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LO QUE SE DEBE APLICAR HOY EN LA EDUCACION EN CUBA
La escuela de hoy debe asumir el reto de preparar a los estudiantes para el desarrollo sostenible de las sociedades, y es a través una pedagogía ambiental renovada que eso puede lograrse, donde la comunidad participe conjuntamente en todo el proceso. En efecto, y dentro del contexto de la educación formal, la escuela y los sistemas de enseñanza desempeñan una labor fundamental en la formación de actitudes ambientales en el individuo.
Por lo que la política educativa es un factor de influencia en el desarrollo de actitudes ambientales en los niños. Otras variables de influencia son los maestros, el plan de estudio, los niños, y la escuela misma. En este contexto, la interacción que existe entre el individuo y su ambiente es a través de la educación.
Durante su educación el individuo atraviesa cuatro etapas. La etapa de adaptación, en la que niños de 0 a 5 años están en un proceso de adaptación a su ambiente. La segunda etapa es de participación (6 a 11 años), la tercera es de construcción creativa (12 a 18 años) y la última de transformación constructiva (a partir de los 18 años). Del éxito o del fracaso de la primera etapa en la orientación y formación de valores y de actitudes positivas hacia el ambiente, dependerá el éxito de las etapas subsecuentes.
Resulta sumamente importante crear programas de educación ambiental que involucren a los padres de familia a participar de manera consciente y responsable en el proceso conservacionista. Las escuelas y liceos como instituciones sociales deben evaluar sus programas y dirigir su atención al desarrollo paralelo de la formación de valores y a la educación ambiental.
Porque es evidente que la educación medioambiental es indispensable para modificar actitudes para fomentar valores conservacionistas, para obtener nuevos conocimientos, constituye así la protección del medio ambiente una función importante en el largo desarrollo sostenible. La comunidad como institución social encargada de la educación de la personalidad de sus miembros es responsable del desarrollo de la educación medioambiental formal desde el preescolar hasta la universidad y más. Para enfrentar este desafío la comunidad desde años y décadas orienta vincular el conocimiento de los problemas medioambientales.
Por lo tanto es necesario crear entonces en los alumnos los valores para la conservación del medio ambiente, esto a sabiendas de que serán los hombres que en el futuro dirigirán los destinos del lugar o región donde vivan, de tal manera que aunque hagan uso del ambiente natural existente, sepan diseñar las políticas indispensables para mantener la armonía de éste y seguir viviendo en condiciones climáticas y geográficas adecuadas.
A todo lo mencionado hay que agregar como importante la existencia de una educación destinada a la conservación del medio ambiente y al mantenimiento de los valores que la sustenten, para corregir las faltas y abusos que se cometen por ignorancia o con fines comerciales y el fomento de valores debe comenzar en el hogar y ser abordado por la escuela, donde el docente es considerado un estratega por naturaleza debido a la capacidad que tiene para invitar a los estudiantes a participar en las múltiples actividades que se pueden desarrollar dentro y fuera de los espacios escolares para mantener la armonía del ambiente.
Obviamente con esto no van a solucionar de un todo el problema que ya existe, pero si van a ser agentes multiplicadores de una nueva cultura que se va a generar desde cada escuela, en sus ambientes internos o externos; ya que es desde ahí, donde se debe apoyar la actividad que inicialmente se ha originado en el hogar para mantener, conservar el medio ambiente y fomentar los valores conservacionistas con amor y responsabilidad.