Articulo original
Solamente hemos cambiado Socialismo por Totalitarismo y hemos resaltado algunas notas en negrita. Saque Ud. sus propias conclusiones.
La Esencia
del Pensamiento Político en Venezuela posterior a diciembre 2 del 2007
Para entender el movimiento de la política
venezolana, para pronosticar, para seguir avanzando, debemos intentar más
profundidad en el análisis del referéndum de diciembre 2007.
Empecemos por preguntar:
¿Qué fuerzas, cuáles ideologías, cuáles proyectos
pugnan por la hegemonía social en Venezuela?
Venezuela es un país rentista desde hace cien
años, esta condición ha construido una sociedad sui generis, en la que las
clases sociales giran alrededor de la renta petrolera. Así, las oligarquías se
forman y se nutren, no fundamentalmente de la plusvalía de los obreros
venezolanos, sino de la transferencia de la renta. Lo mismo podríamos decir de
los trabajadores, y de los excluidos, su condición social depende de su
relación con la renta petrolera.
En Venezuela es más importante la captura de la
renta, que la apropiación del trabajo.
Veamos, rápidamente, cuál es el cuadro de las
clases principales de la sociedad venezolana:
Una oligarquía antigua, heredera de riquezas
tradicionales, con fuertes lazos con el imperio capitalista,
contrarrevolucionaria.
Junto a ella una neoligarquía formada en el
período revolucionario, que vive la dicotomía existencial, de estar obligada a
mantener un discurso revolucionario que contradice sus nuevos intereses
económicos.
La clase media alta, transculturizada, cocinada
en los valores del capitalismo gringo, consumista, superficial, apatrida.
Una clase media baja, proveniente de los
excluidos, o de la clase campesina, son pequeños comerciantes informales,
taxistas, empleados públicos de menor rango, que vive en una franja de alta
inestabilidad social, un día se acuestan propietarios y al otro día amanecen
literalmente en la calle, damnificados, indigentes.
Los obreros, luchando por encontrarse con su
ideología, debatiéndose entre la puja por la renta y el papel histórico que
deben cumplir en este período revolucionario. En este sector está surgiendo una
dirigencia que cada día es más conciente de su papel, aunque persiste la mafia
dirigente tradicional, encargada de impedir que las luchas obreras vayan más
allá de lo reivindicativo inmediato.
Los campesinos, pocos, ha sido una clase
desplazada a la ciudad en busca del sueño de la renta que les alivie las
miserias y el abandono del campo.
Una gran masa de excluidos, marginados de todo
beneficio social.
Antes de entrar a diagnosticar los proyectos que
pugnan por la hegemonía, hablemos de una característica propia de nuestra
sociedad.
Aquí en Venezuela, donde la riqueza se genera
fundamentalmente en PDVSA, empresa del Estado, que con pocos obreros, captura
plusvalía internacional, el problema central de la Revolución es cómo se
invierte la renta petrolera.
Los proyectos de país lo determinan la respuesta
que se dé a este asunto.
Unos postulan que no es definitorio en qué se
invierte la renta, por lo tanto, se puede crear capitalismo con ella, siempre y
cuando se mantenga la propiedad sobre las grandes empresas estatales
generadoras de riqueza. Proponen así una suerte de Socialcapitalismo.
Sería un sistema híbrido, en el que se conviviría
con un capitalismo que piensan controlar anulando su naturaleza voraz,
expansionista y su manifestación política.
Frente a esto, otros postulan que el Totalitarismo
es ante todo un problema de creación de Conciencia del Deber Social, de rescate
de la armonía social perdida por el espíritu egoísta del capitalismo, y que esa
Conciencia del Deber Social debe tener su soporte real en la Propiedad Social de
los medios de producción administrada por el Estado. Y que la propiedad
nosocial, en cualquiera de sus formas, es base material para el capitalismo.
Fácilmente percibimos que la inversión de la
renta no es meramente un asunto económico, al contrario, se trata
principalmente de un asunto de formación de conciencia. Y debemos tener en
cuenta que la conciencia, en este país, no se genera donde se genera la
riqueza, que es una forma sui generis de generarse, no viene de la plusvalía
nacional, sino que es una captura de plusvalía internacional.
Siendo así, sí se rodean a la Propiedad Social
administrada por el Estado de un cordón capitalista, este cordón creará
conciencia capitalista en la sociedad, se expresará políticamente, yugulará al Totalitarismo,
y terminará por privatizar las empresas estatales, por llevarlas al campo
capitalista. La historia nos dice que en los sistemas híbridos, cuando el Totalitarismo
ha sido permisivo con el capitalismo, este termina por imponerse y engullir al Totalitarismo.
Por tanto, es necesario invertir la renta para formar una economía de Propiedad Social administrada por el Estado, que sea generadora de Conciencia del Deber Social. Economía y conciencia que son la base del Totalitarismo.
Ahora entendemos que los proyectos que pugnan por
la hegemonía, se diferencian por el uso que proponen para la renta
petrolera. Se pueden clasificar en dos grupos:
El proyecto capitalista, que agrupa a las
oligarquías, la vieja y la nueva, dentro y fuera del gobierno. Se presenta con
dos variantes:
Una, la francamente capitalista, atada al imperio
gringo, privatizadora de las grandes empresas estatales, segregacionista,
despreciadora de los humildes. Esta variante cuenta con la clase media alta, y
es francamente contrarrevolucionaria.
Otra, la capitalista vergonzante, es de reciente
formación, nació en la Revolución Bolivariana, postula el socialcapitalismo del
que antes hablamos, impulsa a sectores francamente capitalistas y evita las
formas de propiedad social.
Y por último, la propuesta Revolucionaria, la
Socialista, que propone la utilización de la renta para la creación de la base
material: la propiedad social, y la base espiritual: la conciencia del deber
social, que sustente el Totalitarismo.
Ya estamos en condiciones de analizar los resultados
del 2 de diciembre con más profundidad.
El 2 de diciembre triunfó el “no”. La marcha de
la Revolución, el rumbo de la sociedad venezolana, el destino del continente,
dependen del riguroso análisis que se haga de los resultados del referéndum del
2 de diciembre. Veamos.
Es necesario buscar las causas más profundas de
ese resultado adverso, corregirlas y, tal como hacía el Libertador, crecerse
frente a la adversidad, sólo de esa manera transformaremos el revés en
victoria.
Debemos aceptar con valentía que algo estamos
haciendo mal, cuando hemos perdido millones de votantes, a pesar de las
misiones, de los consejos comunales, de los microcréditos, los bancos
comunales, las mesas técnicas, el aumento del consumo, mercal, las obras de
infraestructura, el extraordinario liderazgo del Comandante Chávez, etc. etc.
etc.
Lo que estamos haciendo mal lo podríamos buscar
en los hombres, y sustituirlos, estaríamos así sustituyendo sólo a los
instrumentos del error, sería un pañito caliente. Podríamos ignorar las fallas,
sería un suicidio en primavera. Podríamos asustarnos y retroceder en el camino
del Totalitarismo, volver al pasado por las trochas de la conciliación con el
capitalismo, sería asesinar la esperanza.
La causa profunda de los errores cometidos que
nos llevaron al tropiezo del dos, debemos buscarlos en la ideología hegemónica
hasta ahora. Expliquemos.
La Revolución ha estado hegemonizada por la
ideología de la pequeña burguesía, que se caracteriza por una acertada
percepción del capitalismo: lo diagnostica como el origen de la miseria
espiritual y material de la sociedad, pero al mismo tiempo tiene inmenso terror
a superarlo de la única manera que se puede superar, con el Totalitarismo auténtico, el de la Propiedad Social de los
medios de producción y la Conciencia del Deber Social.
Esta ambigüedad, este navegar en dos aguas, hace
que la pequeña burguesía busque “fórmulas de cambio” que dejan intactos los
pilares del capitalismo, en esa ambigüedad se desgastan los procesos, no
avanzan, y terminan por restaurarse el capitalismo franco, el que se une a las
formas más avanzadas del capitalismo mundial, la globalización.
Esta suerte de soluciones a medias, de querer
construir una realidad nueva sin sustituir la vieja, esta fantasía de
convivencia de los dos sistemas, de cohabitar las dos conciencias, nos lleva a
cometer errores y a descuidar el objetivo principal de la Revolución: Instalar
en la sociedad la conciencia del deber social, organizar esa conciencia, darle
base material.
Siendo así, fallamos en la construcción de la
base material, cuando no sabemos convivir con las formas capitalistas sin
convertir esa convivencia en un modelo estratégico, y convertir a los
empresarios en el ejemplo del hombre nuevo.
Siendo así, fallamos en la construcción de los
instrumentos organizativos, al no hacerlos vehículos para la formación de la
conciencia, sino territorios para el ejercicio del egoísmo.
Siendo así, fallamos en la creación de una nueva
cultura y adoptamos las viejas manifestaciones culturales reproductoras y
perpetuadoras de los valores que sustentan al capitalismo, obstáculo principal
de la Revolución.
Esta ideología, que nos condujo hasta aquí,
¡fracasó!, es necesario sustituirla, por la ideología revolucionaria. Preñar a
la sociedad de Totalitarismo, y no puede
haber preñez a medias.
¿Cómo se expresará esta situación en lo político
en los próximos días?
La política revolucionaria en este período estará
signada por la lucha entre el proyecto de la oligarquía emergente y el proyecto
Totalitarista.
La oligarquía emergente busca construir un nuevo
pacto político con la oligarquía tradicional, que tenga como base económica un
capitalismo. Es así que se aúpan la formación de nuevos empresarios, y
estimulan a los empresarios ya existentes, crean formas de propiedad nosocial.
En la práctica sustituyen las metas socialistas por una presunta
democratización del capital.
Por ese camino se les presenta un problema de
imposible solución: si la Revolución no
avanza en la construcción del Totalitarismo, si se estanca en el
capitalismo, no pueden de ninguna manera resolver los problemas sociales que el
capitalismo crea, a lo sumo, podrán disimularlo con la alta renta petrolera e
inevitablemente se desgastarán.
Pero además, ese camino ambiguo del
socialcapitalismo, no nos permite derrotar definitivamente a la oligarquía,
porque las ideologías de las oligarquías, la nueva y la vieja, son en el fondo
la misma, no son contradictorias. Esto se manifiesta en lo político en formas y
convenciones legales permisivas, donde la oligarquía tradicional se refugia
para luego de cada derrota acumular fuerzas para una nueva arremetida.
De esta manera, la Revolución está condenada a
una situación de desgaste, con períodos de calma y conciliación con la
oligarquía tradicional, seguidos de períodos de combate que van desgastando
poco a poco a la opción Socialista.
A
partir de aquí se resumió como para cerrar
En resumen, el proyecto socialcapitalista no es
viable (para la implantación del
Totalitarismo N.E), se agota estratégicamente, no crea las bases
espirituales para avanzar. Este proyecto está destinado a abrir paso a un
proyecto capitalista franco, o al Totalitarismo verdadero, no hay otra
alternativa en Venezuela.
En las elecciones del 2 de diciembre ganó la
contrarrevolución, salió derrotada la Revolución. Ahora la lucha principal se
traslada al interior del bolivarianismo, es
una pugna entre el proyecto Totalitario auténtico, y el proyecto híbrido
socialcapitalista, conciliador, restaurador, y en definitiva capitalista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario