(5) Darsi Ferret - Historias de las primaveras en el Mundo Post URSS y el aire fresco en La Habana

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Darsi Ferret

Concederle
el status de excepcional al régimen de La Habana es como creer que las
dictaduras stalinistas surgieron en el Caribe, Los Castro no son más que
una copia de otros dictadores, incluso muchos de ellos más talentosos,
originales y despiadados. 

La Primavera de Europa del Este
ocurrida en 1989 fue posible no porque los gobernantes de Polonia,
Hungría, Alemania Oriental, Checoslovaquia, Bulgaria, Rumanía y la URSS
fueran menos represivos o inescrupulosos que los castristas de La
Habana. Tampoco responde a que esos pueblos fueran más valientes que el
cubano. Simplemente la conjunción de diversos factores decisivos creó el
boomerang que desbancó a los regímenes comunistas de esa región. 

Por aquella etapa, la gigante URSS además de jugar un rol imperial,
padecía una crónica recesión económica, agravada por la carrera
armamentista en la que se sumergió por la competencia hegemónica que
pugnaba con EEUU, la otra gran potencia global. La rápida muerte del
presidente Konstantín Chernenko, en 1985, propició la llegada al poder
de Mijail Gorbachov, quien trató ilusamente de dinamizar la economía
soviética y hacerla eficiente mediante la aplicación de reformas
estructurales como la glasnost y la perestroika. 

Las medidas de
aperturas en la URSS agitaron las ansias de libertad de los pueblos del
Este europeo. Y la estocada final se dio con el cambio que asumió
Gorbachov de la Doctrina Brézhnev (intervención política y militar en
los países satélites, como sucedió en Hungría y Checoslovaquia) por la
Doctrina Sinatra, que consistía en la no intervención de las tropas
soviéticas en las naciones aliadas del campo socialista. Cuando esos
gobiernos comunistas quedaron solos, sin el amparo de los tanques de la
Madre Patria para sofocar las protestas populares, en cuestión de meses
se desplomaron como castillos de naipes. Luego, en 1991, la URSS terminó
por desmembrarse con la separación de las repúblicas bajo su égida. 

En la atrasada y problemática zona del Medio Oriente tuvo lugar uno de
los hechos más insólitos e inesperados de los últimos tiempos, la
Primavera Árabe. Las sociedades de varios países se lanzaron a las
calles reclamando libertades y la salida del poder de sus gobernantes
sátapras, después de décadas de apatía y sometimiento. Esa reacción
popular tampoco se debió a particularidades de los árabes que hacen a
los gobernantes más indulgentes y a los pueblos menos temerosos. El
factor desencadenante se relacionó con una creciente exposición a la
cultura y valores del mundo occidental por el incremento del turismo y
de la penetración de los medios audio-visuales. Así como por efecto de
la entrada y expansion del uso de la Internet y las redes sociales,
instrumentos que sirvieron a miles de jóvenes para convocar las
manifestaciones y potenciar los mensajes al interior y exterior de sus
naciones. 

Los estallidos tuvieron por escenario inicial a Túnez,
en diciembre de 2011, donde la inmolación a lo bonzo de un joven
comerciante desató reacciones populares en cadena, y en pocos días
lograron que cayera el dictador Ben Alí. Por efecto contagio miles de
egipcios salieron a las calles y plazas a reclamar la salida del poder
de Hosni Mubarak, y en 18 días terminaron derrocándolo. La situación
también contagio a los libios, que pudieron ajustar cuentas asesinando a
Muanmar el Gadafi luego de meses de guerra civil. En Yemen las
manifestaciones populares le costaron el poder a Ali Abdullah Saleh. Los
sirios aun hoy se desangran en una guerra civil contra el genocida
Bashar al Assad, que amenaza con la desintegración de la nación y ha
costado más de 230 mil muertos. Otros gobiernos dictatoriales del área
de modo similar sufrieron turbulencias sociales que pudieron aplacar a
base de la combinación de medidas represivas y reformas económicas y
sociales, como Bahrein, Omán, Líbano... 

En medio de un contexto
nacional plagado por el hastío, la desesperanza y las consecuencias
crecientes de la miseria, se avecina una profundización de la crisis
económico-social que abruma al regimen de La Habana. La pronta caída de
Nicolás Maduro y su chavismo en Venezuela hará que desaparezca el
multimillonario subsidio que sirve de tronco de sustentación de los
hermanos Castro y su improductiva dictadura totalitaria. Esta
encrucijada que profundizará la precaria situación de sobrevivencia del
pueblo cubano no dejará otra alternativa que la explosión social.
Llegada esa encrucijada ya se podrá ver el desenlace y cuanto tienen de
distintos ese par de copias de otros dictadores.