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«El próximo presidente no podrá trabajar sin acordar sus políticas con la junta militar, porque cualquier ley que se quiera modificar o sacar adelante tendrá que hacerlo con la connivencia de las Fuerzas Armadas y porque también deberá acudir a ellos para conseguir dinero para implementar cualquier política”,
Egipto elige presidente y la Junta militar le vacía de poderes
Los resultados preliminares situan a Mohamed Mursi por delante de su rival, Ahmed Shafiq. El mandato será turbulento
Día 18/06/2012 - 02.42h
Apenas habían cerrado anoche los colegios electorales en Egipto y la Junta militar ya había vaciado prácticamente de poderes la presidencia. Los resultados preliminares ofrecidos por los Hermanos Musulmanes esta madrugada situaban a su candidato, Mohamed Mursi, por delante de su rival Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak. Pero las enmiendas constitucionales anunciadas anoche por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas hacen prever que el próximo presidente egipcio tendrá ante sí un mandato complicado y posiblemente turbulento.
El documento presentado anoche otorga a los militares el poder legislativo, algo que ya ostentaban de facto desde la disolución del Parlamento el pasado jueves, y les garantiza el control sobre el presupuesto. Además, los militares se reservan el poder de nombrar la Asamblea Constituyente, el órgano que deberá redactar la Constitución. Tanto la Junta como el presidente, el primer ministro y el presidente del Tribunal Supremo tendrán derecho de veto sobre los artículos de la Carta Magna.
Las enmiendas señalan que la Constitución deberá ser sometida a un referéndum popular 15 días después de que haya sido redactada, y las elecciones parlamentarias se celebrarán un mes después de que se apruebe la Ley Fundamental.
Los Hermanos Musulmanes retaron anoche estas enmiendas a la declaración constitucional aprobada en marzo del año pasado. Uno de los portavoces de la cofradía señalaba en una concurrida rueda de prensa tras conocerse el documento de la junta que «el pueblo egipcio no aceptará un presidente que tenga todos los poderes para realizar los objetivos de la revolución».
Los comicios presidenciales deberían haber puesto punto y final a la transición del país, pero los egipcios se encuentran hoy sin Constitución, sin Parlamento y con un presidente que va a necesitar de la Junta militar para poder llevar a cabo su poder. «El próximo presidente no podrá trabajar sin acordar sus políticas con la junta militar, porque cualquier ley que se quiera modificar o sacar adelante tendrá que hacerlo con la connivencia de las Fuerzas Armadas y porque también deberá acudir a ellos para conseguir dinero para implementar cualquier política”, explicaba ayer Mustafá Kemal al Sayed, catedrático de Políticas de la Universidad de El Cairo.
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