Runrunes de Nelson Bocaranga
Cuando conocí a Fidel Castro en 1979 en las Naciones Unidas ostentaba en
sus manos un poderoso tabaco Cohiba que fumaba con fruición a toda
hora. Aquel 12 de octubre me tocó servir de enlace a los periodistas
cubanos con los colegas globales que junto a mi estaban destacados como
corresponsales ante la ONU. La noche de ese día tras hablar ante la
Asamblea General invitó a los periodistas estadounidenses mas
importantes como Barbara Walter, Dan Rather, John Chancellor y algunos
corresponsales extranjeros a una cena en la misión cubana ante la ONU y
en la que al final, como era su costumbre, regalaba una caja de tabacos
Cohiba en edición especial. Me tocó recibirle una caja de Lanceros en
diciembre de 1999 cuando asistí, por Venevisión, a la famosa rueda de
prensa de 12 horas con periodistas venezolanos unos días antes de la
elección de la Constituyente y del deslave de Vargas.
Fidel estuvo fumando tabaco diariamente, promocionando la industria del
cigarro cubano, hasta que en 1985 sus médicos le aconsejaron dejar el
vicio pues le encontraron células malignas, cancerosas, en su garganta.
La decisión de dejar de fumar de un día para otro fue “disimulada” como
el comienzo de una campaña anti tabáquica que colocó en la radio y la
televisión una serie de mensajes estimulando a los cubanos a dejar de
fumar. Fidel llegó a decir, bromeando acerca de los puros, que “lo mejor
que puedes hacer con esa caja es regalársela a tu enemigo”. Hoy sin
embargo las cifras del gobierno indican que hasta el 40% de los cubanos
fuman. En la década del 70 lo hacían entre el 60% y el 70%, según
algunos estimados. Cuba prohibió oficialmente fumar en teatros,
negocios, autobuses, taxis, restaurantes y otros sitios públicos
cerrados en el 2005.
Volviendo a Fidel debemos decir que su última aparición en público fue
el pasado 9 de enero siendo la penúltima nueve meses antes, el 9 de
abril de 2013. En enero ya se le notaba dificultad para hablar. Desde
entonces ni siquiera apareció ni escribió alguna línea cuando se murió
su gran amigo Gabriel García Márquez el pasado 17 de abril. Algo que
extrañó a todos los seguidores mutuos de ambos personajes.
Hoy fuentes cubanas me dejaron saber que el retiro público del ex
presidente cubano se debe a que la vieja dolencia en la garganta habría
tenido una recidiva luego de 39 años. Es decir que hay una reaparición
del cáncer de garganta que fue detectado a tiempo y tratado exitosamente
en 1985. Es una amenaza latente de esa enfermedad las reapariciones en
el mismo sitio o en otros del organismo del paciente.
Como siempre la salud del octogenario revolucionario ha sido un secreto,
no hay que esperar que esta vez se conozca la verdad desde el propio
gobierno cubano.
Mientras tanto el actual presidente, Raúl Castro, sigue empeñado en una apertura gradual de los mercados internos.
Desde hace una semana Cuba ensaya venta de productos agrícolas de manera “liberada y a precios sin subsidio”.
Fidel sigue en un plano referencial. Raúl es la noticia
Cuando conocí a Fidel Castro en 1979 en las Naciones Unidas ostentaba en
sus manos un poderoso tabaco Cohiba que fumaba con fruición a toda
hora. Aquel 12 de octubre me tocó servir de enlace a los periodistas
cubanos con los colegas globales que junto a mi estaban destacados como
corresponsales ante la ONU. La noche de ese día tras hablar ante la
Asamblea General invitó a los periodistas estadounidenses mas
importantes como Barbara Walter, Dan Rather, John Chancellor y algunos
corresponsales extranjeros a una cena en la misión cubana ante la ONU y
en la que al final, como era su costumbre, regalaba una caja de tabacos
Cohiba en edición especial. Me tocó recibirle una caja de Lanceros en
diciembre de 1999 cuando asistí, por Venevisión, a la famosa rueda de
prensa de 12 horas con periodistas venezolanos unos días antes de la
elección de la Constituyente y del deslave de Vargas.
Fidel estuvo fumando tabaco diariamente, promocionando la industria del
cigarro cubano, hasta que en 1985 sus médicos le aconsejaron dejar el
vicio pues le encontraron células malignas, cancerosas, en su garganta.
La decisión de dejar de fumar de un día para otro fue “disimulada” como
el comienzo de una campaña anti tabáquica que colocó en la radio y la
televisión una serie de mensajes estimulando a los cubanos a dejar de
fumar. Fidel llegó a decir, bromeando acerca de los puros, que “lo mejor
que puedes hacer con esa caja es regalársela a tu enemigo”. Hoy sin
embargo las cifras del gobierno indican que hasta el 40% de los cubanos
fuman. En la década del 70 lo hacían entre el 60% y el 70%, según
algunos estimados. Cuba prohibió oficialmente fumar en teatros,
negocios, autobuses, taxis, restaurantes y otros sitios públicos
cerrados en el 2005.
Volviendo a Fidel debemos decir que su última aparición en público fue
el pasado 9 de enero siendo la penúltima nueve meses antes, el 9 de
abril de 2013. En enero ya se le notaba dificultad para hablar. Desde
entonces ni siquiera apareció ni escribió alguna línea cuando se murió
su gran amigo Gabriel García Márquez el pasado 17 de abril. Algo que
extrañó a todos los seguidores mutuos de ambos personajes.
Hoy fuentes cubanas me dejaron saber que el retiro público del ex
presidente cubano se debe a que la vieja dolencia en la garganta habría
tenido una recidiva luego de 39 años. Es decir que hay una reaparición
del cáncer de garganta que fue detectado a tiempo y tratado exitosamente
en 1985. Es una amenaza latente de esa enfermedad las reapariciones en
el mismo sitio o en otros del organismo del paciente.
Como siempre la salud del octogenario revolucionario ha sido un secreto,
no hay que esperar que esta vez se conozca la verdad desde el propio
gobierno cubano.
Mientras tanto el actual presidente, Raúl Castro, sigue empeñado en una apertura gradual de los mercados internos.
Desde hace una semana Cuba ensaya venta de productos agrícolas de manera “liberada y a precios sin subsidio”.
Fidel sigue en un plano referencial. Raúl es la noticia
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