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La metatranca
Cada día me siento más alejada de un cierto grupo autodefinido como "la nueva intelectualidad cubana", adoradora de Lezama Lima y de otros escritores cubanos no muy "asequibles" a la mayoría de los nacidos en Cuba. Alejada de ellos porque no los comprendo. No entiendo lo que escriben, ni lo que pintan, ni lo que hacen. Sus obras y sus palabras me suenan huecas, sin sentido. No me calan.
Hace un par de años me encontré una palabrita, que me llamó la atención, la busqué en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y allí no está registrada. Se trata de un vocablo muy usado en el argot intelectual cubano actual: "metatranca". Estoy segura que el camionero de la esquina, cubano de pura cepa, si la escucha piensa que es una "mala palabra".
Como sigo interesada en encontar la definición exacta y a la vez amplia de ese término, le pregunté "al chismoso" de la internet: Google y me llevó a un post publicado por http://neoclubpress.com el 25 de octubre del 2011.
Al leer a Ángel Velázquez Callejas, siento que estoy comenzando a entender a esa nueva intelectualidad cubana que está creciendo muy lejos de los ríos y valles de mi tierra.
Aqui les dejo la definición de la palabra, a mi juicio, muy bien explicada por el poeta.
El intelectual. Marcelo Pogolotti
La metafísica, la metatranca y el metaintelectual "
Por:Ángel Velázquez Callejas
Si la metafísica consiste en que, en última instancia, algo debe determinar la explicación de las cosas, la metatranca y el metaintelectual se basan en que, en última instancia, no es necesario que el lenguaje se ajuste con claridad a determinada explicación. Para la metatranca, en última instancia, la vida está determinada por los elegidos. ¿Entonces de dónde surgen la metatranca y el metaintelectual? Detrás de ellos se esconde una larga historia sobre la salvación.
Todas las determinaciones postulan salvar a alguien. La metatranca por su parte postula la última salvación, la de salvarse uno mismo. Marx dice que en última instancia todo está determinado por la Historia, es el factor determinante de salvación. Madame Blavatsky , que el mundo está determinado en última instancia por una explicación esotérica. Nietzsche, que la voluntad de poder es el factor vital del raciocinio del hombre. Freud, que es en el inconsciente donde realmente se hallan los instintos humanos. Y Lezama Lima, que la poesía y la imagen devienen en la visión última. A grandes rasgos, esa es la historia de la metafísica, la que se esconde tras el principio de la metatranca y el metaintelectual.
La metatranca es una versión refinada y consumada dentro del lenguaje del sistema poético del mundo de Lezama. Al creerse que este sistema ha proporcionado la explicación última del mundo, ya no hay nada más que explicar. El interés por el lenguaje explicativo queda a partir de entonces relegado a un segundo plano. Y es cuando surge algo así como un hedonismo lingüístico, un estilo y forma de vida epicúrea: beber, comer y disfrutar de las palabras; un jugar a tientas con palabras sin que importe el lector. Un placer por las palabras; que, en fin, el significado se burle estratégicamente de los tratados morales y éticos del nacionalismo cubano. Pero un jugar también en medio de la jungla lingüística para satisfacer el dolor y la angustia dejada por la determinación metafísica.
Si la determinación histórica creó la revolución cubana, la metatranca cubana buscará en la crítica una forma de hedonismo lingüístico, pero pedestre en el sentido de que conduce a ningún lugar. ¿No es la metatranca una vuelta a la vieja metafísica clásica de la teología occidental? ¿No es que la metatranca quiere imponer de nuevo la determinación de Dios por encima de todas las cosas? ¿No representa una lucha entre ateos y teístas?
De ahí que la metatranca se considere una estética novísima, un factor determinante en la creación de nuevos intelectuales que cada día se alejan más del mundo, se orillan representando lo que en una ocasión el patriota bayamés y presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, llamara –y se autotitulara—“un aristócrata de la política”. Un elegido por Dios para llevar las riendas del destino de Cuba. De esta proclamación quedó latente la idea final de la aristocracia intelectual cubana.
¿Es el metaintelectual un elegido de Dios para llevar las riendas del destino intelectual cubano? Es una psicología de la inferioridad, matizada por un proyecto metafísico aún inconcluso en Cuba. Un proyecto que por mucha poesía y estética que anuncie, no contiene el impulso verdadero de la Poesía.
http://angelcallejas.wordpress.com/
Bueno creo que los amantes de la metatranca son seres que pululan por dondequiera, no solo en la literatura o en las artes, sino también en la cotidianidad. El camionero a lo mejor les llamaría comemierdas, pero a mi me basta con llamarles meta trancas.
Meta:Objetivo
Tranca:.. cualquier cosa
Esperanza E Serrano
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