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Cuba: Política y tecnología entrampan al Internet
A pesar del cable tendido desde Venezuela, el libre acceso al Internet sigue siendo una quimera para los cubanos mientras las autoridades insisten en deficiencias de infraestructura interna y el embargo
Foto: EFE
El cable submarino de fibra óptica tendido desde Venezuela, permitirá a Cuba mejorar sus telecomunicaciones y multiplicar su capacidad de acceso a internet. EFE/Harold Escalona
Atrapado entre las limitaciones tecnológicas internas y el control político del régimen, el libre acceso a Internet sigue siendo una quimera para los cubanos, a pesar de las esperanzas suscitadas por un controvertido cable de fibra óptica.
El cable submarino que partió de la costa venezolana de Camurí y tocó tierra cubana por la playa de Siboney, en Santiago de Cuba, el 9 de febrero de 2011 ya está “operativo y funcionando”, brindando conectividad de alta velocidad para instituciones estatales seleccionadas, aunque todavía espera iluminar las esperanzas de los cubanos que sueñan con asomarse sin limitaciones al mundo mágico del Internet.
“Hay más de 1,100 kilómetros de cable de fibra óptica instalada, principalmente en La Habana, incluido el blackbone, lo que llamamos la columna vertebral del tendido del cable que recorre la isla”, dijo a martinoticias.com el ingeniero José Remón, quien fuera gerente de servicios internacionales de Intertel, una empresa de la corporación estatal CIMEX. “Lo que sucede es que el Gobierno determina a quién le dan ese acceso, por razones políticas y priorizan el servicio al usuario alegando la falta de una infraestructura adecuada, lo cual hasta cierto punto es verdad”, agregó.
La reconocida bloguera cubana, Yoani Sánchez, dijo que a pesar del silencio oficial, “hay bastantes señales de que el Internet de alta velocidad está operativo” para algunos organismos oficiales. Citó como ejemplo, el aumento de la presencia oficialista en la red, construcciones de un entramado de cables subterráneo a lo largo de la Avenida Rancho Boyeros, y una sustancial rebaja de los costos del correo electrónico para los afiliados al Ministerio de Cultura, que ahora es de 50 pesos cubanos al mes y antes se pagaban en moneda convertible.
“Yo pienso que las razones políticas hayan conspirado con la falta de infraestructura tecnológica, para mantener limitado el acceso a la red”, subrayó Sánchez.
Remón explicó que el Gobierno requiere de una importante inversión si quisiera sustituir las viejas líneas de comunicaciones por un nuevo encablado de fibra óptica para transportar la señal de alta velocidad de Intenet a cada usuario.
“Si ellos quisieran pueden dar acceso al Internet a través de la red celular, en Cuba tienen la capacidad de utilizar el 3G, pero no lo amplían a todos los usuarios por razones políticas, aseguró.
Las autoridades cubanas insisten en las deficiencias de infraestructura interna y señalan también limitaciones impuestas por el embargo económico estadounidense.
Wilfredo Morales, presidente de Telecomunicaciones Gran Caribe S.A., la empresa mixta venezolana-cubana propietaria del proyecto, ha declarado a medios internacionales de prensa que en diciembre de 2009 se contrataron los servicios del proveedor chino Alcatel Shangai Bell, para asegurarse de que no habría restricciones tecnológicas debidas al embargo estadounidense a Cuba.
En abril de 2009, el presidente Barack Obama anunció, entre otras medidas, la autorización para que empresas de Estados Unidos pudieran enlazar a los dos países por fibra óptica o satélite, ofrecer roaming (servicio celular) y hasta prestar servicio de televisión, pero el anuncio quedó limitado en la tupida regulación del embargo económico a Cuba.
En enero de 2010, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, publicó una resolución autorizando la exportación a Irán y Sudán de ciertos servicios de Internet y software para uso personal, pero ratificó a Cuba en la “lista de exclusión” para inversiones de infraestructura en el sector y de software.
En marzo del mismo año, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés) autorizó la prestación de servicios de mensajería instantánea a la isla, pero prohibió la conectividad por cualquier vía.¨
“Sin duda que eso es una limitación, pero también un diseño muy difícil de implementar cuando, como ahora, existe una interconexión a través de terceros países”, dijo Remón. “En el mundo del ciberespacio, en el Internet, se puede llegar a un mismo punto a través de múltiples caminos”.
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