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¿Un Mariel a fuego lento?
El éxodo de cubanos en 2013 podría equivaler al del Mariel en 1980
Una cifra destaca en medio de declaraciones triunfalistas de un funcionario del régimen: de 226.877 cubanos que han viajado al exterior en el 2013, 57,8 % ha regresado al país.
Según el Coronel Lamberto Fraga, de la Dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior, el 42,8 % de los viajeros cubanos no ha regresado, al menos hasta el 23 de octubre. En esos nueve meses y diez días con nuevas regulaciones migratorias, 95.742 viajeros cubanos todavía no han retornado a Cuba. El cálculo proporcional para la totalidad de 2013, entonces, sería de 120.937 cubanos. Cifra más o menos similar a la que abandonó Cuba por El Mariel en 1980. O más de tres veces los que dejaron el país en la crisis de los balseros de 1994.
Lo dicho por el coronel no significa que todos esos cubanos no regresarán, pero tampoco indica que todos lo harán. Sus palabras de que “los cubanos no estamos huyendo, están viajando normalmente” no son fáciles de comprender, y no precisamente por la incoherencia gramatical en esa expresión.
El castrismo siempre inventa un eufemismo para cada crisis, y esta vez no es la excepción. Asumir que el que haya regresado al país el 57,8 % de quienes viajaron al exterior es prueba de que los cubanos están “viajando normalmente” es una forma demasiado eufórica de examinar estadísticas, más propaganda que análisis. Concluir que “la tendencia es regresar” es, cuando menos, una conclusión forzada y precipitada.
No pretendo decir que más de 120.000 cubanos regresarían este año, y no hay posibilidad científica de calcularlo, mucho menos si ahora pueden permanecer 24 meses en el exterior sin “desertar”. Sin embargo, en vez de querer ver la situación en un color tan rosado, no vendría nada mal analizar las cosas con un poco más de detalle y mente fría.
Según el coronel, que sí tiene quien le escriba, aunque ha habido múltiples destinos, gran parte de los viajeros que han salido del país se dirigió a Estados Unidos (27,4 %), México (13 %), España (9,3 %), Canadá (5,6 %) e Italia (5,1 %). A esas cinco naciones fueron tres de cada cinco viajeros (60,4 %), un total de poco más de 137.000 personas. También se destacan destinos en Ecuador, Rusia, Europa oriental, África, y Venezuela.
Estados Unidos es donde más fácilmente un cubano puede quedarse a vivir, por la Ley de Ajuste Cubano, que La Habana califica de “asesina”. España, a pesar de su crisis actual, siempre ha sido lugar donde los cubanos tendemos a sentirnos bien. México muchas veces es país de tránsito de cubanos hacia su frontera norte, donde durante el último año fiscal finalizado el 30 de septiembre llegaron más de 13.000 solicitando entrada a Estados Unidos. Y son muchos los compatriotas que prefieren vivir en Canadá o Italia antes que en Bacuranao, Chicharrones o Guaracabuya.
El coronel señaló una verdad de Perogrullo: “la obtención de la visa es la causa principal que limita la salida de los cubanos”. Eso es lo que limita la salida a otro país a todas las personas en el mundo. Pregúntenle a haitianos, caribeños, centro o suramericanos que desean venir a Estados Unidos, africanos que pretenden entrar a Europa, o asiáticos que viven en Canadá o Australia. La respuesta sería la misma siempre.
Otra filigrana del burócrata-coronel fue pretender que los cubanos en Estados Unidos no son refugiados, porque parte de ellos van de visita a Cuba. Dijo que: “refugiados son personas perseguidas”. El coronel omite convenientemente que durante más de medio siglo y hasta hace muy poco quienes se iban a vivir al extranjero perdían sus derechos y propiedades en la Isla, y que todavía hoy necesitan permiso del régimen para visitar el país en que nacieron. Y que no pocos cubanos viajan a la Isla por razones estrictamente humanitarias o familiares.
Mezclar indiscriminadamente a cientos de miles de refugiados cubanos en Estados Unidos con quienes en cuanto obtienen residencia legal aquí van a Cuba luciendo joyas alquiladas para ostentar un estatus que ni tienen ni merecen, o con “mulas” buscando hacer dinero fácil, será consigna del Departamento Ideológico del Partido, pero no reflejo de la realidad. El coronel y la Dirección de Inmigración y Extranjería son componentes del sistema de la Seguridad del Estado cubano. Pedirles “objetividad” es tan absurdo como buscar vírgenes en prostíbulos.
Es demasiado pronto ahora para asegurar que más de 120.000 cubanos no regresarán a su país este año después de viajar al exterior. Tanto como pretender que sí regresarán. Muchas personas viajan al extranjero a visitar a seres queridos para después regresar junto a otros seres queridos que quedaron en la Isla. Es una gran tragedia, entre muchas otras, que nos ha traído el castrismo tras 54 años de brutal dictadura.
Cuando se escriba el balance real del 2013, ¿cuántos cubanos que hayan viajado al exterior habrán regresado a Cuba, y cuántos habrán preferido probar suerte en tierras extrañas, junto a familiares o entre desconocidos? No podemos saberlo en estos momentos, pero no hay que creer tranquilamente lo que diga un coronel que es parte interesada y no observador imparcial ni mucho menos.
Mejor esperar cifras definitivas antes de llegar a conclusiones precipitadas.
Y no sorprendernos si estuviera ocurriendo un nuevo Mariel, a fuego lento.
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