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A la caza de los cotos de Estado de bienestar
Por Dr. Darsi Ferret
Miami, Florida. 20 de noviembre de 2012.
Corre la noticia de que los españoles intentan emigrar en gran número hacia Escandinavia. Al parecer, la situación económica de su país les parece tan desesperada que buscan escapar de ella.
Pero, ¿en realidad la situación de desbarajuste económico de España es mucho peor que el de los helenos en Grecia, que llevan en crisis hace unos dos años ya? ¿Y por que no nos llegan noticias de una fuga en masa de griegos hacia los países nórdicos europeos? Además, ¿por qué los españoles que emigran eligen Escandinavia, y menos aun con la temporada invernal que justo ahora está llegando a países que la geografía ha dejado dentro del círculo polar?
Quizás lo que pueda explicar tal corrida sea el aun eficiente modelo de Sociedad de Bienestar y de beneficencia pública que disfrutan suecos, noruegos, daneses y finlandeses. Es posible que ningún peninsular mediterráneo se haya puesto a pensar porque siguen siendo eficientes estos servicios, que ya están en crisis como modelo estatista en casi todo el resto de Europa Occidental, por unas razones muy elementales. Esas sociedades nórdicas, con índices elevadísimos de impuestos, que como en Noruega alcanzan el 50% de los ingresos, son capaces de mantener un eficiente servicio estatal porque son unos pocos millones aunque altamente productivos y con una muy desarrollada conciencia social que los aleja lo suficiente de un enfermizo clientelismo como el que padecen los españoles y otros europeos ahora envueltos en crisis en sus paises.
Y precisamente esa parece ser la meta de los españoles que intentan asentarse en esas frías tierras: volverse a colgar de un sistema de seguridad social que les haga la vida más fácil , subvencionados en lo necesario por un Estado benefactor.
El comportamiento de una parte significativa del pueblo español ante la adversidad que, sin dudas el gobierno socialista de Jose Luis Rodriguez Zapatero llevó hasta la debacle, no puede soslayar el hecho de que ellos los eligieron como gobernantes, en elecciones y por mayoría, y en buena medida se colgaron desenfadadamente de sus procedimientos clientelistas, no dándole mucha importancia a los males ya endémicos que se fueron incrementando en la nación, como la corrupción, la pérdida de productividad e innovación tecnológica competitiva y la carencia de una política fiscal seria y responsable con los gastos públicos. El duro batacazo de la realidad que trae no poder seguir viviendo por encima de lo que se produce a algunos los ha hecho entender que hay que apretar los dientes, capear el temporal y renunciar a intentar retornar a esa vida de Sociedad de Bienestar.
Pero para otros esa opción no es aceptable. Hay que preguntarse qué imaginaban ellos que haria el gobierno popular recién elegido en las urnas. ¿Acaso reponerles los incosteables beneficios que generaba un frágil y falso estado de bienestar estatista? Precisamente una dura e impopular tarea como la que le espera al gobierno de Rajoy implica desembarazar al Estado español de un excesivo funcionarado con inclinaciones marcadas al burocratismo ineficiente y a la corruptela, lo que significará a corto plazo más desempleados en la enorme cifra que ya resuena estridentemente entre las noticias internacionales.
Ese grupo de españoles que no aceptan el fin de la panacea son los primeros que se marchan a buscar otra parecida. De ahí esa fuga masiva hacia el norte europeo, a buscar cómo engancharse de esa teta estatal.
Mas el Estado de Bienestar aun no ha entrado en crisis en los países nórdicos debido a esas virtudes ya expuestas arriba: pocas personas, gran productividad de valores agregados per cápita y una alta consciencia civil y social, una mezcla delicada que se quebraría con una invasión masiva de españoles con unos estándares más bajos en lo que respecta a tales valores sociales norteños. El cierre de fronteras parece la opcion que le queda a los escandinavos en un lamentable futuro próximo. Y los españoles emigrantes o matan a la gallina de huevos de oro de Escandinavia o se quedan detenidos en sus fronteras por el expediente de una forzada ley nacionalista de defensa que, también a la larga, sacará de su sitio el tan cuidado Estado de Bienestar.
La nueva realidad globalizadora, también por obra directa, o como poco recomendable consecuencia, como sucede con esta espontanea emigración española, va a desmantelar el estatismo como tendencia que fortalece la intervencion y el asistencialismo del gobierno, en todas esas manifestaciones que excedan las prerrogativas para las cuales surgió como institución rectora. El fin de un artificial Estado de Bienestar mantenido por un Estado redistribuidor de la riqueza pública es una de sus primeras consecuencias irreversibles.
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