China no es modelo para Cuba
Hu Jintao, actual gobernante chino |
Raúl Castro ha partido hacia China y Vietnam, donde según la agencia Europa Press “tiene previsto reunirse con los mandatarios de esos países para analizar el desarrollo de las relaciones bilaterales en el ámbito político, económico y social”. Hace apenas cinco meses, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Marino Murillo, quien encabeza el proceso de seudo-reformas que se lleva a cabo en la Isla, también estuvo en Pekín para conversar sobre la “actualización del modelo socialista” en el país caribeño.
A pesar de Fidel Castro, quien siempre ha despreciado el llamado “modelo chino” e incluso recientemente atacó en una de sus mini-reflexiones al padre del mismo, el fallecido Deng Xiaoping, Raúl Castro entiende que la única manera de “salvar el socialismo” en Cuba es introduciendo reformas de mercado. Por eso mira hacia el gigante chino, con la vana ilusión de poder lograr en Cuba lo mismo que los mandarines comunistas: mejorar la economía y el abastecimiento estatal sin tener que sacrificar cuotas de poder, lo que significaría un eventual desmoronamiento del castrismo. No comprende que Cuba y China ni de lejos son de un pájaro las dos alas, y que las particularidades culturales, políticas y geográficas de la Isla le impedirán a mediano o largo plazo implementar con éxito el famoso modelo.
Cuba tendrá que liberarse del yugo de la actual dictadura para poder crecer económicamente. Que a nadie le quepa la menor duda que la solución se llama Libertad.
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