Las personas cuya presión arterial sistólica (la cifra superior en la lectura) es distinta en el brazo izquierdo que en el derecho quizás sufran de una enfermedad vascular que podría aumentar el riesgo de muerte, informan investigadores británicos.

Las arterias debajo de la clavícula suplen sangre a los brazos, las piernas y el cerebro. Un bloqueo puede llevar al accidente cerebrovascular (ACV) y otros problemas, anotaron los investigadores, y medir la presión en ambos brazos debería ser de rutina.

“Se trata de un [hallazgo] importante para el público general y para los médicos de atención primaria”, señaló el Dr. William O’Neill, profesor de cardiología y decano ejecutivo de asuntos clínicos de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.

“Tradicionalmente, la mayoría de personas solo revisan la presión arterial en un brazo, pero si hay una diferencia, entonces una de las arterias tiene una enfermedad”, advirtió.

Las arterias que van debajo de la clavícula pueden bloquearse, sobre todo en los fumadores y los diabéticos, anotó. “Si una arteria está más bloqueada que la otra, entonces hay una diferencia en la presión arterial de los brazos”, explicó O’Neill.

“Los médicos deben revisar en algún momento la presión arterial de ambos brazos en los adultos, sobre todo los fumadores y diabéticos”, recomendó. “Si hay una diferencia, hay que explorarla más”.

El informe aparece en la edición en línea del 30 de enero de la revistaThe Lancet.

Para el estudio, un equipo liderado por el Dr. Christopher Clark, del Colegio Península de Medicina y Odontología de la Universidad de Exeter en Devon, Inglaterra, revisó 28 estudios que observaron las diferencias en la presión arterial sistólica de ambos brazos.

Este proceso se conoce como metaanálisis. Usa datos de estudios previamente publicados para hallar tendencias que quizás no hayan surgido en los datos originales.

Este análisis halló que una diferencia de 15 milímetros de mercurio (mm Hg) o más entre las lecturas se relacionaba con un mayor riesgo de estrechamiento o endurecimiento de las arterias que alimentan las extremidades inferiores, lo que se conoce como enfermedad vascular periférica.

El riesgo de un menor flujo sanguíneo a las piernas y pies aumentó 2.5 veces y el riesgo de un mejor flujo sanguíneo al cerebro aumentó 1.6 veces, hallaron los investigadores.

La diferencia en la presión arterial también se asoció con un aumento de 70 por ciento en el riesgo de morir de enfermedad cardiovascular, y un aumento de 60 por ciento en el riesgo de muerte por cualquier causa, añadieron los autores.

El riesgo de tener enfermedad vascular periférica también aumento con una diferencia de 10 mm Hg en la presión arterial entre los brazos, anotaron los investigadores.

Lo que importa es la diferencia entre los brazos, no cuál brazo tiene la presión más alta o más baja, señalaron los autores del estudio.

Hallar la enfermedad vascular periférica pronto y tratarla mediante la reducción de la presión arterial y del colesterol, además de dejar de fumar, puede ayudar a reducir el riesgo de muerte, según el grupo de Clark.

“Nuestros hallazgos sugieren que una diferencia de 10 mm Hg o de 15 mm Hg o más [en la presión arterial sistólica] entre los brazos podría identificar a los pacientes en alto riesgo de enfermedad vascular periférica asintomática y mortalidad que podrían beneficiarse de evaluación adicional”, concluyeron los investigadores.

“Los hallazgos de nuestro estudio deben ser incorporados en las directrices futuras de hipertensión [presión arterial alta] y la medida de la presión arterial”, añadieron.

Otro experto concurrió en que cuando se trata de la monitorización de la presión arterial, ambos brazos son importantes.

“Estos hallazgos refuerzan más las directrices de medida de la presión arterial de la American Heart Association, la Organización Mundial de la Salud, la Sociedad Internacional de Hipertensión (International Association of Hypertension) y la Sociedad Europea de Hipertensión (European Society of Hypertension), que recomiendan que la presión arterial debe ser medida en ambos brazos en la evaluación inicial”, señaló el Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California, en Los Ángeles, y vocero de la American Heart Association.

Considera que “los individuos en quienes se hallen diferencias en las presión sistólica entre los brazos superior a 10 o 15 mm Hg deben someterse a evaluaciones vasculares adicionales”.