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SOBRE LA FRASE VAS BIEN FIDEL QUE SE HA INVENTADO CASTRO COMO RESPUESTA DE CAMILO CIENFUEGOS
La respuesta del más allá
1 agosto 2011 por Regina Coyula
En la Plaza de la Revolución levantaron hace un par de años una escultura de Camilo Cienfuegos, un héroe de la lucha contra Batista, con gran simpatía y arraigo popular, desaparecido en un siniestro en octubre del año 1959. Camilo es sin ninguna duda, un ícono nacional, pero me pareció excesivo modificar el edificio del Ministerio de Informática y Comunicaciones, dejar sin ventanas casi la mitad de sus oficinas que tributan a la Plaza para emplazar una escultura “gemela” a la del Ché que hace lustros preside una pared original en la fachada del Ministerio del Interior. Desde el monumento a Martí pueden verse ambas, y en el afán de emparejarlas, aparece al pie de cada escultura una frase firmada. No tengo ninguna duda de la frase ¡Hasta la victoria siempre! escrita por el Che, pero la frase Vas bien, Fidel, despertó mis dudas. Durante muchísimos años la famosa pregunta había presidido los homenajes al comandante desaparecido sin que se mencionara la contestación que ahora se perpetúa (más bien se perpetra) en metal frente a todos.
He conversado con personas que escucharon aquel discurso del 8 de enero del 59 pronunciado en el campamento militar de Columbia, ninguno recuerda aquella respuesta. He leído el discurso, recogido por versiones taquigráficas de las oficinas del Primer Ministro, donde se mencionan intervenciones anónimas, pero no se refrenda la frase imputada a Camilo. Tuve incluso acceso a una versión de primera mano que refiere que Camilo, detrás de Fidel, conversaba jocosamente mientras Fidel arengaba al pueblo, y la pregunta fue retórica, una manera de llamarle la atención, como hacen muchos maestros que sorprenden en falta a un alumno revoltoso.
¿Legatarios de Alan Kardec o la Blavatsky fueron convocados para conocer esa respuesta? Sólo a través de lo sobrenatural explicaría la contundencia de una afirmación que Camilo no hizo en vida. Y si en esta coda no he sido seria, es que tampoco ha sido serio aprobar un monumento con una falsedad histórica.
Respecto al discurso, que recién leí por primera vez, pues de ese día siempre me quedaba en la paloma en el hombro, recomiendo a TODOS que lo lean. No es tan extenso como los que vinieron después. A partir de él se puede hacer un balance entre promesas e incumplimientos, mucho más certero que una respuesta del más allá.
Yo recuerdo que eso se comentaba, Fidel preguntaba ¿Voy bien Camilo? Y éste le respondía ¡vas bien Fidel! Incluso fue como una consigna de aquellos días, utilizada por la sección de agitación y propaganda en los actos. Pero no recuerdo la anécdota como escuchada por mí. Si sé, que al menos en el primer año, los errores o palabras repetidas o enredillos de Fidel no se copiaban en los discursos. A estos se les daba un tono muy serio, profesional y motivacional más allá de lo dicho. El culto a la personalidad es norma y conducta en regímenes unipersonales y autoritarios, toda la maquinaria del estado, que en estos países es todopoderosa se vierte a convertir en santos, héroes, casi inmortales y superpoderosos, incapaces de errar y sabios incontestables, a los líderes que el sistema elige como guías. Claro que nadie se ha olvidado de los fusilamientos de la Cabaña en juicios que parecían una obra de teatro de niños de 2º Grado y el discurso violento y excluyente, divisionista por naturaleza que el Che empleaba. Y los que estuvimos en la Sierra el fusilamiento de dos hermanos, por ser primos de un chivato. Creo que tampoco olvidan la misteriosa muerte de Camilo, que tenía órdenes de regresar a la Cabaña con Hubert Matos preso y que después de conversar con él decide volver solo a discutirlo con Fidel. El avión desapareció, se perdió como si estuviera en el triángulo de las Bermudas. Pero los líderes se hacen al deseo del máximo jefe.
Yo recuerdo perfectamente ese discurso y esa frase. Pero no ha sido bien interpretada su importancia histórica si la relacionamos con la misteriosa desaparición de Camilo Cienfuegos, el héroe popular preferido en aquellos días por encima de Fidel y el Che. En realidad fue una reprimenda disimulada de Fidel al que en aquellos días le disputaba en cierta manera el protagonismo. Cuando ya algunos cubanos comentaban en la calle con temor de la amenaza comunista por parte de Raúl y el Che, nadie dudaba de la integridad democrática de Camilo. En un discurso pronunciado por Camilo pocos días antes del discurso de Fidel aquí referido, Camilo dijo muy alto y muy claro que la Revolución no podía depender de un sólo hombre, de un sólo líder. Y que si el líder (Fidel) de la Revolución fallaba, otros serían capaces de llevar hacia delante los compromisos contraídos con el pueblo de Cuba. La frase de Fidel en el siguiente discurso, ¿voy bien Camilo? fue su reproche solapado por haber puesto en duda públicamente su fidelidad hacia él. Ésto me llamó muchísimo la atención de niño casi adolescente que seguía con fascinación todos los discursos de aquellos para mí héroes legendarios de aquellos primeros días de la Revolución, y por eso se me quedó grabado para siempre. Camilo no contestó nada, y entoces Fidel bromeó diciéndole al pueblo algo así como que el héroe se había puesto colorado.
Rubén Añón Canedo