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Algunos apuntes sobre el estado de la economía castrista según CEPAL
La aplicación de los 'Lineamientos' no mejora el desempeño económico.
Para empezar, 2011 se puede considerar un año perdido para la economía cubana, que volvió a experimentar un crecimiento económico inferior a la media de América Latina, un 2,7% frente al 4,3%, con significativos avances en algunos países como Costa Rica, Perú o Chile, por encima del 5,5%. Cabe concluir que la aplicación de los llamados Lineamientos no está permitiendo a la economía cubana una mejora de su desempeño.
Por lo tanto, en un contexto de expansión regional del crecimiento, la economía castrista no solo crece menos que la media, sino que además, y esto aún es más grave, lo hace por debajo de las cifras planificadas por los responsables del aparato estatal, tres décimas menos. Los factores que según CEPAL explican el modesto crecimiento económico de Cuba han sido "la mejora de su restricción externa y de un aumento moderado del consumo privado", en tanto que la inversión pública experimentó una fuerte contracción dentro de los planes de ahorro del régimen para afrontar sus dificultades financieras. Solo un dato positivo parece quedar en esta primera valoración, según CEPAL, "la mejoría de los datos externos facilitó la regularización de pagos a acreedores extranjeros, a la vez que se levantaron algunas de las restricciones a transferencias desde bancos cubanos al exterior, a favor de proveedores extranjeros". Una medida dirigida a frenar la desinversión extranjera en la Isla que a la vista de los resultados recientes, no parece haber tenido éxito tampoco.
Las señales de alarma de una economía ineficiente, débil y mal gestionada, se han encendido durante 2011.
A pesar de los intensos recortes de gastos, con la eliminación de subsidios y paralización de las inversiones públicas, el déficit fiscal aumentó del 3,5% del PIB en 2010 al 3,8% en 2011, "debido a una reducción de los ingresos no tributarios, en particular por incumplimientos en los aportes de empresas estatales" entre los que se destacan los mismos de siempre, "incumplimientos de ingresos por venta de materiales de construcción, insumos agrícolas, productos de aseo, entre otros". Deficiencias de la planificación central, desidia, ineficiencia, los ejes del círculo vicioso de la economía castrista.
Los precios se disparan al alza. El Informe destaca que la inflación en 2011 fue superior a la de 2010, lo que se debe "por una parte a la exclusión de productos de aseo personal de la libreta de racionamiento, que se venden a partir de enero de 2011 en tiendas a precios superiores, y, por otra parte, al incremento de precios de algunos productos agrícolas y cárnicos como resultado de una reducción de su oferta". Una vez más, la parálisis del sistema impide que las medidas liberalizadoras den sus resultados previstos. Si la oferta no se flexibiliza, y se adoptan programas realistas que fomenten la economía de mercado desde la producción, en presencia de una demanda sostenida, los precios se incrementarán.
La combinación de más déficit público y alzas generalizadas de precios contribuyen a dibujar un escenario particularmente complejo para la economía castrista en 2011.
Además, las medidas de política económica adoptadas no han sido las más adecuadas para afrontar los nuevos problemas.
Por ejemplo, en materia de política fiscal, y ante la necesidad de recortar el gasto, no tiene mucho sentido que las autoridades de planificación central destinen los escasos recursos disponibles a capitalizar las empresas públicas que, como ya se ha señalado, están en el origen de los "incumplimientos", que a su vez incrementan el déficit al obtenerse una menor recaudación tributaria. Como consecuencia de ello, el régimen no ha tenido dificultad alguna en hacer recaer todo el peso de la fiscalidad en los nuevos trabajadores por cuenta propia, que en el caso específico de Cuba, soportan una carga fiscal insostenible, sobre todo para actividades que arrancan desde cero o niveles muy bajos.
Y si la política fiscal ha dado problemas de ejecución, ¿qué podemos decir de la monetaria y cambiaria, donde la coexistencia de dos monedas sigue siendo una fuente continua de ineficiencia?
El Informe de CEPAL presta atención a esta cuestión, y alerta sobre la insostenible situación de dos monedas, el peso cubano (o CUP) y el peso convertible (o CUC). De un lado, el tipo de cambio oficial, usado en las cuentas de ingreso nacional, fiscales y entre las empresas se mantuvo en 1CUP=1CUC=1DÓLAR, lo que es falso desde la perspectiva del mercado real, en tanto que el tipo de cambio CUP/CUC, usado en transacciones personales, se mantuvo en 1CUC= 24CUP, lo que si cabe, crea notables distorsiones, porque tampoco obedece a los equilibrios macroeconómicos.
La política monetaria ha sido expansiva, en parte por la mayor circulación de numerario en el sector del trabajo por cuenta propia, en parte porque las actividades crediticias han empezado a remontar desde niveles muy bajos. Y esto apunta a más inflación a medio plazo. El Informe de CEPAL señala que la apertura de cuentas corrientes o la solicitud de créditos por personas naturales en determinados supuestos, puede llegar a estimular la inversión interna, pero no creo posible esta situación si no se modifica el marco de derechos de propiedad existente, que facilite las garantías jurídicas frente a posibles confiscaciones o expropiaciones sin compensación, lo que ha estado en la base del funcionamiento de la economía castrista desde sus orígenes.
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