuales seguimos luchando cada quien desde su trinchera para liberar a Venezuela del sufrimiento de todo un pueblo, y con el cual le estamos anunciando a este gobierno nefasto, que ya tenemos clara la solución y donde se encuentra.
GOBIERNO VOY POR TI, VOY A LA CALLE Y NO REGRESARE HASTA VERTE TRAS LAS REJAS Y A MI VENEZUELA LIBRE.
Atte.- Carlos Cangrejo…
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