EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
LA NUEVA OFENSIVA REVOLUCIONARIA
Julio César Gálvez.
Sección: Una isla perdida en el mar.
El reciente periplo de Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, CENESEX, e hija del gobernante cubano, Raúl Castro, por los Estados Unidos, puede ser marcada como la segunda etapa de la campaña de marketing de la nueva ofensiva revolucionaria del régimen castrista, iniciada en el año 2006, cuando su padre asumiera el poder.
Bajo el pretexto de la defensa de los gay, lesbianas y transexuales en la isla, Mariela viene recorriendo medio mundo, hablando de las bondades y libertades del régimen cubano bajo la presidencia de Raúl Castro, en una sutil crítica a los años en que su tío Fidel Castro, ejerciera un férreo y absoluto mandato sobre los destinos del país, en los que abusó, discriminó, maltrató y encarceló a esta minoría de la población cubana.
Para ellos, en contubernio diabólico, entre ambos crearon las Unidades Militares de Ayuda a la Producción -- UMAP --, que como campos de trabajo forzados existieron hasta mediados del año 1968 en las actuales provincias de Camagüey y Ciego de Avila, donde iban a parar quienes no simpatizaban con la revolución, quienes no acataban a pies juntillas el discurso oficial, los amantes de la música de los Beattles y los Rollings Stone, los que usaban los pitusas ( jeans ) apretados, los homosexuales y los que profesaban alguna religión, desde santeros, espiritistas, Testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, Bautistas y Católicos, entre los que se encontraba el hoy día Cardenal de la Habana, Jaime Ortega Alamino.
Mariela llegó a Estados Unidos al frente de un gran contingente, no es otra la palabra, que sobrepasaban las 70 personas, entre académicos, conferencistas, historiadores, profesores universitarios, artistas, y por supuesto, los hombres de la Seguridad Personal encargados de cuidar a la pequeña de Raúl Castro y su séquito de acompañantes, invitados a un evento patrocinado por la Asociación de Estudios Latinoamericanos – LASA -, en la ciudad de San Francisco, en donde ella, al igual que el empresario-historiador Eusebio Leal arremetieron contra “ la mafia contrarrevolucionaria de Miami ”, pidieron el levantamiento del embargo y ofrecieron perspectivas futuras de inversión en la isla.
Una estrategia bien trazada 44 años después de la ofensiva revolucionaria de 1968, solo que a la inversa de lo ocurrido en aquella fecha, cuando en menos de 24 horas confiscaron y cerraron cerca de 60 mil medianas y pequeñas empresas privadas, entre las que se encontraban zapaterías y reparadoras de calzado, peluquerías y barberías, panaderías, relojerías, imprentas, carnicerías, restaurantes y fondas, talleres de mecánica automotriz, bodegas, carritos de granizado ( rasca de hielo ), puestos de fritas ( timbiriches y chiringuitos ), y hasta sillones de limpiabotas, llevando al desempleo a miles de personas en todo el país, cuyo único delito era trabajar duramente para salir adelante.
La mayoría de estos pequeños negocios eran una empresa de familia, atendidos por una o dos personas. Pero el odio y la envidia acumulada por Fidel Castro era mucha. Nadie se salvó. Arrasaron con todo lo que encontraron en el camino. Fue una verdadera cacería de brujas.
Todo pasó bajo el control del Estado, que a partir de ese momento no pudo asumir y mucho menos satisfacer los servicios que brindaban los pequeños comerciantes confiscados.
El aviso para tan gigantesco operativo de confiscación lo dio el propio Fidel Castro la noche anterior, el 13 de marzo de 1968, en su discurso pronunciado por el onceno aniversario del asalto al Palacio Presidencial: “ Subsiste todavía una verdadera nata de privilegiados que medra del trabajo de los demás y vive considerablemente mejor que los demás, viendo trabajar a los demás. Holgazanes, en perfectas condiciones físicas, que montan un timbiriche, un negocio cualquiera, para ganar 50 pesos todos los días, violando la ley y violando la higiene, violándolo todo, mientras ven pasar los camiones de mujeres a trabajar al Cordón de la Habana … Si mucha gente se preguntara que clase de revolución es esta que permite semejante clase de parásitos todavía a los nueve años, tendría la razón de preguntárselo. Y creemos que debemos ir proponiéndolos, firmemente poner fin a toda actividad parasitaria que subsista en la revolución.
En general, ¿ vamos a hacer socialismo o vamos a hacer timbiriches ? ¡ Señores, no se hizo una revolución aquí para establecer el derecho al comercio ¡ Todo cerró. La Habana, Santa Clara, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y las demás capitales de provincias eran ciudades muertas, desiertas. La gente deambula sin rumbo fijo o se reunía en los parques para hablar en pequeños círculos, siempre en voz baja, de “ lo malo que está esto ” Se estableció la Ley Seca prohibiéndose la venta de bebidas alcohólicas y el régimen abrió la puerta al accionar de la bolsa negra y el mercado subterráneo.
Se llegó a poner en práctica algo que jamás habían soñado Carlos Marx y Federico Engels, la socialización de los puestos de fritas. Pero como todas las medidas y experimentos puestos en funcionamiento en la isla con el castrismo, nada fue para mejor. La economía comenzó a caer en picada y la corrupción política y administrativa a tomar cargo de preponderancia.
Ahora, que los octogenarios generales ven en peligro su permanencia en el mando, gracias a la severa crisis económica por la que atraviesa la isla y la incertidumbre del suministro de petróleo con la enfermedad de Hugo Chávez, se han lanzado a tratar de conquistar los dólares del “ enemigo imperialista ” a como de lugar. Para ello aprovechan el más mínimo resquicio por donde vender su alma al diablo y los intercambios culturales y académicos propiciados por el presidente Barack Obama le viene como anillo al dedo.
La gira de Mariela, a la cual le han dado un destaque inmerecido, elevándola al rango que no posee, contó con la complicidad, encubierta o descarada, de cubanos de dentro y fuera de la isla y estadounidenses de izquierda para su show mediático.
Que acudan a quienes siempre han ofendido y ultrajado ofreciéndoles villas y castillos para obtener su dinero no importa. Lo importante es mantenerse en el poder, aunque para ello necesiten parodiar al poeta español Federico García Lorca: “ … verde, muchos verdes, que necesito los verdes ”
Sección: Una isla perdida en el mar.
El reciente periplo de Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, CENESEX, e hija del gobernante cubano, Raúl Castro, por los Estados Unidos, puede ser marcada como la segunda etapa de la campaña de marketing de la nueva ofensiva revolucionaria del régimen castrista, iniciada en el año 2006, cuando su padre asumiera el poder.
Bajo el pretexto de la defensa de los gay, lesbianas y transexuales en la isla, Mariela viene recorriendo medio mundo, hablando de las bondades y libertades del régimen cubano bajo la presidencia de Raúl Castro, en una sutil crítica a los años en que su tío Fidel Castro, ejerciera un férreo y absoluto mandato sobre los destinos del país, en los que abusó, discriminó, maltrató y encarceló a esta minoría de la población cubana.
Para ellos, en contubernio diabólico, entre ambos crearon las Unidades Militares de Ayuda a la Producción -- UMAP --, que como campos de trabajo forzados existieron hasta mediados del año 1968 en las actuales provincias de Camagüey y Ciego de Avila, donde iban a parar quienes no simpatizaban con la revolución, quienes no acataban a pies juntillas el discurso oficial, los amantes de la música de los Beattles y los Rollings Stone, los que usaban los pitusas ( jeans ) apretados, los homosexuales y los que profesaban alguna religión, desde santeros, espiritistas, Testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, Bautistas y Católicos, entre los que se encontraba el hoy día Cardenal de la Habana, Jaime Ortega Alamino.
Mariela llegó a Estados Unidos al frente de un gran contingente, no es otra la palabra, que sobrepasaban las 70 personas, entre académicos, conferencistas, historiadores, profesores universitarios, artistas, y por supuesto, los hombres de la Seguridad Personal encargados de cuidar a la pequeña de Raúl Castro y su séquito de acompañantes, invitados a un evento patrocinado por la Asociación de Estudios Latinoamericanos – LASA -, en la ciudad de San Francisco, en donde ella, al igual que el empresario-historiador Eusebio Leal arremetieron contra “ la mafia contrarrevolucionaria de Miami ”, pidieron el levantamiento del embargo y ofrecieron perspectivas futuras de inversión en la isla.
Una estrategia bien trazada 44 años después de la ofensiva revolucionaria de 1968, solo que a la inversa de lo ocurrido en aquella fecha, cuando en menos de 24 horas confiscaron y cerraron cerca de 60 mil medianas y pequeñas empresas privadas, entre las que se encontraban zapaterías y reparadoras de calzado, peluquerías y barberías, panaderías, relojerías, imprentas, carnicerías, restaurantes y fondas, talleres de mecánica automotriz, bodegas, carritos de granizado ( rasca de hielo ), puestos de fritas ( timbiriches y chiringuitos ), y hasta sillones de limpiabotas, llevando al desempleo a miles de personas en todo el país, cuyo único delito era trabajar duramente para salir adelante.
La mayoría de estos pequeños negocios eran una empresa de familia, atendidos por una o dos personas. Pero el odio y la envidia acumulada por Fidel Castro era mucha. Nadie se salvó. Arrasaron con todo lo que encontraron en el camino. Fue una verdadera cacería de brujas.
Todo pasó bajo el control del Estado, que a partir de ese momento no pudo asumir y mucho menos satisfacer los servicios que brindaban los pequeños comerciantes confiscados.
El aviso para tan gigantesco operativo de confiscación lo dio el propio Fidel Castro la noche anterior, el 13 de marzo de 1968, en su discurso pronunciado por el onceno aniversario del asalto al Palacio Presidencial: “ Subsiste todavía una verdadera nata de privilegiados que medra del trabajo de los demás y vive considerablemente mejor que los demás, viendo trabajar a los demás. Holgazanes, en perfectas condiciones físicas, que montan un timbiriche, un negocio cualquiera, para ganar 50 pesos todos los días, violando la ley y violando la higiene, violándolo todo, mientras ven pasar los camiones de mujeres a trabajar al Cordón de la Habana … Si mucha gente se preguntara que clase de revolución es esta que permite semejante clase de parásitos todavía a los nueve años, tendría la razón de preguntárselo. Y creemos que debemos ir proponiéndolos, firmemente poner fin a toda actividad parasitaria que subsista en la revolución.
En general, ¿ vamos a hacer socialismo o vamos a hacer timbiriches ? ¡ Señores, no se hizo una revolución aquí para establecer el derecho al comercio ¡ Todo cerró. La Habana, Santa Clara, Cienfuegos, Holguín, Santiago de Cuba y las demás capitales de provincias eran ciudades muertas, desiertas. La gente deambula sin rumbo fijo o se reunía en los parques para hablar en pequeños círculos, siempre en voz baja, de “ lo malo que está esto ” Se estableció la Ley Seca prohibiéndose la venta de bebidas alcohólicas y el régimen abrió la puerta al accionar de la bolsa negra y el mercado subterráneo.
Se llegó a poner en práctica algo que jamás habían soñado Carlos Marx y Federico Engels, la socialización de los puestos de fritas. Pero como todas las medidas y experimentos puestos en funcionamiento en la isla con el castrismo, nada fue para mejor. La economía comenzó a caer en picada y la corrupción política y administrativa a tomar cargo de preponderancia.
Ahora, que los octogenarios generales ven en peligro su permanencia en el mando, gracias a la severa crisis económica por la que atraviesa la isla y la incertidumbre del suministro de petróleo con la enfermedad de Hugo Chávez, se han lanzado a tratar de conquistar los dólares del “ enemigo imperialista ” a como de lugar. Para ello aprovechan el más mínimo resquicio por donde vender su alma al diablo y los intercambios culturales y académicos propiciados por el presidente Barack Obama le viene como anillo al dedo.
La gira de Mariela, a la cual le han dado un destaque inmerecido, elevándola al rango que no posee, contó con la complicidad, encubierta o descarada, de cubanos de dentro y fuera de la isla y estadounidenses de izquierda para su show mediático.
Que acudan a quienes siempre han ofendido y ultrajado ofreciéndoles villas y castillos para obtener su dinero no importa. Lo importante es mantenerse en el poder, aunque para ello necesiten parodiar al poeta español Federico García Lorca: “ … verde, muchos verdes, que necesito los verdes ”
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