¿Serán los cuentapropistas el chivo expiatorio?
Gladys Linares
LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Lo que más nos interesa del Noticiero Nacional de Televisión es el parte meteorológico. “Para escuchar que el mundo está muy chivao y que en Cuba todo anda muy bien”, dice Julio, un vecino octogenario, “no vale la pena ver el noticiero”.
A raíz del discurso del 7 de julio de 2013 del general Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, arenga en la que criticaba la pérdida de valores que sufría el pueblo cubano, y la caótica situación en que se encontraba el país, en dicho noticiero se comenzó a transmitir los martes una serie de reportajes con el título de “Cuba dice”.
El de esta semana ha suscitado una serie de comentarios en la población, como por ejemplo, que esa cantidad de inspectores poniendo altas multas y suspendiendo licencias es parte de un operativo preparado, sin dudas dirigido contra los cuentapropistas, porque en los centros gastronómicos del Estado todo aparecía muy organizado: los empleados en uniforme, hablando de normas de higiene… Para muchos, se veía a la legua que se trataba de un montaje.
Un vecino comentaba: “Antes de darles la licencia para elaborar y vender alimentos a estos particulares, eran inspeccionados por Salud Pública, porque así fue con mi hijo antes de poner su paladar. ¿Cómo es posible que luego los cierren por falta de condiciones?”.
“Les están cortando las alas, ni que así se fueran a hacer ricos”, dice otro señor, “Además, nadie se deje engañar: todas esas licencias las dieron para tapar los despidos masivos del 2010, pero como siempre, así los tienen controlados para luego asediarlos”.
La falta de higiene en los centros estatales donde se elaboran y venden alimentos no es algo nuevo, lamentablemente. Por solo citar un ejemplo, el pan que se consume a diario se pasa horas mosqueado en las tarimas, y lo despacha, cobra y anota en la libreta el mismo empleado. Cuando está cubierto, todos sabemos que viene una inspección. Para distribuirlo a las llamadas paneras -contenedores donde se vende, pero no se elabora, el pan de la libreta-, es transportado en un carretón de caballos, una carretilla o un triciclo, y viene envasado en cajas abiertas, plásticas o de madera, o cestas de yarey.
La población prefiere el servicio de las cafeterías particulares por la calidad de los productos, la rapidez y el buen trato con que son atendidos en la gran mayoría de ellas, mientras que en las estatales la oferta es más limitada, y muchas veces las moscas comparten el menú con los comensales. Hasta en los establecimientos en divisas, como en algunos de la cadena de dulcerías Sylvain, faltan los cristales de las vidrieras y las moscas revolotean sobre los dulces.
Las cucarachas pululan en hospitales, policlínicos y consultorios médicos, pero también en centros de elaboración: comedores populares, panaderías y restaurantes en moneda nacional y en divisas, como es el caso de la Plaza Carlos III o la cafetería del cine La Rampa.
En las bodegas, donde se venden los productos racionados de la canasta básica, campean por sus respetos también las ratas, por lo que algunos bodegueros se ven obligados a tener un gato a escondidas. Una vecina me contó horrorizada cómo el mes pasado no se atrevió a comprar el arroz, porque vio que el bodeguero mató un ratoncito dentro de un saco de este cereal y luego no lo botó.
La despreocupación del Gobierno por la falta de higiene ha provocado el deterioro de la salud del pueblo. La contaminación de las aguas, los insectos que pululan en la basura que no se recoge durante días, y otros males, son algunas de sus consecuencias. El pueblo necesita que se les dé a sus problemas verdadera solución, y no que se desvíe su atención usando a los cuentapropistas como chivo expiatorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario