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Según la BBC
Cuba: el disidente Ariel Sigler llegó a Miami
El disidente cubano excarcelado Ariel Sigler, parapléjico y con un estado de salud delicado, llegó el miércoles al aeropuerto de Miami, donde fue recibido por las autoridades de la ciudad estadounidense y una representación de cubanos en el exilio antes de ser trasladado a un hospital.
Cerca de 100 personas, entre ellas numerosos periodistas, lo esperaron en un área especialmente habilitada del terminal aéreo.
Sigler –ex presidente del Movimiento Independiente Opción Alternativa, una organización de derechos humanos- fue uno de los 75 encarcelados en la denominada 'Primavera Negra' de 2003, a quienes el gobierno cubano califica de "mercenarios pagados por Estados Unidos". Fue liberado en junio después de siete años de prisión. El gobierno cubano dijo que le concedía una "licencia extrapenal" por sus problemas de salud.
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Las recientes excarcelaciones de presos disidentes ocurren luego de negociaciones entre el gobierno cubano y la jerarquía de la Iglesia Católica.
Este miércoles, el disidente llegó a Estados Unidos con una visa humanitaria para ser tratado en el Hospital Jackson de Miami.
Los colores del exilio
Vale la pena seguir insistiendo. No hay manera histórica de defender la tiranía de Fidel. El régimen está en apuros y cede a la presión internacional
En el aeropuerto de la ciudad, los banderines cubanos y estadounidenses se mezclaron con carteles de recibimiento al disidente y de protesta contra lo que calificaban como violaciones de los derechos humanos en Cuba.
Algunos de los presentes vestían camisetas con el rostro del disidente preso fallecido Orlando Zapata.
"Vale la pena seguir insistiendo. El régimen está en apuros y cede a la presión internacional", comentó a BBC Mundo Huber Matos, un ex alto dirigente de la revolución castrista, actualmente exiliado y crítico con el gobierno de la isla.
Discrepancias
A pocos pasos, Laura Vianello, del grupo anticastrista Vigilia Mambisa -visiblemente enfurecida- acusó a Matos de ser partidario de Fidel Castro y le negó la condición de opositor.
"Hemos venido aquí a recibir a Sigler y a mostrar nuestra unidad ante las violaciones de los derechos humanos. No a lanzar acusaciones infundadas", terció uno de los acompañantes de Matos.
Algo más allá, al otro lado de un bosque de trípodes y cámaras de video a la espera de la imagen de la llegada de Sigler –y tras un cartel en el que se podía leer el lema "libertad para los presos políticos en Cuba"- varios hombres debatían sobre el significado de las últimas liberaciones de disidentes.
"La llegada de Sigler es una victoria de la oposición, pero el gobierno cubano está sirviéndose de la Iglesia Católica y de Moratinos –el canciller español- para manipularla", comentó a BBC Mundo Ángel Emeri González, de la Federación Mundial de Presos Políticos Cubanos.
"Alegría y dolor"
Repentinamente, los grupos se disovieron y los presentes se agolparon tras el perímetro de seguridad.
Entre gritos de "viva Cuba libre" y "abajo los Castro", Ariel Sigler Amaya –con cuello ortopédico, en silla de ruedas y extremadamente delgado- entró en la sala del aeropuerto.
"Siento una mezcla de alegría y de dolor. Alegría porque estoy en patria libre donde realmente se respetan los derechos humanos, que me ha acogido para tratar (de ayudarme) en el restablecimiento de mi salud. Y dolor porque soy un patriota, dejo a mi país, a mi hermano Guido y todos los hermanos de lucha", dijo el ex prisionero, interrumpido en varias ocasiones por gritos de "abajo el comunismo" y "asesinos, asesinos".
Tras estas palabras, Sigler, ex boxeador, se puso unos guantes de boxeo con los colores de la bandera cubana y levantó los brazos en señal de victoria.
Traslado al hospital
Siento una mezcla de alegría y de dolor. Alegría porque estoy en patria libre donde realmente se respetan los derechos humanos (...). Y dolor porque soy un patriota, dejo a mi país, a mi hermano Guido y todos los hermanos de lucha
Ariel Sigler Amaya, disidente cubano
A continuación, representantes de varias asociaciones de cubanos en el exilio donaron cheques al disidente y las autoridades de la ciudad tomaron la palabra.
"Nosotros habíamos hablado con Ariel en varias ocasiones allá en Cuba y gracias a Dios va a poder ser atendido por tener una visa humanitaria y se va a reestablecer y se volverá a incorporar a la lucha por la libertad de Cuba", señaló Tomás Regalado, alcalde de la ciudad de Miami.
Cansado y aturdido, Ariel Sigler fue conducido a una ambulancia que lo espera a la entrada del aeropuerto.
En camilla y cubierto con una bandera cubana, el disidente partió en dirección al hospital Jackson Memorial de Miami.
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