06:15h | Laura Albor
Comisión de infraestructuras, de salud, de acción, de comunicación... cada vez son más numerosas y se sustentan gracias a la solidaridad ciudadana y a las personas que se ofrecen voluntarias para trabajar.
FOTO: Así se organiza #acampadasol
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"Se necesitan más toldos" se oye a través de un megáfono. Está lloviendo, son las dos de la mañana pero los ánimos no decaen. Rápidamente un grupo de gente responde al llamamiento y comienza a colocarlos. Entre ellos hay una pareja de ancianos: "nosotros estamos aquí porque hay que echar una mano a los más jóvenes" -afirman- "podríamos venir por el día, pero creemos que por la noche es cuando más falta hacemos. Estaremos un ratito y después nos iremos, ten en cuanta que tenemos que dormir que entre los dos sumamos 142 años", afirman con una sonrisa.
Es sólo una anécdota del ambiente que se lleva respirando todos estos días en Sol y que se resume con dos palabras: solidaridad y colaboración. "Aquí nadie se escaquea" afirma Sheila mientras escribe en una cartulina todo lo que necesitan para hacer más llevadera su estancia en la plaza. "Marcamos con rojo lo más urgente, en amarillo aquello que no nos va la vida en ello y en verde lo menos necesario".
Mientras hablamos se acerca Ane, su aspecto contrasta con el de Sheila. La primera lleva un polo celeste y el pelo cuidadosamente peinado, la segunda luce unas rastas alborotadas y unos cuantos pircings en el rostro. "Pon en rojo la comida y las mantas, que de eso siempre necesitamos", afirma Ane. Cuando descubre que soy de un medio de comunicación se achanta: "No me gustan las cosas que se están diciendo de nosotros".
En ese momento se acerca un hombre: "Os he traído agua que he visto que necesitabais". Sheila la recoge y tras beber un trago comenta: "Es alucinante cómo está colaborando la gente. Esta mañana ha venido un señor y nos ha traído churros para desayunar todos". Las dos comienzan a reír, "otro nos quería dar 400 euros, le hemos dicho que no aceptábamos dinero y ha ido a comprar comida".
"Es bonito ver como todo esto ha ido evolucionando. Al principio no nos organizamos muy bien pero hoy es increíble ver todo lo que hemos conseguido" asegura Ane que ya está más tranquila con mi presencia.
Nos encontramos en la comisión de infraestructuras. Estas jóvenes se encargan, junto a otros muchos compañeros, de que no falte de nada: candados, fregonas, cuters, tiendas de campaña... nada se les resiste. Se acerca otro hombre: "Oye chica, eso que decís ahí, de que necesitáis fotocopias. ¿A qué os referís, a folios? Ahora mismo os traigo".
Tanto Ane como Sheila se acercan a la plaza en turnos de ocho horas. "Ahí llega tu relevo" se oye que grita uno de los chicos mientras recoge una bolsa con mantas. "Necesitamos ir turnándonos, estoy ocho horas y me voy. Luego a eso de las siete o por ahí volveré. Así aprovecho para sacar al perro, darme una ducha..." nos cuenta Sheila.
Son las dos de la tarde, la plaza de Sol está repleta de personas que debaten animadamente. Nos acercamos a la de comunicación. Bajo una lona color veis un montón de jóvenes se concentran frente a sus ordenadores. El Twitter está abierto en casi todos ellos. "Yo llegué el lunes, vi todas las comisiones que había y decidí meterme en la de comunicación porque era la que más me interesaba y en la que podía contribuir mejor", afirma Ángela.
Ella es una de las encargadas de atender a los medios de comunicación, aunque también se responde las dudas de la gran cantidad de gente que se acerca durante todo el día a contemplar lo que está sucediendo en la puerta del Sol.
Esta pequeña poli que se está desarrolando en Sol cuenta con una comisión de infraestructuras, de comunicación, de coordinación, de salud, de legal... Además existen subcomisiones de alimentación, limpieza y transportes. No obstante, asegura Ángela, "se van creando comisiones nuevas en cuanto surgen nuevas necesidades".
Seguimos caminando y en el centro de la plaza, como buen movimiento español, no podía faltar el "bar". Varios personas, jóvenes y no tan jóvenes, cortan bloques de madera para construir una barra. En el centro otros tantos preparan bocadillos, una mujer corta la tortilla, otro hombre la va metiendo en pan. Una mujer mete bebidas en bolsas neveras...
Elena lleva en la subcomisión de alimentos desde el martes. "Nos traen muchísima comida. Ahora lo que más necesitamos son cuchillos, tenedores, y ese tipo de cosas." A su lado otro chico introduce paquetes de pasta y arroz en una caja. "Es verdad que nos organizamos por turnos de ocho horas pero él por ejemplo lleva aquí desde el domingo y apenas ha dormido", lamenta la joven.
La caja en la que introduce los paquetes de comida se dejan ahí porque, comenta Elena, "viene gente, se los lleva, los cocina y lo trae en forma de comida" explica la joven. Abandonamos la comisión de alimentación y nos acercamos a la de legal. Allí cuatro jóvenes con varios periódicos sobre mesas atienden a la gran cantidad de personas que se acercan a debatir sobre lo "mal que nos va con este sistema".
Bajo un cartel de "no grabar" varios jóvenes se quejan de que sus relevos todavía no han llegado. Es la comisión de legal. Tienen una mesa delante con un montón de periódicos, hay un montón de gente a su alrededor con la que conversan animadamente. Un poco apartados dos chicos esperan impacientes: "tenían que haber venido hace una hora y todavía no lo han hecho. No van a venir, verás que no vienen" le dice un chico a otro.
Elena se acerca a la Plaza de Sol a las siete de la tarde. Su aspecto ha cambiado con respecto al día anterior. "Ahora está mucho mejor, han hecho pasillos y es más fácil orientarse". Bajo la estatua ecuestre de Carlos III han colocado un plano con la localización de las distintas comisiones. "Quería meterme en la de asuntos internos, pero al final me han convencido para que lo haga a la de acción"
"Querían que viniese esta noche a las diez y media a presentarles las propuestas en una asamblea, pero como no puedo me han hecho un hueco mañana a las dos". La joven quiere presentarles un canal de indignación en el que lleva unas semanas trabajando a través de YouTube.
Y detrás de Elena un matrimonio mira el plano, acaban de salir de trabajar pero querían pasarse por la plaza para ver qué era lo que estaba pasando. "No me imaginaba que esto estaba así de bien organizado" afirma Lola "mis hijas vinieron ayer, y hoy también iban a pasarse. Me daba un poco de miedo pero me parece lógico que estén aquí. Viendo ahora lo bien que está el sábado vendré con ellas".
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