Palabras de la embajadora de EEUU ante la OEA en sesión a puertas cerradas
A
continuación se reproduce en su totalidad las palabras preparadas por
la embajadora Carmen Lomellín, Representante Permanente de Estados
Unidos ante la OEA, en la sesión que se desarrolla hoy a puertas
cerradas en la OEA:
Señor
presidente, mi delegación acoge de buen grado este diálogo de hoy en el
Consejo Permanente. Se trata de un tema que nos afecta a todos nosotros
en el hemisferio y en todo el mundo. Estamos en un momento de crisis en
la cual la opinión colectiva de esta entidad hemisférica no solamente
es apropiada sino necesaria.
Estados Unidos observa con
preocupación el hecho que la situación en Venezuela haya continuado
deteriorándose desde la reciente reunión del Consejo Permanente del 19
de febrero. Entonces la cantidad de muertos era de 13, y ahora es de al
menos 19, y nos preocupa muy gravemente lo que aparenta ser una
tendencia del personal de seguridad a emplear fuerza excesiva.
También
nos preocupan las crecientes tácticas represoras aplicadas por el
gobierno en su intento de restringir el derecho de los ciudadanos
venezolanos a la protesta pacífica.
Y estamos gravemente
preocupados por la restricción de la libertad de expresión y la libertad
de prensa que se manifiestan por medio del control del gobierno sobre
la información y los medios de comunicación tanto domésticos como
internacionales.
Mientras debatimos en la OEA, otras voces de
todo el hemisferio, y de todo el mundo, han hecho un llamado a terminar
con la violencia, a respetar la disensión pacífica y lo que es más
importante aún, en favor de un diálogo significativo entre la oposición y
el gobierno. Un verdadero diálogo es la única manera de calmar la
situación.
Además de escuchar al secretario general Insulza y a
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hemos escuchado al
secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; a UNASUR, CELAC, a la
Asociación Interamericana de Prensa; la Comisión de Derechos Humanos de
la ONU; al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores; a los
Amigos de la Carta Democrática, a Amnistía Internacional, a
Transparencia Internacional, a Freedom House y a cientos de entidades
más pequeñas e individuos en nuestros estados miembros.
También
hemos escuchado al papa Francisco, que específicamente hizo un llamado
al sostener conversaciones para tratar asuntos concretos para el bien
común.
Ayer, cuatro expresidentes de América Latina se
manifestaron públicamente. Oscar Arias, Fernando Cardoso, Ricardo Lagos y
Alejandro Toledo emitieron una firme declaración conjunta en la que
solicitan al gobierno venezolano que inicie de inmediato un diálogo sin
precondiciones y que cese su represión de los estudiantes y de los
líderes de la oposición.
Dado este coro de voces que pide
acciones, es esencial que este Consejo y esta Organización se muestren
firmes en favor de los principios que han orientado a este hemisferio
durante muchas décadas, que han sido consagrados en la Carta de la OEA y
en la Carta Democrática Interamericana. Estos son principios de
gobernabilidad democrática, respeto a la disensión pacífica, y firme
apoyo a la libertad de prensa y a la libertad de expresión.
Señor
presidente, estamos aquí hoy porque la delegación de Panamá ha
solicitado formalmente al Consejo que decida si se convoca a una reunión
de consulta. Mi delegación considera que una reunión de consulta podría
ser la medida próxima apropiada y por ello respaldamos su solicitud.
Ello permitiría a los ministros de relaciones exteriores explorar una
amplia gama de opciones en las que la OEA, u otros, pueden facilitar el
diálogo y otras soluciones que todos queremos para Venezuela.
Además
de esa reunión, se pueden poner en marcha otras importantes
herramientas de la OEA para ayudar a Venezuela en este periodo de
crisis. En muchas ocasiones en el pasado hemos pedido a la Secretaría
General y a sus buenos oficios que ayuden a encontrar una solución
pacífica a los problemas de nuestro hemisferio. También hemos tenido
situaciones en las que una clara declaración de este Consejo, y la
constante observación de una situación, han contribuido a disminuir
tensiones y a lograr resoluciones satisfactorias.
Lo que no es
aceptable es que este hemisferio se quede callado, que no hable por
medio de su institución multilateral más importante. Consideramos que
muchos elementos del camino a seguir ya han sido acordados virtualmente
por todas nuestras delegaciones: un llamado al inmediato fin de la
violencia; respeto a la disidencia pacífica e iniciación de un diálogo
significativo. Este diálogo debe contar con la ayuda de un mediador, de
un tercero, que sea aceptable para ambas partes.
Debemos también
pedir al gobierno venezolano que libere de inmediato a todos los que han
sido detenidos durante el ejercicio de su derecho a la protesta, entre
ellos a Leopoldo López. Esas personas no han cometido nada malo, nada
más que han elevado su voz para protestar por las actuaciones de su
gobierno, un derecho que debemos proteger.
Finalmente, señor
presidente, dadas las graves restricciones de los medios informativos e
incluso del uso de Internet, este Consejo carece de información de
calidad sobre la situación actual en el terreno. Como hemos hecho en
ocasiones pasadas, hemos propuesto que el Consejo invite a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y a otras entidades de la OEA a que
se dirijan a este cuerpo y brinden datos basados en los hechos que
ayuden a orientar nuestras deliberaciones.
Al pueblo de Venezuela
le debemos la consideración de toda manera posible para salir adelante.
Debemos iniciar de inmediato las conversaciones. Gracias señor
presidente.
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