EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Cines 3D y salas de videojuegos: también de vuelta a las sombras
En la presente semana fue dado a conocer que próximamente serán clausurados los locales en donde se habían establecido cines 3D y salas de videojuegos. Los privados que habían puesto sus inversiones y esperanzas en estos negocios tendrán que cerrarlos.
Debido a que el gobierno de Raúl Castro necesita desesperadamente controlarlo todo, se ha decidido que estos negocios particulares sean eliminados. El argumento oficial es que contravienen la “política cultural de la Revolución” por difundir en muchas ocasiones un mensaje “superficial” o “no educativo”. La razón verdadera, presumiblemente, es que el Estado no tiene cómo regular los contenidos de los materiales fílmicos en las salas de video no estatales. En el caso de las salas de videojuegos, el régimen siempre ha sido un enemigo declarado de estos productos.
Los cines 3D “por cuenta propia” eran la única forma en que la población cubana accedía a esta moderna tecnología del entretenimiento. Las ofertas eran muy variadas: desde 1CUC en adelante, se podía disfrutar de un filme de calidad. El público más numeroso era el de niños y adolescentes, que ahora no tienen dónde disfrutar de esta oferta porque el Estado se declaró incapaz de costearse proyectores 3D para sus cines y no ha anunciado la apertura de salas de video para suplir las demandas.
Por otra parte, los cines eran una alternativa real al aburrimiento de las calles. La ubicación de las salas en barrios residenciales las hacía ideales para los que no querían enfrentarse al abarrotado transporte público y a la promiscuidad de los escasos sitios para salir que hay en La Habana por un precio accesible.
Es de esperar que estas actividades retornen a la clandestinidad. Una vez más, se demuestra lo absurdo de las leyes cubanas, la asfixia a la que someten a los negociantes honestos y la tendencia a generar delincuencia por culpa de las propias leyes y su absurdo.
Debido a que el gobierno de Raúl Castro necesita desesperadamente controlarlo todo, se ha decidido que estos negocios particulares sean eliminados. El argumento oficial es que contravienen la “política cultural de la Revolución” por difundir en muchas ocasiones un mensaje “superficial” o “no educativo”. La razón verdadera, presumiblemente, es que el Estado no tiene cómo regular los contenidos de los materiales fílmicos en las salas de video no estatales. En el caso de las salas de videojuegos, el régimen siempre ha sido un enemigo declarado de estos productos.
Los cines 3D “por cuenta propia” eran la única forma en que la población cubana accedía a esta moderna tecnología del entretenimiento. Las ofertas eran muy variadas: desde 1CUC en adelante, se podía disfrutar de un filme de calidad. El público más numeroso era el de niños y adolescentes, que ahora no tienen dónde disfrutar de esta oferta porque el Estado se declaró incapaz de costearse proyectores 3D para sus cines y no ha anunciado la apertura de salas de video para suplir las demandas.
Por otra parte, los cines eran una alternativa real al aburrimiento de las calles. La ubicación de las salas en barrios residenciales las hacía ideales para los que no querían enfrentarse al abarrotado transporte público y a la promiscuidad de los escasos sitios para salir que hay en La Habana por un precio accesible.
Es de esperar que estas actividades retornen a la clandestinidad. Una vez más, se demuestra lo absurdo de las leyes cubanas, la asfixia a la que someten a los negociantes honestos y la tendencia a generar delincuencia por culpa de las propias leyes y su absurdo.
Por Víctor Ariel González
No hay comentarios:
Publicar un comentario